Paren las rotativas

1978: El atentado de ETA que marcó la votación del anteproyecto de la Constitución

Portada de 'El País' del 23 de julio de 1978.

El 23 de julio de 1978, domingo, las familias españolas que echaron mano del periódico en papel lo hicieron, quizás, preocupadas. Hoy hace cuatro décadas de un día en que todos los diarios nacionales abrieron con la misma noticia: el funeral de los dos altos cargos militares asesinados a tiros por un comando de ETA en la mañana del viernes 21 de julio. Solo en lo que iba de año, la banda terrorista había asesinado ya a más de 15 personas, pero el ataque llegaba esta vez mientras que en el Parlamento se debatía el texto de la que sería la primera Constitución democrática desde 1931. Este verano, infoLibre repasa la historia española reciente a partir de las portadas de los principales periódicos de la época, un espejo de los temas que llenaban el debate público en las vacaciones de entre 1978 y 2002. 

El día del atentado, aquel 21 de julio de 1978, el Congreso de los Diputados aprobaba el anteproyecto de la Constitución Española con 258 votos a favor, 2 en contra y 14 abstenciones. Esa misma mañana, unas horas antes de la votación, la sociedad española volvía a desayunar con el plomo de quince casquillos y el resultado de dos militares asesinados a bocajarro. Los hechos se produjeron en la calle de Bristol, junto al Parque de las Avenidas de Madrid. Un hombre y una mujer, cada uno en un costado del vehículo oficial del Ejército, abrieron fuego a través de las ventanillas del automóvil y huyeron en un taxi robado.

Los uniformados eran Juan Manuel Sánchez Ramos-Izquierdo, general de Brigada de 64 años, y José Antonio Pérez Rodríguez, teniente coronel de 59 años. Ambos estaban casados y tenían tres hijos cada uno. El presidente del Congreso, por entonces Fernando Álvarez de Miranda (UCD), antes de iniciar el orden del día, declaraba su “condena, dolor y amargura” y, a petición del diputado Otero Madrigal, también del partido en el Gobierno, toda la cámara en pie guardaba un minuto de silencio por las víctimas.

El periódico ABCABC hacía uso de su tradicional fotografía a portada completa y titulaba dramáticamente: “El dolor y la indignación de España entera”. Las lágrimas de la viuda de Ramos-Izquierdo, rodeada por sus hijos en el funeral de Estado, protagonizaba la necrológica de ese 23 de julio. En un escueto texto, el diario informaba: “Toda España ha sentido como algo suyo la muerte de dos ilustres jefes del Ejército, abatidos por las criminales balas terroristas [...]. El dolor de España por la pérdida de sus dos abnegados servidores y la indignación de todos los españoles sin distinción de credo político ante la creciente ola de terrorismo que atenaza nuestro país. ¡Descansen en paz los ilustres soldados!”.

La Vanguardia se hacía eco de la noticia en portada mediante una crónica distante, mezcla de agencias e información propia, y sin fotografía de apoyo. Un relato del protocolo del funeral, las personalidades políticas, militares y religiosas intervinientes… y los gritos de exaltación de la dictadura de varias personas que “vestían camisas azules”. Militantes de Falange Española que elevaron consignas como “Ejército, al poder”, “Abajo la Constitución”, “Franco, Franco” y otros ataques al joven Gobierno.

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El diario El País se salía de la tónica del funeral y presentaba una noticia en primera página donde afirmaba: “Extrañas vinculaciones de GRAPO y ETA en el asesinato de los militares”. El cuerpo de la noticia no recogía el hilo abierto en el titular porque, según se leía de manera escueta a mitad de la información, esas “vinculaciones de GRAPO y ETA” se sustentaban en débiles sospechas de la policía y la Guardia Civil (“No es este el estilo de ETA”), y en el recuerdo de un testigo ocular, que identificó a un grapo en una de las fotografías que la policía había difundido con anterioridad.

El funeral de Estado compartió portada en algunos periódicos con las crónicas que llegaron a España desde Jartum, capital de Sudán. La Organización para la Unidad Africana, en su XV asamblea, había rechazado la "africanidad" de las Islas Canarias. Los Jefes de Estado y de Gobierno de los 48 países del continente habían votado en su mayoría (19, más las abstenciones) en contra de la propuesta de Argelia de calificar el archipiélago canario como "territorio a descolonizar". Esto suponía el final (parcial) de esta pequeña crisis territorial que había enfrentado a la OUA y a las organizaciones independentistas como el MPAIAC (Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario), de un lado, y al Gobierno español, del otro. Los enviados especiales de La Vanguardia y El País transmitían en sus crónicas un suspiro general, si bien acompañado por una dosis de realismo, como describiría el periodista Alberto Míguez: “Pero no hay, como digo, motivo alguno para echar las campanas al vuelo...”. La OUA volvería a insistir en esta cuestión en años sucesivos.

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