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¿Cuál es, señor Paniagua, la nacionalidad y la lengua "determinados" de la Cataluña actual? Porque en ese país, el apellido más corriente es García y la lengua materna mayoritaria sigue siendo el español (datos de encuestas de la Generalitat, no propaganda de VOX). Así que, repito, señor Paniagua: ¿Cuáles son esa lengua y nacionalidad "determinados"? ¿No estará usted imaginando que la Nación es una especie de ente sobrenatural y sagrado --siempre con origen en la Edad Media, eso sí-- al margen de los ciudadanos de carne y hueso que la componen hoy? ¿No será ese ensueño común con el del indeseable President Torra que, cuando se refiere al "Poble Català" es obvio que solo está pensando en la mitad escasa que apoya al separatismo y, por tanto, negando la condición de catalanes a la otra mitad? Medite, señor Paniagua, no sea que en fondo comparta usted creencias fantasmagóricas (reaccionarias, además) de las que dice discrepar.
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Ocultar 2 RespuestasNo entro en lo que signifique una nación, sobre cuyo concepto existen varias definiciones e interpretaciones. Destaco que los movimientos nacionales en Europa, y en Rusia, se mantienen, e incluso su fuerza social aumenta por encima de la consideración negativa que existe sobre los mismos. En 1986 solo un 16% de la población de Cataluña estarba dispuesto a plantear una opción política soberanista, hoy está en el 48%, y no se prevee que pasará en otros 40 años. La UE mantiene la preponderancia der los actuales Estados pero tampoco sabemos que ocurrirá con las estructuras politicas actuales europeas ante las nuevas fuerzas políticas emergente de izquierdas o de derechas. Cuando se critica a los nacionalismos suele ocurrir, como he intentado destacar, que se hace también desde una nacionalidad. Los franceses, p.e., critican el nacionalismo corso desde la cultura francesa dominante, y lo mismo hacen los valones sobre los flamencos, o los ingleses sobre los escoseses. La critica se realiza desde una nacionaliad dominante que es la mayoritaria del Estado, que en el caso de España se ha intentado solucionar con los Estatutos de Autonomías, pero que para distintos habitantes de determinadas zonas, Cataluña y Euskadi principalmente, aspiran a la independencia, y ello tiene sus raices en el siglo XIX. A mi personalmente me gustaría que el Estado español se mantuviera pero los movimientos sociales son como los tsunamis, incontrolables, por encima de las consideraciones que tengamos sobre elos. Y por eso la política tiene una opotunidad para intentar abordar el problema e intentar solucionarlo.
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Ocultar 1 RespuestasNo contesta usted la pregunta de la entrada de mi comentario: ¿Cuáles son la nación y la lengua de Cataluña si algo más de la mitad de sus ciudadanos tienen el español por lengua materna y apellidos no catalanes? ¿No será que no encuentra respuesta? Ya sabemos que el poder político autonómico y el económico está en manos de ciudadanos de muchos apellidos catalanes (los más independentistas, ¡oh, casualidad!) pero eso se debe a las relaciones de poder que allí existen y no a ningún tipo de derecho emanado de una fantasmagórica entidad llamada nación. No es cierto que a los separatismos se les combata desde otro nacionalismo distinto, o no siempre lo es: el nacionalismo español es muy débil y solo ahora que la mitad escasa (aunque la más poderosa) de los catalanes ha pretendido avasallar a la otra, por simple instinto de conservación y siempre de forma reactiva, se ha dado un cierto resurgir del nacionalismo español, aunque casi exclusivamente en Cataluña. Por cierto y hablando de soluciones políticas, le recuerdo que el partido más votado y con más escaños en Cataluña es Ciudadanos y que, de no ser por una ley electoral retrógrada, los separatistas no serían hoy mayoritarios en el Parlament. En cuanto a las soluciones políticas, es discutible cuál es la mejor. Usted seguro que llama solución a un referendo del tipo del canadiense. Otros, por el contrario, a la vista de que cuanto más amplio es el autogobierno de Cataluña más desafectos se muestran con el resto de España y más se ensoberbecen los Torras de turno, estamos con Ortega en que los separatistas catalanes son una enfermedad crónica pero no mortal y pensamos que la mejor receta política sería unir fuerzas entre los no separatistas para dejarles claro que nunca se les permitirá ser independientes, de un modo parecido a como los partidos ingleses siempre han estado unidos en mantener Gibraltar británico. Ya se aburrirán los separatistas igual que han desistido en el pasado e igual que hemos desistido los españoles de recuperar el dichoso peñón. Es cuestión de tenacidad.
