Plaza Pública

Vox, la escisión decadente de la clase dominante

Andrés Villena

Jesús Grande-Melgarejo Osborne es aristócrata, empresario ecuestre en el Puerto de Santamaría y candidato fallido al Senado por Vox. En declaraciones a El Diario, se postulaba como un guerrero contra el comunismo: “A mi bisabuelo, también Caballero de Calatrava y duque de Quiroga, lo asesinaron de una forma muy cruel en el 36”.

La extrema derecha en España representa una escisión decadente de la clase dominante, de quienes detentan una parte desproporcionadamente grande de la riqueza nacional y los medios para influir en la toma de decisiones. Esto se muestra con claridad en las redes de poder que configuran este partido, así como en los perfiles y biografías de sus principales líderes. Como se suele decir, la ultraderecha española ha salido del vientre del Partido Popular y viene apoyada por intereses económicos que, envalentonados por el favorable tratamiento estatal al mundo de los negocios durante la crisis, ambicionan una recomposición del Estado del bienestar y del sistema tributario a su favor.

Como queda ampliamente desarrollado en Las redes de poder en España (Roca Editorial), la posición social y la ideología de nuestros dirigentes van fuertemente asociadas a las propuestas y a las decisiones que estos adoptan. En Vox, por sus peculiares características, esto se pone de manifiesto con suma claridad.

Al lado del líder, Santiago Abascal, siempre marcha Iván Espinosa de los Monteros, procedente, como el primero, de la Asociación en Defensa de la Nación Española (DENAES), e hijo de Carlos Espinosa de los Monteros y Bernaldo de Quirós, cuarto marqués de Valtierra.

Espinosa padre es uno de los mayores empresarios del país, un funcionario de élite que ha pasado por infinitos consejos de administración, muestra de lo entreverados que están los intereses estatales y empresariales en la presente fase del capitalismo.

Técnico comercial y economista del Estado –de la misma promoción, por ejemplo, que el exministro Pedro Solbes–, el marqués de Valtierra es expresidente de Iberia, exdirectivo del antiguo Instituto Nacional de Industria y exasesor de los gobiernos de la Unión de Centro Democrático, especialmente del de Leopoldo Calvo-Sotelo.

Como buen burócrata de élite –economistas del Estado, abogados del Estado, etc–, Espinosa padre ha pasado por consejos de administración como los de Inditex, Acciona, Fraternidad-Muprespa, Tío Pepe, Schindler, Mercedes Benz… La lista es inabarcable.

Su tío abuelo –el tío bisabuelo de Iván, erigido hoy en oposición a la ‘dictadura de lo políticamente correcto’– tuvo que ejercer difíciles labores de diplomacia ante una tiranía de verdad. Eugenio Espinosa de los Monteros y Bermejillo fue el embajador en la Alemania de 1940, la que, encabezada por Adolf Hitler, estuvo en la localidad de Hendaya entrevistándose con el dictador Francisco Franco. Eugenio aparece en las fotos de aquel encuentro y, al parecer, desempeñó un papel clave para disuadir a Franco de integrar a España entre las denominadas potencias del Eje, las que salieron derrotadas de la Segunda Guerra Mundial. Aunque esto le supuso un enfrentamiento de por vida con el cuñado del dictador, Ramón Serrano Suñer, el tío bisabuelo de la saga puede contarse entre la inteligencia estratégica que contribuyó decisivamente a perpetuar el régimen franquista, con permiso de los Estados Unidos.

Puede ser una casualidad, pero los asesores sobre política exterior y estudios estratégicos no están precisamente ausentes en la dirección de Vox. Rafael Bardají, principal enlace de Vox con el norteamericano Steve Bannon y fotógrafo aficionado a inmortalizar modelos femeninas en Instagram, fue miembro fundador del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), un think tank cercano a FAES que tiene su origen en la entrada de España en la OTAN.

Promotor de la segunda guerra de Irak en España y acompañante de Aznar a varios encuentros con George W. Bush, Bardají había asesorado a otro grande de la alta función pública y la empresa española, Eduardo Serra, como ministro de Defensa y director del Instituto Elcano. De Serra parte una red atlantista con innumerables conexiones armamentísticas y con la Corona, incluyendo al exministro de Defensa Pedro Morenés. Bardají, sionista convencido y admirador de Chuck Norris, fundó la organización Amigos de Israel en compañía de Pablo Casado y de otro ilustre miembro actual de Vox, Carlos Bustelo García del Real, exministro de Industria con la UCD y coincidente, en su momento, con Carlos Espinosa de los Monteros en Mercedes Benz, así como presente en Banesto y en otras grandes empresas.

