Muros sin Fronteras

El año del cangrejo

Celebrar la llegada de un nuevo año es una convención. Con el calendario nos inventamos una vida por unidades, condenándonos a una linealidad de la que es difícil salirse. Lo extraordinario está siempre en la verticalidad, en el poder de volar. A veces se asciende; otras, se cae. Carecemos de líderes capaces de soñar, como los padres que construyeron lo que hoy es la UE que, pese a sus defectos, es una obra magistral de ingeniería política. Los soñadores son capaces de pensar más allá de su generación, de imaginarse el mundo dentro de 40 años. Nelson Mandela fue un ejemplo; Donald Trump, su reverso.

Se acaba 2018, un año cangrejo, de esos que nos fuerzan a caminar hacia atrás. Se escapó el odio del baúl del odio. Se han detectado nubes tóxicas en EEUU, Brasil, Francia, Reino Unido, Italia, en los casi siempre fiables países nórdicos y en España. El odio es cortoplacista: inflama, promete votos y genera conflictos que se van de las manos con enorme facilidad. Balcanes, el último ejemplo en suelo europeo. El odio permanece incrustado bajo la piel durante generaciones, como en el caso de la radioactividad. España es un caso de odio por transmisión familiar.

Si tuviera que elegir cinco noticias relevantes, serían estas. Les adjunto enlaces por si desean ir un poco más lejos del enunciado:

1. Segundo año de Donald Trump y seguimos vivos

Las peores pesadillas se han confirmado. No es el típico bocazas de campaña que se calma al llegar al poder y se inviste de una cierta respetabilidad, consciente de que ser presidente de EEUU es un asunto serio, no un show televisivo. El Trump presidente es peor que el Trump candidato. Es divisivo, fabricante de odio al por mayor, incapaz de gobernar y posiblemente corrupto. Veremos en 2019 qué dice el informe del fiscal especial, Robert Mueller, si es que se hace público. Trump no soporta la crítica. El último caso es el del general James Mattis. Trump adelantó al 1 de enero su salida del Pentágono, prevista en febrero, enfadado por el contenido crítico de su carta de dimisión, que se hizo pública. Odia que le lleven la contraria, sean Mattis o las Bolsas. Su nuevo objetivo es el jefe de la Reserva Federal nombrado por él. Lo fríe a tuits empeorando la situación. Necesita unos mercados eufóricos para una presidencia eufórica.

Sobre sus dos años: Para Trump, una guerra todos los días, que libra cada vez más soloPara Trump, una guerra todos los días, que libra cada vez más solo

Amazon (Jeff Bezos, declarado enemigo por Trump al ser dueño del The Washington Post) vende un calendario de los dos años que le quedan de presidencia, para poder ir tachando los días. La broma es buena: “Dos años, tal vez menos” (por Mueller y un posible impeachment).

2. Un Brexit basado en mentiras es un Catch22

No quiero entrar en arenas movedizas comparativas, exigiría un texto largo, pero ya me entienden. El Brexit nace de una triple alianza: la estupidez política de David Cameron, la crisis económica mundial que desata la ola de xenofobia actual, que en el Reino Unido se disfraza de nacionalismo, el Britain first, y un carrusel de mentiras que se instalaron como hechos probados en una parte significativa de la población. Es un asunto grave porque ellos tienen la BBC y unos medios de comunicación de gran nivel ético, quitando los sensacionalistas, que son por lo demás los más leídos. Como sucede en el otro asunto, en el de las arenas movedizas, los impulsores del Brexit son personas formadas y, digámoslo de manera simple, de la clase pudiente. A ellos se suma la población de más edad, víctima de la memoria postimperial selectiva y del miedo. Es un Catch22, expresión que procede del libro del mismo nombre: una situación en la que cualquier salida es pésima. Es malo un Brexit con acuerdo, que se votará en enero en el Parlamento, y todo indica que Theresa May puede perder; es peor un Brexit sin acuerdo y un segundo referéndum tiene el riesgo de que se mantenga la división del país aunque el resultado sea el contrario. De las tres malas salidas, la más ética sería la tercera: los británicos disponen de datos y hechos para decidir con la cabeza. Sería lo más democrático, y debería ser una bandera de los dubitativos laboristas de Jeremy Corbyn.

La revista Forbes, El Reino Unido necesita un segundo referéndum.

Sobre el libro Catch 22 de Joseph Heller.

