Partido Popular

El pulso entre Casado y Ayuso desata la inquietud de los barones del PP

El presidente de Colombia, Iván Duque, a su llegada este jueves a la conferencia-coloquio de la tribuna Fórum América, presentado por Isabel Díaz Ayuso.

Fernando Varela

El intento de la dirección del PP, con Pablo Casado a la cabeza, de contener el intercambio público de reproches en torno a la batalla por la presidencia del partido en Madrid no está evitando que, por debajo, se sucedan los movimientos a favor y en contra de la presidenta Isabel Díaz Ayuso.

La discusión sobre este asunto ha lastrado además los mensajes de los conservadores sobre dos asuntos que estos días centran toda su atención: el recibo de la luz y la segunda reunión de la mesa de diálogo sobre Cataluña. Por no hablar del efecto que está teniendo sobre la convención de finales de mes en la que está previsto relanzar el proyecto del partido y aupar a Pablo Casado como alternativa de todo el centroderecha al Gobierno de Pedro Sánchez.

La dirección de Casado ya ha comenzado a moverse. No sólo para tratar de cegar el debate sino para buscar apoyos con los que intentar frenar el desafío de Ayuso e impedir que la lideresa madrileña se haga con el control del poderosísimo aparato del PP en la capital. Génova busca alcaldes y dirigentes influyentes con los que arropar una alternativa o, por lo menos, obligar a la presidenta de la Comunidad a negociar una candidatura conjunta que garantice a Casado el control del PP en Madrid.

Del otro lado tampoco se han quedado quietos. La Cadena SER reveló que la expresidenta Esperanza Aguirre, que el lunes se destapó dando todo su apoyo a Ayuso en las tesis que defiende en contra del criterio de Casado, está convocando a los jóvenes del partido en Madrid con cargos en ayuntamientos y en la Asamblea a una “fiesta privada” a finales de mes en la que previsiblemente defenderá a la presidenta.

Entretanto, los consejeros de Ayuso siguen tomando posición pública. Si el martes fue el titular de Presidencia, Enrique López, miembro también del equipo de Casado, el que defendió la posición oficial de Génova aunque reconoció que Ayuso sería “una gran candidata” a presidir el PP de Madrid, en las últimas horas dos de sus compañeros sí tomaron partido por su jefa de filas.

El consejero de Economía, Javier Fernández-Lasquetty, defendió que “cuanto antes se pase a la normalidad de una dirección” del PP de Madrid elegida en el Congreso y apostó porque ese puesto sea ocupado Ayuso. Justo lo contrario de lo que está pidiendo Génova. También el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, respaldó públicamente los planes de la presidenta regional. “Es la mejor candidata para presidir el PP de Madrid, por su trabajo, por su reconocimiento, por ese magnífico resultado y sobre todo por el respeto que tienen los afiliados del partido respecto a su figura”, remarcó en una rueda de prensa en la que subrayó que esta opinión es unánime dentro del Gobierno regional.

De hecho, su compañero, consejero de Educación y portavoz, Enrique Ossorio, anticipó la capacidad de resistencia del ejecutivo de Ayuso: la presidenta tiene un gobierno, declaró, que “ha resistido” cinco olas de la pandemia, el temporal de nieve provocado por la borrasca Filomena y un Gobierno de coalición “complicado”, además de “ataques tremendos” del Ejecutivo central y siempre han reaccionado como “una piña”.

La propia Ayuso aprovechó una intervención el jueves en la Asamblea para ironizar con la actitud de Casado: “Cuando tenemos a alguien que gana elecciones es verdad que nos va la marcha”, en referencia a la pugna por evitar que se ponga al frente del PP de Madrid.

Donde sí ha empezado a cundir un sentimiento a medias entre el estupor y la preocupación es en el PP fuera de Madrid, donde es difícil de entender que Ayuso haya desafiado públicamente las decisiones de Casado y que líder del partido no esté siendo capaz de reconducir la situación. Especialmente en vísperas de una cita marcada en rojo desde hace meses en el calendario del partido como es la próxima convención.

