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Los vetos del Partido Popular

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José Manuel González de la Cuesta

Parecía que el Partido Popular se serenaba un poco y bajaba del monte ocupado por la ultraderecha. Parecía que después de las elecciones catalanas, había tenido una caída del caballo, al igual que San Pablo, y volvía a la senda de partido democrático y responsable, capaz de anteponer los intereses del país a los suyos propios, y alejándose de “ese partido del que usted me habla”, del que su presidente renegaba, por tres veces, hace unos días, esta vez al igual que San Pedro.

Pero, desgraciadamente, todo ha sido un espejismo en el desierto de la derecha española, empeñada en convertirse en eremita de la política, eso sí ahíta de adoradores fanatizados. Y volvemos a estar en la casilla de salida, al negarse a cumplir sus obligaciones de renovación de los órganos constitucionales. Curioso, para quienes se reclaman defensores a ultranza de una norma en la que no creen, salvo que se les acomode como un guante a sus intereses.

Dicen que se agarra antes a un mentiroso que a un cojo, y al final al Partido Popular no sé si ya le hemos atrapado por cojo o por mentiroso; o a lo mejor por las dos cosas. Y no es porque seamos muy avispados, sino porque ellos son tan soberbios y burdos que acaban poniendo las cartas bocarriba de sus verdaderas intenciones sobre la mesa. Primero, con la negativa cobarde de renovar órganos constitucionales, no fuera a ser que los compañeros de la foto de Colón les comieran la merienda; además, para qué asumir riesgos, si los miembros actuales de CGPJ y otros altos tribunales los pusieron ellos y han dado sobradas muestras del lealtad al dedo que les colocó. Bien, para un partido que se erige como defensor a ultranza de la independencia de la judicatura.

Pero el rizo de su desinterés y la poca capacidad para entender cómo funciona una sociedad democrática viene cuando aceptan negociar la renovación de las instituciones y ponen vetos irrenunciables. Muestra de que su vuelta a la senda negociadora es un trampantojo, un ni contigo ni sin ti, sino todo lo contrario, es el veto a dos jueces propuestos por el Gobierno, que en principio no deberían ser un obstáculo, pero que para el PP son la excusa perfecta para no seguir negociando.

El problema es que los rechazados no son del gusto del PP porque consideran que son enemigos suyos. Y lo que pretenden es lanzar un aviso a otros jueces, de que si se atreven a no satisfacer sus intereses en algún momento de su carrera profesional, estarán vetados de por vida para ocupar puestos de mayor relevancia en la judicatura.

¿Pero quiénes son estos dos jueces?

En el caso de José Ricardo de Prada, fue uno de los jueces de la Audiencia Nacional que aceptaron la recusación de Concepción Espejel y Enrique López, porque entendían que eran demasiado afines al PP, como miembros del tribunal del caso Gürtel y dictó sentencia. Dos jueces vitales para el que el PP pudiera salir indemne del juicio. Concepción Espejel, que siempre será Concha para María Dolores de Cospedal, amiga y gran mujer; Enrique López, la estrella emergente del PP madrileño, que tiene justas pendientes con De Prada. Ambos asiduos colaboradores de FAES, es decir de Aznar, el gran padrino de Casado. Cómo para permitir que este juez entre como miembro en el CGPJ.

Victoria Rosell. La jueza enemiga pública de José Manuel Soria. ¿Se acuerdan? Aquel ministro de los Papeles de Panamá, que mentía dos veces cada vez que abría la boca. El mismo que apoyado en su amigo el juez Alba, la acusaron de prevaricación en una sentencia, lo que obligó a la jueza a tener que renunciar a su escaño en el Congreso, para poder defenderse y acabó con el juez Salvador Alba condenado por cohecho, falsedad y prevaricación a seis años de cárcel y dieciocho de inhabilitaciones. Del ministro de Rajoy ya saben ustedes lo que pasó.

En síntesis, un juez y una jueza que han tenido enfrentamientos con el Partido Popular en el pasado y a los que quieren ahora pasar factura. Más allá de que representan un sentido de la democracia y de la justicia en las antípodas de lo que les gusta al PP.

José Manuel González de la Cuesta es socio de infoLibre

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