Ciudadanos

Tres datos que demuestran que quienes perciben un viraje a la derecha de Cs no sufren una "distorsión"

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.

El último barómetro del CIS, hecho público hace unas semanas, ahondó en una tendencia presente desde hace ya varios meses en las encuestas: los españoles ven a Ciudadanos cada vez más a la derecha. Los encuestados colocaron en el sondeo de julio al partido naranja en el 7,04 del eje –siendo el 10 la extrema derecha–, lo que implica que la formación de Albert Rivera no ha estado nunca más escorada desde que dio el salto a la arena política nacional. Para Rivera, su papel de "oposición" al PSOE provoca que exista una "distorsión" en la percepción de su partido a ojos de los ciudadanos. Pero lo cierto es que, más allá de que esta estrategia provoque rechazo entre la izquierda, en los últimos tiempos Ciudadanos ha ido ganando cada vez más espacio entre la población que se autoubica más a la derecha.

La derechización del partido de cara a la opinión pública ha sido una constante desde enero de 2015, cuando Ciudadanos era percibido en el 5,1 de la escala, prácticamente el centro perfecto. Desde ese entonces, y salvo un ligero desplazamiento a la izquierda a mediados de 2016, la formación de Rivera ha sido calificada como cada vez más conservadora por los encuestados acercándose a un PP que se mantiene como el partido más derechista de las cuatro grandes fuerzas. En el último barómetro del CIS, de hecho, el 7,04 de la gradación en el que fue ubicado Ciudadanos supuso un hito para la formación naranja, que por primera vez superaba el 7 en un sondeo público y se consolidaba ya como un partido alejado del centro al que aspiraba en sus inicios en el tablero político nacional.

Rivera, no obstante, rechaza públicamente que Ciudadanos esté cada vez más a la derecha y alega que, si los ciudadanos lo perciben así es por su oposición al Gobierno del PSOE . "Cuando haces oposición a un Gobierno socialista, es normal que te vean enfrente", y "esto a veces puede tener una apreciación distinta a la realidad de los hechos", pero Ciudadanos está "defendiendo políticas progresistas en lo social, en lo moral y en lo político", sostuvo el dirigente hace unos días. Y fue más allá: para Rivera, existe una "distorsión" en España que consiste en asociar la firmeza en "la defensa del Estado de Derecho, la Constitución y la unidad de España" con ser más de derechas, y eso sería lo que estaría provocando que los ciudadanos percibiesen al partido cada vez como más conservador.

Es cierto que, en los barómetros del CIS, la polarización puede provocar que un partido se perciba como muy escorado hacia uno de los dos extremos: el PP, por ejemplo, lleva años siendo colocado más cerca del 10 (extrema derecha) que del 5 (centro) a causa, entre otras cosas, de que quienes se ubican en la izquierda lo sitúan consistentemente como un partido ultra. Pero aunque esta circunstancia puede estar afectando también a Ciudadanos, lo cierto es que la formación genera cada vez más simpatía entre los encuestados que se ubican más a la derecha, que también lo eligen cada vez con más frecuencia como el partido al que votarían.

Un ascenso sostenido en simpatía

Buen ejemplo de esta penetración de Ciudadanos entre las franjas de población situadas más a la derecha del espectro político es su crecimiento como partido favorito de algunos de estos ciudadanos. En sus barómetros, el CIS pregunta a los encuestados qué formación es la que más se acerca a sus ideas o les genera más "simpatía". Y, desde julio de 2017, son cada vez más los españoles que se autoubican en el 9 y el 10 del espectro ideológico –la ultraderecha– y que escogen al partido naranja al ser preguntados por su formación política favorita.

En el barómetro de julio, el 11,5% de quienes se ubican en el 9 y el 13,6% de quienes están en el 10 (es decir, lo más a la derecha que se puede estar) afirmaban que Ciudadanos era el partido que mejor representaba sus ideales. No se trata de algo puntual: en abril, el 13% de los encuestados del 9 y el 12% de los del 10 elegían al partido de Rivera como su preferido. Y el ascenso es sostenido, ya que en enero estos porcentajes eran del 9,8% (los encuestados del 9) y el 9,5% (los del 10) y, en octubre, apenas pasaban del 5%.

