Todos somos un poco Corinna

Esther Lago fue un legendario personaje del narcotráfico patrio. La mujer del entonces capo del contrabando y luego narco de narcos Laureano Oubiña se paseaba en los 80 por el centro de Vilagarcía de Arousa con bolsas de plástico llenas de florines holandeses. Lo hacía a plena luz del día. En la sucursal del BBV le esperaba el director, que en poco más de dos años le cambió unos mil millones de las antiguas pesetas. "Traía las divisas en una bolsa de plástico opaca, de esas que dan para la fruta”, recordó ante el tribunal sin inmutarse el aplicado jefe de la oficina. Esther, a quien los investigadores consideraban el auténtico cerebro del entramado que convirtió a su esposo en el rey europeo del hachís, falleció en 2001 en un accidente de tráfico tras pisar una temporada la cárcel. Ya nada fue lo mismo ni para Laureano, El Pajarito, ni para el narcotráfico gallego.

Mayte Zaldívar contó en 2003 en un programa del corazón de Telecinco que su todavía esposo y exalcalde Marbella, Julián Muñoz, se solía presentar en el domicilio conyugal con “bolsas de basura cargadas de dinero”. “Él me decía que era normal. Unas comisiones de obras. Que todo el mundo funciona igual". Anticorrupción rastreó entonces el patrimonio de la expareja y el de Isabel Pantoja, que por aquel entonces llenaba portadas de revistas de la mano del político corrupto. El trío acabó entre rejas. En el juicio, el fiscal cifró en 3,5 millones el dinero que pudo viajar en las bolsas de basura. Mayte y Julián, ahora dos escombros del mundo del corazón, se asoman de vez en cuando a los platós a rebañar sus miserias. La tonadillera no levanta cabeza ni en los escenarios ni en su trágica vida de copla.

Cuando la falsa princesa 'serenísima' le preguntaba por el origen de los billetes, el rey le contestaba: "Ay, eres tan dramática, no entiendes cómo funciona España". No sabes, Corinna, cómo te entendemos. Nosotros tampoco lo sabemos

"Le veía llegar de los viajes y estaba feliz como un niño de cinco años. Traía bolsas de dinero en efectivo y yo le decía: ‘Oh, Dios mío, ¿qué es eso?’". La expareja de Juan Carlos de Borbón relata en su podcast Corinna and the King, estrenado esta semana, cómo el anterior Jefe del Estado tenía también el hábito de presentarse con bolsas cargadas de divisas. Cuando la falsa princesa serenísima le preguntaba por el origen de los billetes, el rey le contestaba: "Ay, eres tan dramática, no entiendes cómo funciona España". No sabes, Corinna, cómo te entendemos. Nosotros tampoco lo sabemos. Quien podría tener alguna una idea es Marty Byrde, el protagonista de Ozark, la serie de Netflix que convirtió el vil metal en un personaje más de la trama, cuando despacha el asunto con algo así: “El dinero no es tranquilidad. No es felicidad. El dinero es, en esencia, una medida de nuestras decisiones”.

Esther Lago fue un legendario personaje del narcotráfico patrio. La mujer del entonces capo del contrabando y luego narco de narcos Laureano Oubiña se paseaba en los 80 por el centro de Vilagarcía de Arousa con bolsas de plástico llenas de florines holandeses. Lo hacía a plena luz del día. En la sucursal del BBV le esperaba el director, que en poco más de dos años le cambió unos mil millones de las antiguas pesetas. "Traía las divisas en una bolsa de plástico opaca, de esas que dan para la fruta”, recordó ante el tribunal sin inmutarse el aplicado jefe de la oficina. Esther, a quien los investigadores consideraban el auténtico cerebro del entramado que convirtió a su esposo en el rey europeo del hachís, falleció en 2001 en un accidente de tráfico tras pisar una temporada la cárcel. Ya nada fue lo mismo ni para Laureano, El Pajarito, ni para el narcotráfico gallego.

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