Derechos laborales

Con ciertas lagunas y sin multas inmediatas: así comienza el registro obligatorio de la jornada laboral

Imagen de archivo de una persona realizando un registro de jornada.

El horario de los trabajadores quedará registrado desde este domingo. A partir de este 12 de mayo, las empresas están obligadas a llevar un control de la hora de entrada y de salida de sus empleados. De este modo, las horas extraordinarias realizadas por los trabajadores quedarán anotada. Y el empresario, el trabajador y los representantes de los empleados lo sabrán. Así, con datos en la mano, los trabajadores podrán reclamar en el caso de comprobar que la jornada laboral firmada por contrato y la jornada laboral efectiva no concuerda. Al menos, esa es la idea con la que el Gobierno socialista de Pedro Sánchez aprobó, el pasado mes de marzo, el Real Decreto de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo [publicado en el Boletín Oficial del Estado, BOE, hace ahora dos meses].

Todas las empresas, sin excepción, están obligadas a hacerlo y, si no, se exponen a sanciones que pueden ir desde los 626 euros si el incumplimiento es leve hasta los 6.250 si es grave. El sistema deberá acreditar la hora de comienzo y finalización de la jornada de los trabajadores, aunque en el caso de elementos configurativos internos (pausa, descansos, otros), será necesario dejar constancia de su existencia para que no se considere como tiempo de trabajo efectivo todo el horario comprendido entre inicio y finalización de jornada.

Y es que según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en España hay 797.000 trabajadores que realizan horas extra en sus trabajos, lo que supone el 4,8% del total de los asalariados. Pero lo peor del dato es que casi la mitad de ellos ni cobra ni cotiza por ellas. Por eso, los sindicatos ya llevaban tiempo solicitando una medida como esta. Concretamente, desde el año 2017. Ese año, varias sentencias del Tribunal Supremo aclararon que, con la norma vigente, las empresas sólo estaban obligadas a controlar la jornada de sus trabajadores a partir de la primera hora extra realizada. Exactamente lo contrario que opinaba la Audiencia Nacional. No obstante, hasta este domingo, la obligación de fichar era más una costumbre que una imposición. 

Periodo de adaptación

Ahora sí será obligatorio, pero con un periodo de adaptación. Según afirmó este viernes la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, las empresas deberán cumplir "con seriedad" el decreto. Pero "sin agobios". Y es que, a pesar de que las empresas han tenido "dos meses" para implantar el sistema, la ministra admite que a veces "dejamos las cosas para el último minuto", por lo que la Inspección de Trabajo actuará desde el día 13 con "cabeza, mesura y sentido común"

No obstante, Mercedes Martínez, portavoz de la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo (UPIT), asegura en conversación con infoLibre que, de momento, no tienen ningún tipo de instrucción. "Es posible que estén preparando un criterio técnico para armonizar nuestras actuaciones", dice. Y es que ella cree que esa flexibilidad a la hora de imponer sanciones dependerá de dos factores: de la independencia técnica del inspector que actúe y del caso en el que lo haga. "No es lo mismo actuar en una empresa que tenga muchísimas denuncias y a la que ahora podamos pedir un registro de la jornada que en una en la que veamos que existe una voluntad de aplicar el sistema porque lo está negociando con los representantes de sus trabajadores", explica. 

Y es que la aplicación de la nueva normativa está sujeta a negociación colectiva. Aun así, la Dirección General de Trabajo publicará una guía práctica para empresas sobre cómo se puede proceder. Aunque han pasado dos meses desde la aprobación de la norma, la institución recibió numerosas consultas en las últimas semanas sobre el asunto, según informó Europa Press. 

Gonzalo Pino, secretario de Política Sindical de UGT, critica que no se aplique la normativa desde el primer momento. A su juicio, las empresas han tenido un periodo razonable para adaptarse. "Ha habido tiempo más que suficiente para que las empresas pusieran en marcha los mecanismos de negociación con los representantes de los trabajadores para poner en marcha el mecanismo, pero lo que hemos visto es que no ha habido movimiento", dice. El problema, añade, es que "no se han dado cuenta de que esto no se trata de ninguna idea ni sugerencia". "Es una ley que se tiene que aplicar, pero no ha habido mucho interés por parte de las empresas", lamenta. 

