Liebre por gato

Microrrelatos de terror y espada

El escritor David Vivancos.

David Vivancos Allepuz

La sección de microrrelatos inéditos 'Liebre por gato' está coordinada por Fernando Valls y Gemma Pellicer. Esta nueva entrega recoge dos textos del escritor David Vivancos Allepuz. 

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El autorretrato

Apoya en la pared del callejón el lienzo recién recogido y le dedica al último retrato de encargo una mueca de desprecio. Con la sombra de una nueva decepción –la definitiva, ha decidido– nublándole la mirada, clava la espada en su propio rostro. Fuera de sí, rasga la golilla, el jubón y el tajo descendente muere en los calzones de la pintura. Y Diego Velázquez no puede evitar pensar, al hacerlo, que a quien está atravesando es al maestro retratista que no ha estado a la altura. A todos los demás autores fallidos que lo precedieron. Arroja después la espada bien lejos y palpa la bolsa de cuero que cuelga de su cintura. Cuenta los maravedís sobrantes, ya con más calma, y decide comprar un espejo.

Ya están aquí

Con pulso tembloroso consigo, por fin, encajar la llave en la cerradura del portal y hacerla girar a la derecha. Empujo la puerta de la calle con el hombro y entro precipitadamente. No sé si he conseguido despistarlos, pero no pienso perder un segundo en volver la vista atrás para cerciorarme. Tampoco entra en mis planes, por el riesgo que entraña, esperar el ascensor, así que agarro el pasamano y subo a galope los primeros escalones. De dos en dos. Intuyo que vienen detrás de mí. Hay latas de refresco vacías tiradas en el rellano del segundo; una chancla abandonada con la que tropiezo y un abanico roto en las escaleras. Me parece oírlos uno, dos pisos más abajo. Podrían ser una docena. No estoy del todo seguro porque lo único que escucho con total nitidez son mis propios jadeos.

Abro con idéntica dificultad la puerta de casa y la cierro con urgencia. Trato de recuperar el aliento sentándome unos segundos en el suelo del recibidor. Con la espalda apoyada en la puerta que acabo de cerrar violentamente. Todavía con la respiración entrecortada, voy hasta el teléfono y los llamo. He resuelto irme donde ellos. Huir de todo esto. A las montañas. Abandonar la ciudad igual que ellos hicieron en su día. Obro sin la prudencia acostumbrada porque ya me da igual que localicen la llamada: mañana me habré ido muy lejos. Golpean la puerta. Me giro, contrariado. Ya están aquí. Tendría que haberles hecho caso entonces, cuando huyeron buscando refugio. Haber aceptado, al menos, el arma que me ofrecieron y que yo rehusé invocando unos principios de los que ahora reniego. Los golpes son cada vez más enérgicos. Ya están aquí. En mi rellano. Llamando a mi puerta. Los turistas.

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David Vivancos Allepuz (Barcelona, 1970) es autor de varios libros de cuentos de temática ajedrecística, como Mate en 30 (2004), Las jugadas intermedias (2015) y Veinticuatro miniaturas rusas (2019); así como de los libros de microrrelatos Cruentos ejemplares y otras microficciones (2012) y Producto interior muy bruto (2016). En el año 2013 ganó el premio de La Microbiblioteca. En la actualidad, colabora en la revista cultural Amanece Metrópolis y mantiene el blog Grimas y leyendas.Grimas y leyendas

Ser escritora, ser independiente

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