Ayuso quiere ser María Pombo

Primero se ganó el título de indiscutible reina de las tabernas. Una vez logrado y obtenido también el de mandamás de la Justicia, la presidenta de la comunidad de Madrid aspira a convertirse en influencer de moda y robarle el trono a María Pombo. La estrategia, dirigida desde el gobierno regional, ha encontrado en los medios patrocinados por Ayuso, que se afanan por meter sus looks con calzador entre las actrices del momento, el lugar en el que materializar sus deseos. Que tiemble el gremio de influencers, porque si algo tiene esta nuestra Comunidad es posibles para colocar el mensaje y amplificarlo.

Sorprende que una dirigente política tan poderosa que se ha cargado al Fiscal General del Estado, pida que, día tras día, se incluyan sus estilismos de trabajo al lado de estrellas de Hollywood. “De Demi Moore con entallado vestido en denim a Isabel Díaz Ayuso y su estilismo relajado para un día de lluvia” titula El Confidencial. Este de Elle: “La falda de Zara que ha llevado Isabel Díaz Ayuso queda perfecta con botas altas marrón chocolate para ir de cena este otoño”. O el del Hola: “Isabel Díaz Ayuso se suma al fenómeno NFL con un look casual chic, el body negro y los vaqueros anchos que son tendencia”. Son solo tres ejemplos de una abrumadora proliferación de artículos en los que se busca convertirla en un icono de moda.

La presidenta de la Comunidad de Madrid aspira a convertirse en influencer de moda y robarle el trono a María Pombo

“En el nuevo mundo se vota por impulsos. La incidencia de los que generes es la clave” explica un diputado popular cuando le pregunto qué hay detrás de esta campaña tan descarada que lleva ya dos o tres años en marcha pero que se ha intensificado tras el verano. “Ayuso necesita sentir que es querida, tiene una necesidad enfermiza de que la adulen. Probablemente se la han creado quienes le rodean”, asegura una ex dirigente del PP. “Igual es que quieren competir con Sánchez, a ver quién es más guapo. Visto que para el presidente del Gobierno la belleza no ha sido un handicap” –dice un diputado de Más Madrid que apunta que causa bochorno contemplar la obsesión de la presidenta por ser una celebrity–. Precisamente así titulaba The Objetive, una de las webs más entregadas a resaltar sus valores estilísticos, ‘de política a celebrity trend’. 

Se alaban sus vestidos midi y los modelos de la firma de Vicky Martín Berrocal, con los que se han generado grandes artículos, con el enfoque dictado desde la comunidad. En la recepción en el Palacio Real el pasado 12 de octubre, el ABC titulaba: “Isabel Díaz Ayuso desempata con su vestido de Victoria el duelo entre Cosy e IQ Collection”. La carga de profundidad que encierra no es nimia. De Cosy iba la ministra de Trabajo, lógico que la ganara. Pero el dardo principal iba dirigido a la mujer de Juanma Moreno, con quien Isabel no parte el bacalao, que iba vestida de IQ Collection, la firma de Inés Domecq, casada con un Martínez de Irujo, y que causa furor entre las pijas andaluzas. El que paga manda. 

El fervor por cada una de las prendas que viste es tal que, hasta cuando fue enferma a la misa de la Almudena, el día después de celebrar la fiesta de aniversario de OKDiario, los medios afines ensalzaron el anodino anorak que se puso sin mucha intención, pues no se encontraba esa mañana como para andar eligiendo modelito. “Isabel Díaz Ayuso o cómo llevar con elegancia un anorak acolchado este invierno pasados los 40 y los 50 años’. A veces dudo de que le hagan un favor

Primero se ganó el título de indiscutible reina de las tabernas. Una vez logrado y obtenido también el de mandamás de la Justicia, la presidenta de la comunidad de Madrid aspira a convertirse en influencer de moda y robarle el trono a María Pombo. La estrategia, dirigida desde el gobierno regional, ha encontrado en los medios patrocinados por Ayuso, que se afanan por meter sus looks con calzador entre las actrices del momento, el lugar en el que materializar sus deseos. Que tiemble el gremio de influencers, porque si algo tiene esta nuestra Comunidad es posibles para colocar el mensaje y amplificarlo.

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