Una medida contra el fraude y la explotación...

El objetivo de la medida es reducir —o, al menos, compensar— las horas extraordinarias que hacen los trabajadores. Por eso, ellos son los principales beneficiados. "Van a tener una herramienta para que puedan determinar cuál es su jornada y cuál es la jornada laboral efectiva que han realizado. A partir de ahí, en la medida en que consideren necesario el establecer algún tipo de reclamación, podrán hacerlo con datos", celebra Mari Cruz Vicente, secretaria de Acción Sindical de CCOO. "Es un requisito necesario para controlar los excesos de jornada y los abusos que se cometen en esta materia. Además, entendemos que es un derecho laboral de los trabajadores", añade.

En la misma línea se pronuncia Pino, que explica que, con esta nueva ley, las empresas tendrán, por fin, la obligación de llevar la contabilidad de la jornada de sus empleados. "La medida va a afectar a las empresas porque van a tener que regular. Hasta ahora no había ninguna regulación que dijera que tenía que haber un registro ordinario de la jornada", afirma. 

La norma, no obstante, no obliga a compensar las horas extraordinarias de sus trabajadores, sino a registrarlas. Luego serán ellos, o Inspección de Trabajo, quienes tendrán que solicitar esa compensación. Según Martínez, lo normal es que las horas de más que los trabajadores hacen en su día a día se vean pagadas en forma de descansos. Pero si la empresa no lo hace, estos deben reclamar una retribución económica. "En principio las horas se pueden compensar con descansos, pero hay una limitación. Si llevas años o periodos largos en los que no te las han abonado tienes que reclamar la cuantía de la retribución", explica. "La compensación por descansos se produce cuando la empresa lleva un cómputo y actúa de forma regular", añade. 

... Pero también con lagunas

No obstante, no todo es tan positivo. Al menos para los sindicatos, que han visto cómo en el decreto han desaparecido algunas de las demandas que que habían acordado en la Mesa de Diálogo Social. El pacto alcanzado hablaba de un registro personal, efectivo y que se entregara al trabajador al finalizar cada semana. Pero el texto aprobado por el Gobierno no dice cómo hay que registrar la jornada. Sólo que hay que hacerlo. La manera está sujeta, por tanto, a la negociación colectiva. Pero si no hay acuerdo tampoco pasa nada: la fórmula la decidirá, de forma unilateral, la empresa. "Nos hubiera gustado que el decreto hubiera sido más taxativo, que hubiera determinado en qué consiste el registro de jornada y que hubiera introducido la obligatoriedad de llegar a acuerdos con la representación de los trabajadores", critica Vicente. 

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Según explica Pere Vidal, abogado y experto en Derecho Laboral de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), hay dos maneras de llevar a cabo el registro: de forma manual y de forma digitalizada, que puede consistir en una aplicación informática, una tarjeta magnética o, incluso, mediante reconocimiento de la huella dactilar. Y aquí viene otro problema: el relacionado con la intimidad y la protección de los datos de los empleados. "La huella digital es un sistema que, de implantarse, tiene que llevar consigo una delimitación perfecta de los datos que se obtendrán a través de ese método, que sólo puede estar relacionado con el registro de la jornada laboral", advierte Vicente. 

Este tipo de registro, no obstante, se implantará, a priori, en las grandes empresas, que son las que tienen experiencia a la hora de implantar sistemas para que sus trabajadores fichen su hora de entrada y de salida, aunque no con el mismo objetivo que lo harán ahora. De hecho, serán estas las que menos problemas presenten a la hora de implantar la medida, opina Vicente. "En general, las empresas pequeñas del sector servicios no tienen ningún tipo de control. Y eso influye en que sea el sector servicios donde mayor número de horas extra se hagan sin cobrar ni percibir descansos", denuncia. 

Pero el problema no sólo estará en las pequeñas y medianas empresas. Para Vidal, el registro de la jornada laboral también será problemático en algunos sectores como el de los comerciales, ya que se desconoce cómo se computaran los desplazamientos. "El problema también puede estar en los puestos directivos, ya que tienen un horario más flexible", apunta. 

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