La oposición de los conservadores

El PP se erige en máximo defensor del Senado tras siete años de ninguneo

El portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó.

El Partido PopularPartido Popular va a hacer de su mayoría absoluta en el Senado uno de los ejes de su labor de oposición para los próximos meses. Salvo excepciones, como la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la Cámara Alta no goza del protagonismo del Congreso de los Diputados. Pero ahora los conservadores se han propuesto dirigir el foco al SenadoSenado. Se han anotado un tanto, señalan, citando a Pedro Sánchez para que explique las políticas migratorias del Gobierno y van a hacer que todos los partidos se retraten sobre el papel del Senado en una declaración institucional de defensa de la Cámara. Todo, en un momento en el que ven peligrar la posibilidad de vetar, gracias a su mayoría absoluta, la ley de estabilidad presupuestaria.

El papel que el partido liderado por Pablo Casado pretende dar ahora al Senado contrasta con el que se le otorgó en los años de Gobierno del PP. Rajoy gobernó siete años, cuatro de ellos con mayoría absoluta, y en ellos no se dieron pasos para convertir a la Cámara Alta en esa verdadera cámara de representación territorial por la que el grueso de los partidos, no sólo el PP, abogan en argumentarios y programas electorales.

Ahora, en el texto de la declaración institucional que el PP ha trasladado a la Mesa del Senado se sostiene que "puede ser legítimo plantearse la reforma del Senado, tanto en su regulación de la Constitución como en su Reglamento parlamentario, para fortalecer su relevancia en el sistema constitucional". Y añade: "No es razonable pedir a los ciudadanos que respeten nuestras instituciones representativas si los partidos políticos no lo hacen".

Para que esta declaración institucional sea leída en el Pleno de la institución que preside Pío García-Escudero (PP), es necesario que haya unanimidad de los grupos parlamentarios. Dado que es una reacción directa de los conservadores al acuerdo entre PSOE, Unidos Podemos, ERC y Compromís para levantar el veto del Senado a la Ley de Estabilidad Presupuestaria, es difícil el acuerdo. Si es rechazada, como previsiblemente ocurrirá, el Grupo Parlamentario Popular en el Senado transformará esta declaración institucional en una moción.

Sin dar pasos para la eterna reforma pendiente

La reforma del Senado con el objetivo de convertirlo en una verdadera Cámara de representación territorial es una asignatura pendiente de todos los partidos que han gobernado en España. Los primeros debates al respecto se produjeron en la II Legislatura, concretamente en el año 1987. Rajoy llegó al Gobierno tras las elecciones de noviembre de 2011. Pues bien, ya en febrero de 2012 todos los grupos del Senado aprobaron la creación de una ponencia para su reforma. Por estas fechas, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, anunciaba que Rajoy quería devolver al Senado "la importancia y el respeto" que se merecía  y que una de las fórmulas estudiadas en este sentido era que el veto de esta Cámara tuviese el mismo valor que los del Congreso. Excepto en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, los vetos del Senado pueden ser levantados con la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados y con mayoría simple transcurridos dos meses de la decisión de la Cámara Alta.

La X Legislatura culminó sin ningún tipo de avance en esta materia. Sus señorías se fueron de vacaciones en el verano de 2015 con un borrador más o menos consensuado. Pero a la vuelta del descanso estival, el texto no fue elevado a Pleno.

También se comprometió el presidente Rajoy a acudir más al Senado, a participar una vez al mes en las sesiones de control. Pero no fue así. En 2017, por ejemplo, faltó a casi la mitad de estas citas parlamentarias.

Conferencia de Presidentes.

Otra muestra de ese papel menor dado a la Cámara Alta o de no aprovechar todas las funciones que se le atribuyen tiene que ver con la Conferencia de Presidentes. El órgano de máximo nivel político de cooperación entre el Estado y las Comunidades Autónomas fue creado en 2004. Integrado por el presidente del Gobierno, que ejerce también de presidente de la conferencia, los presidentes de las 17 comunidades autónomas y los de Ceuta y Melilla, su objetivo es debatir y adoptar acuerdos sobre los asuntos que afectan al sistema autonómico. El Senado es el órgano que las acoge. Desde su creación se ha reunido en 2004, 2005, 2007, 2009, 2012 y 2017. En los siete años de Gobierno de Rajoy, pues, este órgano sólo se reunió en dos ocasiones.

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También pasaron los siete años del PP de Mariano Rajoy en La Moncloa sin la convocatoria de un debate sobre el estado de las autonomías. Según el reglamento de la Cámara Alta debería haberse celebrado una vez al año. El artículo 56 bis 8 establece lo siguiente: "El Senado celebrará anualmente una sesión plenaria cuyo orden del día se dedicará íntegramente a analizar el estado de las autonomías". Estos debates se concibieron en 1994 y desde ese año se han celebrado dos más, en 1997 y en 2005.

En uno de los últimos debates de la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero en el Senado, Pío García Escudero, portavoz del PP en la Cámara Alta por entonces, echó en cara al líder del Ejecutivo no haber acometido en casi ocho años la reforma de la Cámara de representación territorial, haber celebrado solo un debate sobre el estado de las autonomías y no haber conseguido la "eficacia y la regularidad" necesarias para la Conferencia de Presidentes. Era septiembre de 2011. No se ha avanzado nada. El mayor protagonismo de esta institución en los años de Gobierno de Rajoy se concentró en los últimos meses, cuando, tal y como marca la Constitución, se convirtió en la sede del debate para la aplicación del artículo 155 en Cataluña.

Precisamente a la crisis territorial achacan los cargos conservadores consultados el hecho de que no se hayan celebrado más conferencias de presidentes y no se hayan convocado debates sobre el estado de las autonomías.

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