lo mejor de mediapart

"En Hong Kong hay un resentimiento por la toma de control de Xi Jinping"

Un manifestante durante las protestas en Hong Kong del pasado domingo.

Rouguyata Sall (Mediapart)

Pekín envió el 6 de agosto un mensaje de firmeza dirigido a los manifestantes que están revolucionando, desde hace dos meses, la vida política en Hong Kong. "No podemos dejar a Hong Kong en el caos durante mucho tiempo", ha declarado un portavoz de la delegación china en el archipiélago. "Todos los hongkoneses deben plantearse esto con calma: si el caos continua, al final, ¿quién será el ganador y quién el perdedor? China no se mostrará débil con quienes infrinjan la ley. Que no subestimen nunca la firme determinación y el poder inmenso del Gobierno central".

Esta advertencia se hizo al día siguiente de una huelga general –la primera desde hace más de cincuenta años en el archipiélago– que paralizó Hong Kong todo el día. El lunes 5 de agosto fueron arrestadas por la policía hongkonesa al menos 148 personas, al margen de las manifestaciones. Para entender la naturaleza de esta crisis política, Mediapart –socio editorial de infoLibre– ha entrevistado a Jean-Philippe Béja, investigador emérito del CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas) y del Centro de Investigaciones Internacionales de Ciencias Políticas (además de bloguero en Mediapart):

PREGUNTA: ¿Cuál es el perfil de los manifestantes hongkoneses?

RESPUESTA: Los jóvenes son los que están en primera línea en el enfrentamiento con las fuerzas del orden, pero está presente también el conjunto de la población. Cuando hay dos millones de personas en la calle, de una población de siete millones de habitantes, eso quiere decir que se moviliza todo el mundo. Hemos visto la huelga del lunes. Los empleados de banca, los funcionarios –por primera vez en la historia–, los trabajadores, las clases medias, los empleados de finanzas, es verdaderamente toda la sociedad…

P: ¿Se pueden identificar líderes en este movimiento?

R: Los organizadores de las grandes manifestaciones son gente que milita por la democracia desde hace mucho tiempo. Pero el movimiento se organiza y se expande principalmente a través de grupos de discusión en Telegram. Es totalmente horizontal. Las llamadas a manifestarse circulan a través de esos grupos de discusión.

P: ¿Pueden encontrarse también figuras de la "revolución de los Paraguas" de 2014?

R: Sí. Toda la sociedad se moviliza y, entre los organizadores, algunos son localistas (que militan a favor de la autonomía de Hong Kong). Tenemos, por ejemplo, a Joshua Wong, a quien la prensa describe como líder del movimiento de los Paraguas (movilización contra la reforma electoral) y que había efectivamente desempeñado un papel importante entonces. Pero es verdaderamente un movimiento sin líder. Esa es su gran particularidad. Tampoco hay organizaciones políticas que lo dirijan. Eso no quiere decir que no intervengan sino que no están al frente del movimiento.

P: Este movimiento nació de la protesta por el proyecto de ley sobre la extradición a China, pero se extendió a la protección de las libertades y la democracia.

R: Ese proyecto de ley, si hubiera salido, habría terminado con la especificidad de Hong Kong, es decir, la separación de poderes y la garantía de las libertades fundamentales. Con ese decreto, el poder judicial habría perdido su independencia.

Cuando los Paraguas, en 2014, la protesta partió de la elección por sufragio universal. Esta vez, frente a la ausencia total de atención por parte del gobierno, los manifestantes han considerado que solamente las reformas democráticas permitirán tener un ejecutivo más sensible a las reivindicaciones de la población.

En consecuencia, piden la elección del jefe del ejecutivo por sufragio universal, pero también la disolución del LegCo (Legislative Council o asamblea legislativa). La cuestión de la democracia  y las reformas políticas necesarias para ello es lo que está hoy sobre la mesa.

P: ¿Observa usted un empuje del sentimiento anti chino, o incluso un giro identitario?

R: Hay que tener cuidado con el adjetivo "identitario". Los movimientos en favor de la democracia, desde siempre pero sobre todo desde hace unos diez años, defienden la identidad de Hong Kong, pero esa identidad no es política. La identidad de Hong Kong son las libertades fundamentales, la separación de poderes y la voluntad democrática.

También hay entre los localistas y nacionalistas de la calle gente hostil a los chinos, pero no representan en absoluto a la mayoría. La mayor parte de los manifestantes defiende esa identidad política, que no tiene nada que ver con una identidad étnica.

Dicho esto, las reticencias respecto a China son cada vez mayores. La gente considera que Pekín trata de quitar a Hong Kong su especificidad. Es verdad que hay provocaciones de vez en cuando. Una parte de los manifestantes cree que el famoso lema "un país, dos sistemas", ya no es viable. También están los que rechazan la bandera de China, pero no representan todavía más que una parte de los manifestantes.

Cuanto más se comporte China como lo hace ahora, más se desarrollará el sentimiento antichino. En el fondo lo que hay es un enorme fracaso por parte de China. Los chinos estaban convencidos de que los jóvenes que han formado después del colonialismo (tras la retrocesión por Londres en 1997) serían mucho más favorables a la República Popular y al Partido Comunista. Pues bien, lo que está pasando es exactamente lo contrario.

P: ¿Estamos ya viviendo el post-2047, es decir, el cincuenta aniversario de la retrocesión de Hong Kong que marcará el final del acuerdo entre Londres y Pekín?

