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Y finalmente disiento con la lectura que hace el autor del artículo sobre el independentismo en Cataluña. Si un 33,7% lo apoya, un 66,3% se muestra contrario aunque con matices diferentes en la relación con el resto del Estado. Más de veinticinco años de inmersión lingüística e ideológica en Cataluña han producido sus efectos. Al saber que más catalanes habían preferido leer la versión traducida del libro "Victus" se me planteó la duda si era por provincianismo, o porque gran parte de las nuevas generaciones tienen dificultades leyendo en castellano, pues no entiendo, dominando un idioma, la renuncia a leerlo en su versión original
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A los catalanes, como a los toros con el capote, les han puesto la señera delante mientras les despojan de derechos sociales sus propios dirigentes. Desgraciadamente muchos no se han enterado. Se han creído una fábula inexistente, ni en el relato del pasado, lo de 1714 debería constituir un motivo de vergüenza para sus gobernantes que permitieron que se masacrara a la población por una causa perdida, en defensa de sus propios intereses. Ni ahora persiguiendo conseguir una absurda "independencia" dependiente de Merkel y sus acólitos que,además no avala ningún Organismo Internacional. Pero el populismo prefascista se ha instalado. Si ahora sólo se ven banderas catalanas, cuando empiecen a aparecer las españolas, somos muchos que no somos especialmente patriotas ni de aquí ni de allá, pero que estamos hartos del pensamiento único, la situación en Cataluña se tornará muy peligrosa
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Apuntes desde Cataluña: el libro más vendido en la Fiesta del Libro de este año ha sido Victus en su traducción al catalán. La versión original está escrita en castellano. Sucede que el auto,r que escribe habitualmente en catalán, debido a sus giros y, supongo, complejidad, acabó redactándolo en castellano. El Ayuntamiento de Barcelona, con dinero público, lo hizo traducir al catalán (Sergio Pamies). Y una mayoría de catalanes prefirió comprar la versión traducida. La Generalidad, con la colaboración de Diputaciones y Ayuntamientos, con dinero público ha creado un Organismo que se dedica a propagar fuera de España que Cataluña está sufriendo la tiranía de un Estado opresor. Un periodista deportivo justifica la derrota del Barça en Champions arguyendo que "la mayoría de sus jugadores son de aquí, buena gente, catalanes..." Ese mismo diario antepone sistemáticamente el artículo "el" al referirse a años de este siglo. Ejemplo: "del 2013". La Generalidad va a lo suyo, pero el desgaste es 0
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Carta dirigida al Dtor. de La Vanguardia no publicada. Se titulaba "banderas" pero hubiera preferido: " De fascismo a prefascismo". Sr. Director Soy barcelonés. Hace unos días murió mi madre. Vivía en La Diagonal. Recogiendo sus cosas encontré una bandera española, 10 x 2 m., que recordé durante la Dictadura de Franco nos obligaban a colocar en el balcón anualmente el día del desfile militar conmemorando "El Día de la Victoria" y, en las afortunadamente pocas oportunidades en que el Generalísimo visitó la ciudad. Actualmente, y sin que exista celebración alguna, se puede ver un número apreciable de banderas catalanas colgando de balcones y ventanas. Yo no soy nacionalista, es un concepto que me queda grande, pero sugerí a mi mujer la posibilidad de colgar la bandera de mi madre en nuestro balcón. Me respondió que mejor no, que sólo pensarlo le daba miedo. ¿Debería tenerlo?. Atentamente Miguel Ángel Ferrán Setién
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www.infolibre.es ISSN 2445-1592
Corrección y bibliografía de mis correos sobré este tema: traductor de "Victus" : Xavier Pàmies. La Vanguardia 28/4/13. Página 59. Nombre campaña difamatoria sobre el Estado español: " Diplocat". La Vanguardia. 1/5/13. Página 11.
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