Terminando con la saga Espinosa, que todos los años celebra el encuentro familiar ‘La Espinosada’ con todos sus miembros en un hotel de lujo, Iván Espinosa de los Monteros no ha sido como su hermano Beltrán, que continúa la carrera de su padre, Carlos, en la empresa Inditex, como directivo financiero de Stradivarius. A camino entre los negocios inmobiliarios y la política nacionalista, este dirigente de Vox comparte vida con Rocío Monasterio y sus cuatro hijos. Monasterio, decisiva ya en la Comunidad de Madrid, es una arquitecta que también procede de una familia con éxito empresarial décadas atrás. Propietaria de fábricas azucareras, fueron expropiados de varias empresas en el régimen cubano. El primer establecimiento de la franquicia Kentucky Fried Chicken en España se lo debemos también a sus familiares.

Los intereses empresariales descritos arriba se corresponden con un programa ideológico que compatibiliza la guerrilla cultural –combate a feminazis, imperio gay, enemigos de la nación e izquierdistas– con un conjunto de propuestas económicas que transformarían sustancialmente la economía española a corto y largo plazo: revolución fiscal con la eliminación de la progresividad de los impuestos, impulso a las pensiones privadas a través del sistema de capitalización, imposición del copago sanitario y el cheque escolar… No todas estas se detallan explícitamente en su programa, pero queda claro que, en una nación obligada al equilibrio presupuestario y a la austeridad, una fuerte bajada en los ingresos por impuestos tiene que venir reforzada por un recorte vertical de sus gastos.

Al frente de dicho programa económico está, por una parte, el economista Rubén Manso Olivares. Inspector del Banco de España en excedencia y, en la actualidad, titular de una empresa de servicios financieros, Manso considera que el Estado debe limitarse a las tareas de seguridad ciudadana, defensa y justicia, lo que lo convierte en un exponente extremo del neoliberalismo. Su fervor religioso no se corresponde especialmente con una fuerte sensibilidad social hacia los inversores que más dinero han perdido en esta crisis: ha sido perito defensor de Bankia y de la CAM frente a las acusaciones de los afectados por las preferentes y por las distintas formas fraudulentas y ruinosas vendidas a las familias durante la crisis financiera.

Por otra parte, la estrategia económica tiene un pilar en Víctor González Coello de Portugal, captador de fondos del partido. Asiduo tertuliano de Intereconomía y miembro de órdenes religiosas ultramontanas (Cura Infirmorum et Natura-Seminare, presidida por Luis Alfonso de Borbón, bisnieto de Franco), González Coello prometió, en un tono de amenazante sorna, el cierre de La Sexta en plena campaña electoral a la presidencia.

Los Coello de Portugal, apellido de más de quince siglos, fueron célebres durante el franquismo. En 1940, mientras Eugenio Espinosa de los Monteros trataba de convencer a Franco de no participar al lado de Hitler, Leonor Coello de Portugal, hija del conde de Coello de Portugal, lanzó al mercado la muñeca Mariquita Pérez, juguete para niñas de elevado poder adquisitivo que revolucionó el mercado de la juguetería en España. Muchos de sus descendientes se han dedicado al mundo de la moda y el diseño pero, como podemos comprobar, otros han preferido determinados compromisos políticos.

Toreros comprometidos con España, cantantes tradicionales más o menos apartados del estrellato, militares ultramontanos, neonazis reinsertados y otras criaturas políticas conviven con una fuerte red en la que los intereses empresariales se cruzan con los políticos, con altos funcionarios de la Administración y con familias que todavía detentan títulos nobiliarios. Se trata de esta parte de la clase dominante, de la élite de poder española, que quiere dar un paso más en el desmantelamiento de la protección social. Ahora tienen un partido y, por tanto, una voz. ______________________________________________________________________________________________________________________

Andrés Villena es periodista y doctor en Sociología. Acaba de publicar Las redes de poder en España. Élites e intereses contra la democracia (Roca Editorial).

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