Crece la intención de voto directa

Otro dato sociológico que ilustra el ascenso de Ciudadanos entre los españoles que se consideran muy de derechas o incluso de extrema derecha es la intención de voto directa entre estos grupos de población, es decir, el porcentaje de encuestados que se autoubican en el 9 o el 10 de la escala y que responden que votarían a Ciudadanos si las elecciones fueran mañana. En el último barómetro del CIS, correspondiente a julio, el partido naranja batió su propio récord entre los más ultras: un total del 18,2% de los encuestados situados en el 10 aseguraban que su elección sería el partido de Rivera si tuvieran que elegir papeleta, por un 11,5% que hacían lo propio entre los autoubicados en el 9.

El auge de Ciudadanos como primera opción de voto en estas franjas de la población también ha sido constante desde julio del año pasado, aunque con ligeros altibajos. En julio de 2017, ningún ciudadano del 9 y el 10 nombraba al partido de Rivera al ser preguntado por a quién votaría en unas eventuales elecciones, mientras que en octubre de ese año, el barómetro elaborado justo en los días posteriores al referéndum ilegal de autodeterminación de Cataluña revelaba que Ciudadanos se había convertido en la opción de voto del 12,8% de quienes se autoubicaban en el 9 y del 2,9% que lo hacían en el 10.

Desde entonces, el partido naranja se ha mantenido en cifras algo más bajas entre la franja de población autoubicada en el 9 (era elegido por un 9,8% de los encuestados en enero de 2018 y por un 8,7% tres meses más tarde), mientras que el crecimiento era mucho más modesto entre los encuestados más ultras (solo lo elegían un 4,8% en enero y un 4% en abril). No obstante, en apenas tres meses Ciudadanos se ha disparado: la llegada al poder de Pedro Sánchez y la crisis del PP han impulsado a la formación de Rivera hasta el 11,5% entre quienes se colocan en el 9 de la escala y hasta el 18,2% entre quienes se declaran de extrema derecha.

El rechazo que causa a los ultras

Rivera cree que la percepción de que su partido es cada vez más de derechas es una "distorsión"

Rivera cree que la percepción de que su partido es cada vez más de derechas es una "distorsión"

El tercer dato que confirma que el viraje a la derecha de Ciudadanos no es una "distorsión" sociológica es el del porcentaje de votantes de extrema derecha que aseguran que nunca lo votarían, que ha sufrido un importante descenso desde julio de 2017, un periodo en el que precisamente los encuestados más ultras aumentaban su rechazo al PP. En el último barómetro del CIS, hecho público hace unos días, solo el 38,5% de los encuestados del 9 y el 40,9% de los del 10 afirmaban que nunca votarían a Ciudadanos, por un 27,3% de la franja del 10 que nunca elegiría la papeleta del PP –ningún ciudadano del 9 rechazó tajantemente votar al partido que lidera Pablo Casado–.

No existe un patrón definido de crecimiento ni reducción del rechazo que genera Ciudadanos a los ultras, pero lo cierto es que la cifra recogida en el barómetro del CIS de hace unos días es comparable con la de hace un año, incluida en el estudio de julio de 2017. La tensión entre el Estado y la Generalitat de Cataluña ya comenzaba entonces a crecer, pero aún no había alcanzado los niveles a los que llegaría meses después. Entonces, era el 52,6% de los autoubicados en el 9 los que decían que jamás votarían a Ciudadanos, por un 42,4% de la extrema derecha (los del 10). Por aquel entonces, el PP era dueño y señor de esta franja de población: apenas el 6,1% de los votantes más ultras rechazaban votar a los conservadores, y ninguno de los encuestados del 9 aseguraba tajantemente que nunca escogería la papeleta del PP.

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