EL ESCÁNDALO DEL RESCATE BANCARIO

Abanca ha repartido 692 millones en dividendos tras un rescate que costó 8.500 millones al contribuyente

El  presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet.

La junta general de accionistas de Abanca ha aprobado la distribución de 315,4 millones de euros en dividendos correspondientes a los beneficios obtenidos en 2016. Es el tercer reparto que ha llevado a cabo la sucesora de Novagalicia Banco, fruto de la fusión de las cajas de ahorro gallegas, desde 2015. Ese año también distribuyó 315,5 millones entre sus accionistas a cuenta de los beneficios del ejercicio anterior. Y el pasado mes de abril aprobó el reparto de un tercer dividendo, en este caso por las ganancias del primer trimestre de este año, por importe de 61,18 millones de euros. Es decir, Abanca ha repartido un total de 692,1 millones de euros entre sus accionistas en menos de tres años.

En 2014 ya había conseguido beneficios, 1.157 millones, gracias a que se apuntó 556 millones de euros en créditos fiscales. Entonces, cuando no había transcurrido más que un año de su privatización, planeó repartir 150 millones de euros en dividendos, pero finalmente la junta general de accionistas prefirió destinar la cantidad a aumentar la solvencia de la entidad.

De los 692,1 millones en dividendos, el banquero venezolano Juan Carlos Escotet se ha embolsado el equivalente al 86,79% del capital de Abanca que posee: 600,65 millones de euros. Escotet compró Novagalicia Banco en 2013 por 1.003 millones de euros. Se los pagó al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que antes había inyectado en el banco gallego 10.118 millones de euros para evitar su quiebra. En su último informe sobre el rescate financiero, el Banco de España da por perdidos 8.551 millones de euros en Novagalicia Banco. Pero de la cifra habría que restar los 300 millones de euros que Abanca devolvió el pasado mes de febrero, cuando anunció que había terminado de pagar, con un año de antelación, esos 1.003 millones de euros que le había costado la entidad gallega intervenida por el Estado.

Los abonó en tres plazos: 313 millones en 2014, 300 millones en 2016 y otros tantos hace sólo cuatro meses.

Además, Novagalicia recibió otros 917 millones de euros del Fondo de Garantía de Depósitos, que se nutre de las aportaciones del resto de las entidades financieras españolas. De esa cifra, el Banco de España también da por perdidos 627 millones de euros más.

Desde que Escotet compró Abanca al Estado, la entidad ha obtenido 1.907 millones de euros en beneficios si se incluyen las ganancias obtenidas en el primer trimestre de este año, 153 millones. Es decir, ha pagado al FROB con los beneficios obtenidos en poco más de tres años y le han sobrado 904 millones, que le han servido para quedarse con 600,65 millones en dividendos. Mientras, como queda dicho, el Estado –el contribuyente– ha perdido más de 8.000 millones invertidos en su rescate.

Más retribuciones variables y un plan de incentivos

En 2016 Abanca ganó 333,6 millones de euros, un 1% más que el año anterior. Según las cuentas que también ha aprobado la junta de accionistas este jueves, el crédito creció un 3,8% y los depósitos, un 3,3%. Con una ratio de cobertura de activos problemáticos del 54% y un nivel de capital de máxima calidad (CET1) del 14,7%, Abanca dice ser una de las entidades del sistema financiero español con “más holgura de capital”, así como una de las que tienen mejores ratios de rentabilidadratios –9%–. Posee 668 oficinas y 4.473 empleados.

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La junta de accionistas aprobó igualmente aumentar las retribuciones variables de los 17 máximos gestores de Abanca y ofrecer un plan de incentivos a largo plazo a 50 “directivos y personal clave, incluidos los consejeros ejecutivos”. En el primer caso, el consejero delegado –Francisco Botas–, 13 directores generales y tres directores comerciales tenían hasta ahora limitadas las retribuciones variables, que no podían superar el 100% de su retribución fija. A partir de ahora podrán alcanzar, pero no superar, el 200%. Según explica la entidad, esta nueva proporción “responde a las prácticas habituales del mercado” y permitirá a Abanca “competir en condiciones similares” a las del resto de los bancos.

Por lo que se refiere a los incentivos, el llamado Plan 300 –por los 300 años que cumple el Banco Etcheverría, adquirido por Banesco, propiedad de Juan Carlos Escotet, en 2013– repartirá un máximo de 6,5 millones de euros en acciones dentro de seis años. Se trata de acciones sujetas a determinadas condiciones o restricted stock units, que se calcularán en función del salario fijo del beneficiario y del nivel de cumplimiento de los objetivos establecidos en el Plan Estratégico 2018-2020. En total, se han destinado a este plan de incentivos cuatro millones de acciones, el 0,16% del capital social de Abanca.

Finalmente, la junta de accionistas también sirvió para que Javier Etcheverría, de 85 años y presidente del banco fundado por su familia, abandonara la presidencia de Abanca, que pasa a manos de Juan Carlos Escotet, hasta ahora su vicepresidente.

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