Los perfiles de los diputados de Vox hacen realidad los clichés de la derecha más extrema

El 6 de septiembre de 2017, cuando nadie sospechaba del terremoto que estaba por llegar, el exjuez de familia y ahora abogado Francisco Serrano escribió un tuit premonitorio del dilema político que hoy se cierne sobre Ciudadanos en Andalucía: "A esta desgraciada no creo que nunca la violen ni en grupo, ni en cuadrilla, ni con alevosía o nocturnidad. Todo mi apoyo a @InesArrimadas". La "desgraciada" en cuestión es una mujer con sobrepeso a la que la foto elegida por Serrano muestra envuelta en una senyera y que, según el virtual jefe de Vox en el Parlamento andaluz, fue quien deseó a Arrimadas "que la violaran". "De ahí mi opinión sobre el personaje", escribió en un segundo tuit a modo de "aclaración".

Antifeminista feroz y uno de los detractores más conocidos de la Ley de Violencia de Género, Serrano había sido inhabilitado dos años como juez precisamente por alterar el régimen de visitas que un juzgado especializado en maltrato había impuesto a un padre. Lo hizo sin escuchar a la madre y con el objetivo proclamado de que el niño pudiera salir en una procesión de la Semana Santa sevillana de 2010.

Su perfil es el más destacado de una serie de 12, la de los nuevos diputados de Vox, donde hay cuatro abogados, dos médicos, un veterinario, y al menos tres parlamentarios relacionados con el ámbito de la seguridad: pública, en el caso del cabeza de lista por Jaén, el ex guardia civil Benito Morillo; y privada, como ocurre con la número 1 de Almería, Luz Belinda Rodríguez; y el número 1 de Cádiz, Manuel Gavira, que es abogado pero declara prestar también servicios para una multinacional del sector, Loomis Spain.

Completan la lista el granadino Francisco Ocaña, que comercializa drones; y la malagueña Ana Gil, pensionista y que, como el candidato que la precede, el veterinario Eugenio Moltó, llegó a ser suplente en la lista local del PP en las municipales de 2011. Moltó cobró cierta relevancia hace una semana cuando, en una entrevista concedida al diario Sur, anunció que, en su opinión, el franquismo no había sido una dictadura. 

La segunda diputada por Cádiz, Ángela Mulas, es socia fundadora del bufete de la localidad de San Fernando que comanda junto con otro antiguo militante del PP, Carlos Zambrano, nieto de uno de los alcaldes franquistas más longevos en el cargo. Aunque algunas fuentes aseguran que Mulas perteneció igualmente al PP, infoLibre no ha podido confirmarlo.

Como cabeza de lista de Vox en Andalucía, el jurista Serrano jamás ha ocultado una de las principales obsesiones o postulados de la derecha extrema: lo que él mismo llama el "yihadismo" feminista. La número dos de su candidatura por Sevilla, la médica –en su declaración de actividades aparece "médico", en masculino– Pilar Piñero, colgó en Facebook un vídeo donde explicaba por qué se oponía a la huelga feminista del 8 de marzo. Esa huelga, aducía Piñero, solo se explicaba "desde una perspectiva de enfrentamiento con el hombre por el hecho de serlo". 

A lo largo de la campaña, Vox ha puesto gran énfasis en desmentir su adscripción a la extrema derecha. Nada tiene él en contra de los homosexuales como tales, declaró por ejemplo en una entrevista durante la campaña de las municipales de 2015 Rafael Segovia, también médico y ahora recién electo diputado por Huelva. "No sólo respeto al ser humano, sino que lo quiero, y no discrimino a las personas en función de su raza, de sus ideas, ni de su orientación sexual. Por otro lado, también hay que comprender que desde la heterosexualidad una persona prefiera que su hijo y, por ende, cualquier otro niño, se eduque en el mismo ambiente que lo ha hecho ella".

Concedida a la web huelva24.com, ese no fue el único pasaje de la entrevista donde, con sutileza y casi de manera subliminal, Segovia atacaba aspectos por completo normalizados como es la adopción por parte de homosexuales. El titular iba directamente al corazón de una de las reivindicaciones estrella de Vox: la batalla contra el Estado de las Autonomías . "A los onubenses, poder decir que somos andaluces nos sale muy caro".

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Poco se sabe aún sobre Rafael Segovia, más allá de su que es médico, que se define como "médico, humanista, y cristiano" y que es sobrino de un alcalde franquista que gobernó la capital más occidental de Andalucía en la segunda mitad de los años cincuenta. Su caso es similar al de la mayoría de los 12 parlamentarios de Vox: auténticos desconocidos fuera de su lugar de origen.

De dos de ellos ni siquiera se sabe con exactitud a qué se dedican a día de hoy por cuanto sus respectivas –y obligatorias en Andalucía– declaraciones como candidatos, publicadas por el Boletín Oficial del Parlamento (BOPA), dejan en blanco el espacio reservado a la declaración de intereses. Le ocurre a Benito Morillo, cabeza de lista por Jaén, ex guardia civil según la escueta información difundida este lunes por las agencias españolas y a quien Santiago Abascal definió en un mitin como un "patriota valiente". "Si sientes gratitud y orgullo por quienes de uniforme guardan el muro", se oye declamar a una voz en off en el vídeo con que Vox promocionó su candidatura. No se dice qué muro. ¿El de las concertinas de Ceuta y Melilla? No se sabe. Pero si haces eso, y el resto de las acciones que enumera el spot, "sabrás que estás logrando hacer a España grande otra vez". 

Y le ocurre asimismo a la cabeza de lista por Almería, Luz Belinda Rodríguez. De Rodríguez ha trascendido que cursa segundo año de Derecho en la UNED y que es diplomada en las especialidades en Vigilante de Seguridad y Escolta Privada. En su declaración de bienes se identifica como propietaria de una vivienda y otros dos inmuebles de los definidos como "otros", así como copropietaria de cinco predios rústicos con valores catastrales muy dispares -de 25.000 euros a 0 euros–.