3. Macron está desnudo y sin capa de invisibilidad

El héroe de Albert Rivera ha dejado de ser el héroe de millones de franceses. Fue una construcción política acelerada ante el empuje de Marine Le Pen, el hundimiento del Partido Socialista y la guerra civil en Los Republicanos, derecha gaullista, tras el tropiezo final de Sarkozy. Se improvisó un producto, lanzándolo al consumo como si fuera una campaña de publicidad, que así está la política, en el mismo escalón que los perfumes de lujo. Macron cumplió con el guión y derrotó a la malvada lideresa del Frente Nacional, más viva que nunca en estos días de chalecos amarillos. El mirlo blanco se rodeó de vendedores de humor, perdón, de jóvenes tecnócratas que se recluyeron en las almenas del castillo para gobernar a unos franceses que no veían ni escuchaban. Bajaron los impuestos a los ricos y se los subieron a los demás. ¿No se estudia en las escuelas de negocio que tocar las pelotas a la mayoría suele tener consecuencias, y más en Francia? Pues el Macron que gastó miles de euros en maquillaje cuando aún no lo necesitaba, se ha quedado pálido a la primera de cambio. Decaerá la fiebre amarilla, pero el daño al líder está hecho. Le Pen espera su momento. Francia y el mundo parecen moverse a su favor.

La popularidad por los suelos.

4. Un lenguaje para derrotar a los Bolsonaro

Una globalización salvaje, sin reglas de comportamiento, se ha llevado por delante el mundo conocido, el anterior a 2008 que ya venía zarandeado por la llamada revolución conservadora de Reagan y Thatcher. En el nuevo mandan más los mercados (especuladores que actúan como cartel) que los Gobiernos elegidos en las urnas. La idea es privatizar el Estado del bienestar para que los mercados lo puedan comprar a precio de ganga y obtener grandes beneficios con esos servicios ya privatizados. Piensen en las pensiones y en la sanidad. Esa globalización se ha llevado también por delante a la izquierda. En el caso de la socialdemocracia --clave en la creación de la UE y del Estado del bienestar--, existía un suicidio previo. Para enfrentarse a los Reagan-Thatcher se volvieron liberales, comprándoles algunas recetas. A su izquierda estaban los restos del postcomunismo, sin un discurso claro tras descubrir la realidad. Vean la película Good bye Lenin y me entenderán.

Los Verdes han reemergido tras varias crisis internas como una de las grandes opciones de la izquierda. Su discurso es moderno y necesario, casi urgente: la preservación del planeta ante la velocidad de un cambio climático forzado por nuestro sistema depredador de vida. Son junto al feminismo, la igualdad de oportunidades y la defensa de los derechos sociales, la gran bandera, la única que podrá enfrentarse a los Bolsonaro, Salvini, Casado-Vox y demás patologías del odio. La ideología debería ser la eficacia, ser útiles a la sociedad y que esa sociedad vote desde la ilusión, no desde el miedo o la resignación. En este escenario los Daniel Ortega no pueden representar una duda, un no sé si son de los nuestros o de los otros. Ortega es un dictador.

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5. Hacia una dictadura global

Parecía que EEUU y sus aliados europeos querían atraer a la Rusia postsoviética hacia los valores del mercado (ya saben) y hacia los de la democracia. No funcionó. Vladimir Putin trata de colocar a Rusia en el mismo escalón de la URSS. Para lograrlo necesita ser beligerante y antioccidental. Putin solo ha comprado el modelo de capitalismo salvaje. Puedes hacerte rico si juegas en el equipo del Kremlin. Sucede lo mismo con China. Según aumentó su poder político y económico global se redujeron las críticas a las violaciones de los derechos humanos. China es un Estado autoritario que permite el juego económico si no se cuestiona el poder del partido, que sigue nominándose comunista porque cambiar de marca es un riesgo. Lejos de atraerles a nuestros valores, caminamos hacia los suyos: sociedades que celebran elecciones en las que ganan los mismos, nunca la disidencia.

Las nuevas tecnologías nos están acercando a un gran hermano mundial en el que todos estaremos controlados. Ya saben cuáles son nuestros gustos y nuestras ideas, nuestros movimientos. Todo está en venta. China es pionera en esta ciberdictadura. Es la razón de fondo de la detención en Canadá de la heredera del imperio de Huawei. El campo de batalla es la tecnología del 5G y la fiabilidad de quién conserva los datos. Orwell solo se equivocó de fecha y de siglo, no de denuncia. Feliz año.

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