Librepensadores

Querido año nuevo 2021

José M Barrionuevo Gil

Querido año nuevo: no se siente tan pronto, porque tenemos tareas para rato. Por la presente y antes de que ausentes de nuestras manos corran estas sencillas letras hacia las suyas, queremos que no se ponga nervioso porque reciba este sobre. No lleva dinero. No nos ha tocado la lotería y con los sesenta céntimos que nos ha dejado el reintegro de una participación no podemos ir a ninguna parte. Eso es lo que tiene la mala suerte, porque igual que una pandemia no te deja ir a ninguna parte, ni siquiera a recoger la chatarra del premio. No se queje diciéndonos que ya empezamos con lo mismo de siempre: que nos inunda por los cuatro costados la tristeza; que no queremos ver la luz de los días, ni siquiera la de los más luminosos; que veremos mucho menos, cuando se desmonten las luminarias de las fiestas; que es que los fuegos artificiales nos han dado hasta miedo, porque no son comestibles como los jamones y, además, después de deslumbrarnos nos dejan más ciegos...

Sabemos que no tienes que hacerte el nuevo. Ya lo sabemos, pero te tenemos que decir que te vas a encontrar una gente distinta, porque llevamos mascarillas por las calles, como si tuvieramos nuestros gestos entre bambalinas. De sobra te habrás dado cuenta de que el teatro del mundo tiene ahora más ruido de tablas y hasta de otras maquinitas, que los diálogos resultan más apagados. Tendrás que seguir las huellas y seguir investigando para saber de cierto que a la gente en sus casas todavía le quedan algunas sonrisas, como las de antes.

De sobra sabemos que vienes con nuevos tiempos, tiempos que no quieres que los manchemos mucho para que nuestros días sean más limpios y alegres, nuestras noches más tranquilas y sin pesadillas, nuestras semanas más anchas para poder estar más tiempo con los demás, nuestros meses más seguros y completitos hasta el último día, con su sueldo y todo lo necesario, aunque sea solo para estar alegres un ratito.

No es nuestra intención meterte miedo en el cuerpo asustándote con la descarada bruja de la pandemia, que nos pone enfermos y hasta de los nervios; ni con el gordo tío del saco, que se lleva los dineros públicos con la salud pública, muy feliz y fácilmente; ni con la chica de la justicia, que se comporta como una niña caprichosa que solo tiene ojitos para los chicos de su promoción o de su colegio, hasta electoral; ni con los reyes directos, que son los que vienen de oriente, porque te han dicho que pueden traerte carbón y no como los reyes inversos que se llevan sus galas, sus regalos y ofrendas, sonriendo con orgullo y satisfacción...

Muchas personas y personalidades te podrán contar que hemos pasado “los kiries”, porque se nos han acortado los horizontes por mor de las paredes, porque se nos han crecido las orejas para estar atentos a cualquier noticia que viniera llena de esperanza, porque se nos han vuelto torpes los andares al no poder salir a ningún lugar abierto, porque nos faltó olfato suficiente para oler adecuadamente el aroma de la desescalada al emborracharnos de demasiada primavera, porque nos faltó tacto para poder echar una buena mano al verano, porque nos traicionó el gusto al recuperar locamente las tapitas y copitas de los bares o los insalubres botellones.

Bienvenida seas, eutanasia

Bienvenida seas, eutanasia

Te podemos aclarar que el 2020 se nos ha hecho demasiado largo y no precisamente por el generoso febrero, sino porque todos los meses se hacían “largos como días sin pan” y, a veces, sin esperanza. Ahora, con tus nuevas luces de tus nuevos días, podrías ayudarnos no solo a “levantar cabeza” sino también a concedernos nuevas luces a nuestras nada tiernas cabezas para poder levantar la mirada, hasta de los móviles, y demostrar que hemos aprendido que “el mundo es redondo y el que no lo entiende va a lo hondo”, pero ya con el mundo y el planeta enterito, porque no podemos seguir maltratándolo y maltratándonos, porque sabemos que nos sobra demasiada tecnología como para matarnos vivos y nos falta mucha sabiduría para aprender a seguir viviendo todos durante todos tus días que también son nuestros.

Querido año nuevo 2021, tú, que miras siempre adelante, enseñanos a no volver a las andadas y no tengamos que vernos obligados a enfrentarnos a otras pandemias que enferman, contaminan y matan, como son el hambre, la pobreza, la miseria y la contaminación, también con las guerras.

José María Barrionuevo Gil es socio de infoLibre

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