La sección de microrrelatos inéditos 'Liebre por gato' está coordinada por Fernando Valls y Gemma Pellicer. Esta nueva entrega recoge tres textos de la escritora Aroa Moreno Durán.
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Lorazepam 1 g.
La psicóloga dice que soy un roble. Tienes raíz. Ofreces sombra. Pero un tsunami te tumbaría. Te arrancaría de cuajo. La psicóloga dice que me convierta en bambú. Que sea flexible, me dice: maléate. En el fondo, la metáfora es pobre. Pero válida. No dejo pasar el agua. Sí paso la noche en vela.
Boquilla
El abuelo fumaba los cigarros clavados en una boquilla negra. Memoria: está el olor del humo y están las espirales azules que subían hacia el techo de su pequeño salón. El cuadro de los barcos. El escay rojo y el calor. La abuela sentada sobre el taburete, las gamuzas en los pies, la espalda recta. Y él: los brazos tatuados, el número de prisión, la mujer en el pecho, tanto tango y aquellos poemas escritos a bolígrafo siempre azul, las faltas de ortografía, le letra temblorosa. Su presencia lo llenaba todo. Su olor lo llenaba. No sé cómo ha llegado la boquilla de su cigarro hasta mi pequeño equipaje de recuerdos. Una nunca sabe de qué mano recibe el puñetazo.
Patuco
Por la noche, me levanto y me acuesto en la cama de mi hijo. Sigo su respiración. Dormido, me presiente y se acopla a mis brazos. Me agarra del pelo y se mete el dedo gordo en la boca. Tengo el pelo feo y recortado por esta costumbre del pequeño animal. Pero no importa. Cuando un marzo me abrieron para sacarlo, se lo llevaron. Pasé horas en la sala de reanimación. Lloró hasta que lo pusieron sobre mi pecho. Siempre llevo un patuco conmigo y lo aprieto en el bolsillo y no pasa nada si algunas noches buscamos consuelo y nos encontramos sobre el colchón, debajo de Saturno: yo le respiro, él me ata a su boca.
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Aroa Moreno Durán (Madrid, 1981) estudió Periodismo en la Universidad Complutense, especializándose en Información Internacional y en los países del sur. Es autora de La hija del comunista (Caballo de Troya, 2017), novela por la que obtuvo el Premio El Ojo Crítico de Narrativa y que ha sido traducida a seis idiomas. Ha publicado los libros de poemas Veinte años sin lápices nuevos (Alumbre, 2009) y Jet lag (Baile del Sol, 2016). Ha escrito biografías de Frida Kahlo, Viva la vida, y de Federico García Lorca, La valiente alegría (ambas en Difusión, 2011). Publica una columna semanal en infoLibre y colabora con La Marea y otros medios.
No sé si esta sección tendrá muchos lectores, porque no veo comentarios, pero a mí me gusta. Gracias, InfoLibre.
Supongo que Aroa querría conocer la opinión de sus lectores, por ello le doy la mía. Es más difícil construir que criticar, por ello sé que su labor es de orden superior a la mía.
El primer relato no lo he entendido. El tercero me ha gustado, en especial el detalle del patuco (en mi casa se le ha llamado siempre peúco).
Pero el que me ha parecido el más redondo es el segundo, porque con tan pocas palabras me ha conseguido trasladar a esa habitación, tan real para Aroa y tan extraña a mí. Y también por la frase final, porque es justo la sensación que tengo con algunos buenos escritores. Me han venido a la mente Rafael Chirbes o Gaël Faye, quizás porque son los que tengo más recientes. Ellos son verdaderos especialistas en darte unos buenos puñetazos cuando menos te los esperas y por donde menos lo esperas.
Un saludo.
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Ocultar 1 Respuestaswww.infolibre.es ISSN 2445-1592
Gracias, Aroa.
El microrrelato me atrae. Son muy buenos los tres:
1. Lorazepan 1 gr. Aplausos. En menos de 5 renglones, ¡cuánto relato!
2. Boquilla. Tu verso en prosa. Con frecuencia te reitero mi admiración, son poesía pura tus artículos...y tus relatos.
3. Patuco. Maternidad. ¡Brava!
Gracias Aroa, por escribir y compartir tu humanidad.
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