En marzo de 2023, y en plena operación contra el tráfico internacional de cocaína desarrollada por la Udyco Central del Cuerpo Nacional de Policía de forma conjunta con el Servicio de Vigilancia Aduanera, un grupo de narcos de nacionalidad checa se vieron acorralados por las autoridades. Iban a ser detenidos y, al ver acercarse a la embarcación auxiliar de la Agencia Tributaria, optaron por embestirla con el velero en el que navegaban. Ocurrió en pleno Océano Atlántico, al Sur de las Islas Canarias. Como resultado del impacto, la lancha de los agentes volcó llegando a quedarse boca abajo, y los tripulantes cayeron al mar. Carlos Esquembri, que perdió la consciencia tras la embestida, acabó falleciendo. El suceso, de características similares al ocurrido en Barbate, fue revelado en su momento por Narcodiario, pero no tuvo la réplica adecuada en los medios de comunicación generalistas en España.
"El velero embistió a la embarcación de asalto por su proa y provocó que perdiera su estabilidad y que volcara finalmente, quedando en posición de quilla al sol, de modo que todos los tripulantes cayeron al mar y quedaron atrapados". Jiri Jokl, narcotraficante que se encontraba al timón, es el responsable de una maniobra realizada de forma premeditada, según la sentencia, que acabó con la vida de uno de los agentes. Los restantes, por suerte, consiguieron salir a tiempo.
Por los hechos relatados, la Audiencia Nacional ha sido contundente: una pena de 27 años de prisión para el patrón de la tripulación, de los cuales 17 son por el homicidio agravado y diez por el tráfico de estupefacientes. El resto de la tripulación también han recibido importantes condenas, en especial en el caso de Marcel Krejza, que, además de su participación en el tráfico de drogas, plantó fuego a los fardos y provocó graves explosiones que pusieron en riesgo la vida de los propios narcos y de los agentes que estaban abordando el velero. Por todo ello, se le imponen 16 años de cárcel.
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En cuanto a los dos tripulantes restantes, fueron condenados a penas de diez años de prisión, pues, en su caso, solo se les atribuye tráfico de drogas.
Sobre el incendio provocado, el dictamen revela que el condenado, "con el propósito de destruir la carga ilícita que transportaban disparó una bengala de salvamento y salió rápidamente hacia cubierta, provocando con ello un fuego virulento al que le siguieron varias explosiones, algunas de ellas de los bidones de combustible que se hallaban estibados para este fin junto a los fardos que llevaban, de manera que el incendio se propagó rápidamente hacia el velamen y después por toda la embarcación, de manera que todos los que se hallaban a bordo tuvieron que agruparse en la zona de popa de donde fueron rescatados".
El fallo, que podrá ser recurrido ante el Tribunal Supremo, incluye también el pago de dos indemnizaciones, a saber, 300.000 euros para la esposa y 150.000 euros para el hijo del funcionario, todo ello a pagar por el narco que le dio muerte tras la embestida con el velero.
En marzo de 2023, y en plena operación contra el tráfico internacional de cocaína desarrollada por la Udyco Central del Cuerpo Nacional de Policía de forma conjunta con el Servicio de Vigilancia Aduanera, un grupo de narcos de nacionalidad checa se vieron acorralados por las autoridades. Iban a ser detenidos y, al ver acercarse a la embarcación auxiliar de la Agencia Tributaria, optaron por embestirla con el velero en el que navegaban. Ocurrió en pleno Océano Atlántico, al Sur de las Islas Canarias. Como resultado del impacto, la lancha de los agentes volcó llegando a quedarse boca abajo, y los tripulantes cayeron al mar. Carlos Esquembri, que perdió la consciencia tras la embestida, acabó falleciendo. El suceso, de características similares al ocurrido en Barbate, fue revelado en su momento por Narcodiario, pero no tuvo la réplica adecuada en los medios de comunicación generalistas en España.