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En primer lugar ya que estâ mencionada, quiero decir que me gustaría que la integración de Serbia en la Unión Europea sea lo mâs rápida posible.
Tal vez los fenómenos nacionalistas intraestatales no van a ser tan importantes a medio plazo. La UE no es una Europa federal sino una coalición de Estados nacionales. Es llamativo que Bruselas y Berlin quisieron que la la república Checa y Eslovaquia se separen antes de ingresar en la UE. La Lega Nord inventaba la Padania pero ahora si no me equivoco ni lleva el adjetivo de Nord y Salvini podría muy bien convertirse en el próximo primer ministro de Italia. Veo bastante improbable que partes de Estados miembros de la UE se independicen.
Mâs factible serîa que se integren en otros Estados en los que se sentîrîan mâs cómodos. Flandes podría haberse integrado en los Países Bajos y Valonia lo mismo en Francia pero ninguna de las dos partes quiso arriesgarse a perder Bruselas como capital.
Esta semana me he enterado que casi 700 mil ucranianos estân censados como trabajadores en Polonia y se estima que son mâs de un millón en la sexta potencia de la UE. Este fenómeno de la emigración ucraniana en Polonia y en otros países de la UE no copa tanto las portadas de periódicos y telediarios. Sin embargo es muy probable que en realidad, esta emigración ucraniana masiva hacia la UE tenga mâs proyección histórica que los fenómenos nacionalistas intaestatales tan mencionados.
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Hace 240 años las colonias inglesas se independizaron. 80 años después se enfrentaron 20 estados de la zona norte abolicionista contra 13 del sur esclavista. En los 50 años siguientes exquilmaron al resto de pueblos indígenas y formaron el territorio US actual. Luego siguieron exquilmando por el resto del planeta (Cuba, Puerto Rico... Las islas Canarias se libraron de milagro de caer en la red).
Con la gran guerra metieron sus morros en Europa y con la Segunda lo hicieron en Oriente Medio, Extremo Oriente y África. Y toda su obsesión ha sido aumentar el número de países y paisillos, empleando el dicho de "divide y vencerás". Una de las últimas tropelías fue la de Kosovo. Y a pesar de su empeño hay casi el 20% de países que no lo han querido reconocer. Así que no me extrañaría que la CIA haya invertido en urnas, lazos amarillos y demás parafernalia para lucir las hypermanifestaciones de estos últimos años, y si me apuran hasta en el chalet de Waterloo. Blancanieves y los 200 enanitos. Lo bueno es que un gigante amarillo le está enseñando los dientes. Y ese era el Imperio del Medio hace ya más de 2000 años. Trump tendrá los cañones pero Pekín tiene la deuda US en sus arcas, así que habrá que ir acudiendo a la cirugía estética y mejorar los párpados occidentales.
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www.infolibre.es ISSN 2445-1592
La defensa contra el nacionalismo es el internacionalismo. El autor dice que la mayoría de las críticas al nacionalismo se hace desde otro nacionalismo, yo diría que algunas se hacen desde nacionalismos supremacistas, otras desde posiciones que aspiran a mantener el orden actual sin necesidad de ideas supremacistas o excluyentes y otras críticas surgen desde quienes aspiran a superar diferencias, superando fronteras, superando soberanías, en definitiva quienes creen o creemos que solo desde instancias políticas multinacionales se pueden evitar tragedias como las guerras mundiales y otras muchas, no es casualidad que sea Europa quien inició hace ya dos o tres generaciones su proceso de unidad y no es casualidad porque vivió en primera persona el salvajismo de los nacionalismos supremacistas e insolidarios, el problema es que dos o tres generaciones después muchos se han olvidado de la tragedia y pierden el miedo a repetirla pensando que esta vez ganarán ellos cuando la única verdad es que nadie ganó en la Europa de las guerras mundiales, al menos no ganó ningún europeo.
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Muy acertado su comentario, Ambón.
Responde a frases hechas y relatos comunes, que no por muy repetidos llevan razón, como el de que a un nacionalismo siempre se le critica desde otro nacionalismo.
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En este medio quien más se repite es usted. ¡Qué pesado resulta!
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Gracias, Aitona, por seguir mis comentarios.
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Tengo por costumbre leer los comentarios de todo el mundo, Grobledam. Y le devuelvo las gracias por su respuesta.
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