El Ojo Público

RTVE: una crisis generada por el PSOE

La renuncia de Almudena Ariza este lunesa dirigir los Informativos de TVE no es un hecho aislado. Llamativa, sí; desestabilizadora, sin duda; pero, junto a esta noticia, se están produciendo en las últimas horas y jornadas una serie de movimientos que evidencian una grave crisis en la radio y televisión públicas del Estado: el Comité de Expertos anuncia la presentación ante las Cortes de un requerimiento para que se prosiga con los trámites parlamentarios para elegir un nuevo Consejo de Administración de la empresa y, entre los elegidos, un nuevo presidente de RTVE; las secciones sindicales andan a la greña por unas elecciones que pueden cambiar, o no, la composición del Comité Intercentros, esto es, la representación laboral; de fondo están los paros previstos para la jornada del sorteo de lotería de Navidad, las campanadas de Nochevieja y el 8 de enero (¿sesión de investidura?); precisamente el viernes pasado tuvo lugar el acto de conciliación, en el que la dirección de RTVE rechazó la actuación de un árbitro mediador y pujó por la negociación directa con el comité de huelga.

Y todo ello bajo el gobierno de Rosa María Mateo, Administradora Provisional Única, por más sonrojo que cause el enunciado "provisional" cuando lleva año y medio asumiendo las funciones de la Presidencia y Consejo de Administración de la empresa; vamos, máxima y singular responsable de RTVE. Cierto que asumió el cargo en un momento de parálisis político, que exigía una solución sin demora posible; cierto, también, que fue recibida con críticas de la derecha, como no podía ser menos tras perder el instrumento de propaganda del que había disfrutado Mariano Rajoy; no obstante, los primeros nombramientos fueron recibidos con esperanza por las fuerzas profesionales, sindicales y políticas que defendían unos medios públicos al servicio de la sociedad y no mera correa de transmisión, todo incluido, del partido que gobernara. Mateo tuvo su momento de gloria –y con ella, los defensores de la independencia profesional de los periodistas– cuando espetó, en sede parlamentaria, a los que criticaban su gestión: "En mí no manda usted, ni usted, ni ustedes... yo ejerzo mi cargo sin servidumbres a ningún partido".

Pero llegó abril, y con él una nueva campaña electoral... y Rosa María Mateo decidió convocar un debate ("un único debate" había solicitado Pedro Sánchez) en la misma fecha del ya convocado por Atresmedia. ¿Fue suya la filibustera decisión o sugerida/ordenada por Moncloa? Certezas no hay, sí múltiples indicios de lo segundo. La aciaga jornada del anuncio ocasionó un terremoto interno en TVE cuando, desde los propios telediarios de La 1, se dijo que "la dirección de Informativos no se siente vinculada con esa propuesta"; en paralelo, en la redacción bullían las protestas y críticas a Mateo; algunos significados profesionales, como Xabier Fortes, colgaban en redes sociales su desacuerdo explícito y rotundo. "No me frenéis, no me frenéis", decía a compañeros y amigos que le pedían prudencia. "Estoy aquí y en esto porque creo y defiendo una información libre de presiones políticas". Creer y defender la información independiente, un sentimiento generalizado en la redacción, que llevó a que, desde ese día, el final del mandato de Begoña Alegría estuviera decidido. Cierto que sin fecha, quizás sujeto a ver quién aguantaba más, pero inevitable: nunca estuvieron tan lejos Torrespaña, sede de Informativos, y Prado del Rey, donde se sitúa el despacho de Mateo.

Y llegó un verano sin mayorías ni acuerdos políticos. Las Cortes, abocadas a nuevas elecciones, se sentían provisionales. La Comisión de Control parlamentario de RTVE se constituyó in extremis, pero no celebró una sola sesión. La resolución del concurso público para construir una nueva dirección estaba ahí, pero había otras prioridades. Mientras, la radio y televisión pública seguía estrangulada frente a la competencia mediática. Su dotación económica, rebajada una y otra vez bajo gobierno de PP, estaba congelada; la normativa, dictada en tiempos de crisis económica, impedía nuevas contrataciones, y aún la sustitución de plazas vacantes; nace el colectivo RTVE Sin Personal, que denuncia unas carencias que llevan, como ejemplo significativo, a que La 2 Noticias, un informativo alternativo y esencial para el medio público, desaparezca en vacaciones por falta de personal técnico. No hay contrato marco, que sitúe prioridades, ni dedicaciones. No hay –no puede haber– proyectos serios de futuro, fuera de ocurrencias a muchos años vista como la desaparición de un símbolo como Torrespaña, o grandes y vacíos conceptos como "la digitalización", tan inevitable como imprescindible, pero que, sin dotaciones económicas y planes concretos para un lustro, se convierte en un mantra, una iniciativa tan incontestable como hueca.

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Y llega el otoño, y no se vislumbra una salida institucional para la provisionalidad en este medio público. Colectivos como los Consejos de Informativos, MujeresRTVE, o el sindicato Comisiones Obreras, claman por el concurso público, aprobado por todas las fuerzas en el Parlamento, y que se ha quedado en el limbo de las no prioridades. Cierto que ha tenido un recorrido sinuoso, que hay hasta una treintena de reclamaciones de los candidatos, que la selección de los veinte nombres tras la criba no cumple conceptos como la paridad, pero es el mecanismo aprobado por los representantes de la voluntad popular... en el pasado. En este otoño, el PSOE, otrora impulsor de la renovación de los medios públicos, da síntomas de renuencia: hay primero un cierto "olvido", luego aparecen críticas, "no es la mejor solución", por parte de muy altos cargos del PSOE en conversaciones informales con periodistas. Y llega el programa electoral del partido que aspira a presidir el Gobierno sin alusión alguna al concurso público; tan solo se menciona a RTVE (englobada en el concepto de "medios públicos de comunicación) con una mención a que han de estar al servicio de la sociedad.

Y mientras RTVE se desangra. Tan solo los Informativos aportan una recuperación de credibilidad y buen hacer profesional. Son plurales en lo político, comienzan a priorizar la imagen, siguen imbatibles en la información internacional con la red de corresponsales y enviados especiales, seña de identidad de RTVE, que vive uno de sus mejores momentos. Ha "descubierto" a Carlos Franganillo, antítesis del locutor pegado al monitor; a un Xabier Fortes que, a más de recuperar la pluralidad en los participantes y la variedad en los asuntos para Los Desayunos, ha demostrado su profesionalidad en transmisiones de hasta seis horas sin interrupción. Y La 2, con la feliz recuperación de La 2 Noticias, y una serie de programas de actualidad al nivel de los mejores del mundo... excepto en sus horarios y promoción.

Releo lo escrito y soy consciente de que, salvo Informativos, nada positivo se puede destacar de este periodo de provisionalidad. Y sí de lo negativo: el bandazo del PSOE intentando instrumentalizar (como todos sus antecesores y coetáneos a excepción de Zapatero) a los medios públicos se ha llevado por delante la credibilidad y presunta independencia de Rosa María Mateo. A la hora de buscar una solución para RTVE, es un nombre, aún en funciones, amortizado. Bien haría el posible nuevo ejecutivo de Pedro Sánchez en virar el rumbo, ahondar en el modelo que impuso Rodríguez Zapatero, y dejar de lado sus últimos devaneos. La RTVE del futuro inmediato ha de servir a la ciudadanía o desaparecer. Esa será, si logra gobernar, la responsabilidad del PSOE.

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