Los barones, con Casado

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, dejó caer su preocupación a la vista de “la necesidad de hacer las cosas bien, de seguir mejorando y de seguir ampliando la base de nuestro partido”. Y optó por la equidistancia, en línea con las tesis oficiales de Génova: elogiando el perfil “imbatible” tanto de Ayuso como del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a quien Casado reserva como adversario de la presidenta para el caso de que fracase cualquier intento de formar una candidatura de consenso. Juanma Moreno, presidente de Andalucía, también cerró filas con Casado. Defiende que será “cuando corresponda” el momento en el que el PP de Madrid resuelva su liderazgo.

Su homólogo en la Región de Murcia, el presidente tránsfuga Fernando López Miras, fue mucho más claro:claro “Todos los dirigentes políticos del PP debemos pensar, antes de poner en los medios de comunicación algún tipo de debate, si estos debates son necesarios en la situación de crisis por la que está pasando España, y sí que la actualidad diaria la ocupen cuestiones internas del PP es positivo o negativo cuando estamos inmersos en una crisis institucional y sanitaria en España”, reprochó directamente a Ayuso.

Detrás de la estrategia de la presidenta madrileña está, según todas las fuentes consultadas por infoLibre, su director de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, y es a él al quien culpan en Génova. Al que fuera jefe de comunicación de José María Aznar se le atribuye la idea de plantear ahora este debate y de exigir a Casado una única lista encabezada por la presidenta madrileña que le otorgue el control de la organización en Madrid. En igualdad con el resto de barones territoriales del partido.

Rodríguez, cuya influencia sobre Ayuso no es del agrado de los de Casado, sería también el responsable de la estrategia para ensanchar la figura de Ayuso en la política nacional que tanto preocupa en Génova porque eclipsa a su líder. Después de semanas de aparente calma, en las que parecía que la presidenta madrileña habida aparcado las declaraciones sobre actualidad española, este mismo miércoles volvió por sus fueros disputando a Casado el liderazgo del partido frente a la política de Pedro Sánchez en Cataluña.

Justo el día en el que Casado volvía a tener la oportunidad de mostrarse como alternativa a Sánchez en la primera sesión de control después de las vacaciones verano, Ayuso aprovechó un acto poco presidenta de Madrid para denunciar la “humillación y deslealtad” para todos los españoles que en su opinión supone la reunión de la mesa de diálogo sobre Cataluña que tuvo lugar en Barcelona.

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“Quiero subrayar la lealtad del Gobierno de la Comunidad con el de la nación para asegurar estabilidad institucional indispensable para que un país sea respetado dentro y fuera de nuestras fronteras”, pero “se hace imprescindible denunciar la indignidad que supone esa mesa bilateral del Gobierno con los independentistas catalanes”, proclamó.

“A Madrid le importa Cataluña y España”, se justificó. “Por eso estamos obligados a seguir caminando juntos y vamos a pelear por ello, porque no queremos que cedan al chantaje de quienes quieren romper nuestro país y se trate a los ciudadanos como si fueran de primera o de segunda en función de dónde han nacido o qué lengua hablan”. El diálogo, remató, no funciona, porque los independentistas “cada vez piden más, más control lingüístico o rechazan un aeropuerto”. “Este no es el camino”.

Ayuso no se quedó ahí. El jueves se destapó con declaraciones sobre la situación en el País Vasco en la que aseguró que “habrá esperanza” “mientras Madrid siga siendo un faro para los demás”. Y por la tarde acaparó todo el protagonismo durante la presentación del presidente de Colombia, Iván Duque, en un acto en Madrid. Casado ni siquiera estuvo presente, a pesar de que a menudo se refiere a Duque como aliado y amigo. De hecho, la dirección nacional se ausentó del evento, al que únicamente acudió un secundario: el vicesecretario de Participación, Jaime de Olano.

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