R: Para los jóvenes, 2047 no está tan lejos y ese año se supone que marcará el final de la aplicación de la declaración conjunta de "un país, dos sistemas". Pero eso no quiere decir que suponga el final de la ley fundamental. En teoría, la ley fundamental de Hong Kong continuará en vigor más allá de 2047, pero es evidente que a los jóvenes les preocupa lo que pase más allá de esa fecha.

P: ¿Qué ha cambiado para los hongkoneses con la llegada de Xi Jinping al poder en 2013?

R: Ya lo habíamos visto después de 2003 (manifestaciones contra un proyecto de ley sobre la seguridad nacional): había injerencias cada vez más fuertes de China. Pero no fueron muy lejos.

Con Xi Jinping ha estado cada vez más claro. En 2015, por ejemplo, hubo detenciones de editores que publicaban libros críticos con la dirección china. También hay que citar la invalidación de diputados elegidos por sufragio universal, la prohibición de un partido político (el Partido Nacional de Hong Kong, independentista, prohibido en septiembre de 2018) o las fuertes condenas a los organizadores de la revuelta de los Paraguas.

Todo eso ha sido vivido como una restricción de las libertades y de la identidad de Hong Kong, como unas injerencias absolutamente inaceptables. Y ahora lo que hay es la expresión de un resentimiento contra China y de la toma de control por parte de Xi Jinping.

P: ¿Qué piensa de la violencia policial denunciada por los manifestantes?

R: Las fuerzas del orden están ahora en primera línea, con muy pocas órdenes de sus superiores. Hay una auténtica dejación por parte del gobierno de Hong Kong, que no ha dicho nada. Sólo está la policía frente a los manifestantes. Han lanzado 1.000 granadas lacrimógenas, algo absolutamente inaudito en Hong Kong, que nunca había ocurrido. Cuando la revolución de los Paraguas hubo 87 tiros con granadas lacrimógenas que causaron un escándalo, tiros que fueron provocados por manifestantes, que lanzaban ladrillos y huevos y atacaban también las casas de las familias de los policías. Entonces la policía se restringía bastante, no estaba acostumbrada a los enfrentamientos, pero hora se ha dejado bastante a sí misma y está cambiando.

P: A finales de julio unos hombres dieron una paliza a varios manifestantes en el metro. La tarde del 5 de agosto, hubo otros que se enfrentaron con barras a los manifestantes en el barrio North Point. ¿Esos quiénes son?

R: Eso es algo que ya habíamos visto en el movimiento de los Paraguas. Hubo ataques a la gente y pequeñas incursiones de las tríadas (grupos mafiosos locales) que venían a pegarse con los manifestantes. Se les vio claramente con Junius Ho, un diputado pro Pekín.

Evidentemente, no se puede decir que están pagados por el gobierno, pero la policía ha estado inactiva. Han permitido que hubiera cargas bastante violentas. No han arrestado a nadie pero, del lado de los manifestantes fueron arrestadas 500 personas desde el inicio del movimiento. No es completamente imposible que esa gente esté algo utilizada por el poder.

P: El Ejército Popular chino difundió un vídeo que presentaba un ejercicio "anti-manifestación" bastante violento. Oficiales de alto rango han calificado los actos violentos cometidos en Hong Kong como "absolutamente inadmisibles". Cuando Pekín ha dicho que hay que restablecer el orden cuanto antes y castigar a los autores de la violencia, ¿qué podemos esperar?

R: No creo verdaderamente que haya una intervención del Ejército Popular de liberación, salvo que la situación se deteriore dramáticamente. Los oficiales pro Pekín han reiterado su confianza en la policía y en el gobierno de Hong Kong  y han vuelto a recordar que el ejército podría intervenir en función del artículo 14 (de la ley sobre la guarnición del ejército). Eso quiere decir que deberá ser llamada por el gobierno de Hong Kong.

P: ¿Qué hay sobre el impacto en la opinión internacional de una posible intervención del ejército?

R: Para Pekín sería malo de todas formas. La situación internacional es delicada. Hay elecciones en Taiwán. Si se resuelve mal la cuestión de Hong Kong será evidentemente reelegido el independentista Tsai Ing-wen. Por otra parte, la guerra comercial con los Estados Unidos está en su apogeo. El hundimiento de Hong Kong sería muy malo para la economía china y también para la nomenklatura china.

P: ¿Cómo ve Taiwán lo que está pasando en Hong Kong?

R: Es evidente que Taiwán mira hacia Hong Kong. La fórmula "un país, dos sistemas" estaba hecha para Taiwán, pero Taiwán nunca creyó en ella, nunca la quiso. Hay previstas elecciones en 2020. Los partidarios de un acercamiento a China estaban en buena posición en las encuestas de mayo. Han Kuo-yu, el nuevo candidato del Kuomintang, parecía bien colocado para vencer a Tsai Ing-wen.

Desde el surgimiento del movimiento popular en Hong Kong, Han Kuo-yu y el Kuomintang se han visto obligados a tomar posición para defender a los manifestantes y denunciar la represión china. Eso debilita la posición de China y de los pro chinos en Taiwán. Es algo muy negativo para Pekín. ______________

El Partido Comunista de China quiere celebrar su centenario sin ningún pobre en el país

El Partido Comunista de China quiere celebrar su centenario sin ningún pobre en el país

  Traducción de Miguel López

Puedes leer el texto completo en francés aquí:

Más sobre este tema
stats