Librepensadores

La Hispanidad

Antonio García Gómez

¡Ay con la Hispanidad!… y los regüeldos nacionales y nacionalistas de tanto imperialista, añorando las glorias pasadas de cuando el sol no dejaba de alumbrar a la madre patria.

A instancias de Vox, este 12 de octubre se celebrará en los colegios de Andalucía, valiente cajón de sastre, el Día de la Hispanidad.

Y entonces ¿promoverán que la familia decida si permiten o no que sus hijos acudan y participen en la celebración escolar de esa efemérides? O ¿se ha de suponer la entrega entusiasta a la causa de la gran patria, madre o madrastra, de sus hijos o hijastros?

El caso es que todo ha de empezar poco a poco enalteciendo los hitos gloriosos, siempre de parte, de nuestro pasado, limadas las asperezas, oculta la conquista tras el descubrimiento, el expolio tras la conquista, la aniquilación tras el expolio, de gran parte de los indígenas, en pos de los virreinatos instalados a sangre y fuego que habrían de alumbrar tanto esplendor a la sombra de la madre patria, insaciable en sus saqueos de oro y plata para enviar a las arcas reales.

Pero, en fin, la historia se vende según interese a menudo de lo que convenga o no.

Por ejemplo ¿interesó dejar en la estacada a los españoles saharauis o eran españoles de tercera?

Con tanto musulmán y judío expulsados de nuestro ¿sagrado solar patria? al tiempo que se iniciaba en el Nuevo Mundo una renacida etnia, la de los criollos que ondearon su poder, vertebrando la Administración de la metrópoli, mientras los más espabilados consolidaban inmensas fortunas en el tráfico de ébano, es decir de negros destinados a ser vendidos como esclavos.

Pero ¿qué importa si siempre se podrá acudir a una caricatura de aquella real e inmensa epopeya cuando se buscaba el camino a las Indias de las especias.

Ahora que se celebrarán los fastos en los colegios andaluces, ahora que vuelven a reivindicarse las fronteras, defendidas contra los pobres de la tierra, salvo que, con cuentagotas, admitan convertirse en los criados, nuevos esclavos, de nuestros viejos hidalgos, llenos de miseria y doble moral, con sus barbas enfangadas de migas de pan simulando que están ahítos. __________

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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