Es el momento de retomar la importancia de Europa

Francisco Aldecoa

Despejado, aunque sea parcialmente, el futuro de las consecuencias electorales del 23 de julio debido a que en la constitución del Congreso de los Diputados se nombró Presidenta a Francina Armengol por 178 votos, mayoría absoluta, frente a la candidata del Partido Popular Cuca Gamarra, que ha tenido 139. Parece que, con ello, se confirma la posibilidad de que exista un gobierno liderado por Pedro Sánchez que se aprobará en el mes de septiembre. Es el momento de retomar el tema de la importancia de Europa y, por tanto, de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que le quedan aún tres meses muy relevantes. Ya que, como consecuencia de las elecciones del 23-J, la cuestión ha quedado un poco eclipsada.

Como ya he avanzado en otros artículos anteriores, la Presidencia española tiene una gran relevancia no solo porque acumula las propuestas legislativas pendientes que no se han hecho hasta ahora y que tendrán que hacerse como final de la legislatura, sino también porque no va a haber una Presidencia con capacidad de iniciativa suficiente hasta dentro de, al menos, casi dos años, después de la Presidencia belga, húngara y polaca, en el segundo semestre de 2025. Por ello, hay que aprovechar esta circunstancia para las cuestiones más relevantes.

En la primera parte de la Presidencia española, en la Cumbre CELAC-UE, se dio un paso importante al retomar las relaciones entre ambos continentes con una Declaración que, si bien no fue tan completa como era deseable, desbloquea los siete años de ausencia de cumbres entre la UE y América Latina y el Caribe y retoma la necesidad de una renovación e intensificación. Al mismo tiempo, se decide poner en marcha un órgano permanente de seguimiento con objeto de que no ocurra, otra vez, que en siete años no haya una profundización de relaciones.

En esta segunda parte, también habrá que tener en cuenta el tema de UE-América Latina, especialmente en la Cumbre extraordinaria del Consejo de Granada del 6 de octubre, en la cual se trata de reflexionar en torno a la autonomía estratégica abierta y donde habrá que incorporar el tema de América Latina en su justa medida, ya que tiene que ser un elemento fundamental para relanzar la gobernanza europea de alcance mundial. Por lo tanto, el refuerzo del multilateralismo y de la incidencia en el mundo del modelo común eurolatinoamericano.

Con la culminación del proceso electoral y una vez que tengamos el Gobierno definitivo para la legislatura, vuelve a tener la máxima importancia Europa y, por tanto, la Presidencia española del Consejo de la UE

Los otros temas, además de los propios del calendario pendiente, de gran relevancia para Europa y para España son, al menos, tres. En primer lugar, la Declaración solemne sobre el futuro de Europa que habrá que hacer en el último Consejo de diciembre, que habrá que ir preparando, y que será la respuesta a la propuesta del Parlamento Europeo concretada en el informe de la Comisión Constitucional que se hará público a primeros de septiembre. Esa Declaración solemne debe responder de forma concreta a las sugerencias que realiza en torno a la reforma de los Tratados, y deberá ser la guía para el debate sobre las próximas elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024 y donde deberán nacer las propuestas concretas de reforma para la décima legislatura.

En segundo lugar, se deberá avanzar en el pacto de migración y asilo, donde existen ya algunas propuestas, pero habrá que mejorarlo y concretarlo de cara a que sea operativo cuanto antes. Un buen camino puede ser la aplicación de la extensión de la Directiva de 2011 sobre migración y asilo, que se viene aplicando para Ucrania (con más de 8 millones de migrantes) y que tan buenos resultados está dando. Ahora, deberá tenerse en cuenta para todos los países mediterráneos y, especialmente, el objetivo fundamental debe ser acabar con las muertes en el Mediterráneo y en el Atlántico, que siguen creciendo.

El tercer gran tema, a mi juicio, tiene dos partes. Una, la consolidación de las propuestas de ampliación de cara a la próxima legislatura, en donde, como consecuencia de la decisión de incorporar como candidatos a Ucrania, Moldavia y, en su caso, a Georgia, se ha abierto la necesidad de buscar una aceleración para el resto de los países de la vecindad, especialmente en los Balcanes como futuros países miembros. En cinco años, si este calendario se aplica, podrían pasar de 27 a 33 Estados miembros. Esa circunstancia acelera la necesidad de reformar los Tratados, ya que es imposible gestionar una Unión a 33 con las instituciones actuales, que ya son insuficientes.

De la otra parte, la consolidación de la Comunidad Política Europea (CPE), que tiene cada vez más importancia, dado que en Granada se va a celebrar la tercera cumbre, el 5 de octubre, y están ya programadas la cuarta y quinta. Habrá que estudiar cómo se consolida este magnífico instrumento, la CPE, y de qué manera se puede establecer una relación con América Latina, al menos a través de observadores a nivel de embajadores.

En este punto, es importante resaltar que la siguiente reunión de la CPE, en primavera de 2024, va a ser en Londres y, al mismo tiempo, en el Reino Unido está fortaleciéndose el movimiento de “reunificación” que cada vez tiene más apoyos y que buscan la vuelta a la Unión Europea, aunque sea en distintos pasos. El 23 de septiembre de 2023 se ha convocado en Londres una segunda manifestación a favor de lo que llaman la “reunificación” con la UE, pero que es la vuelta a la Unión Europea, dados los malos resultados que se han producido durante estos últimos tres años a raíz del Brexit, justo lo contrario de lo que prometían los defensores de la salida. En la primera manifestación de este tipo, asistieron más de un millón de personas y se espera repetir o agrandar ese hito.

Con la culminación del proceso electoral y una vez que tengamos el Gobierno definitivo para la legislatura, vuelve a tener la máxima importancia Europa y, por tanto, la Presidencia española del Consejo de la UE. Esta no solo deberá ser responsabilidad del Gobierno, sino de todas las fuerzas políticas y del Parlamento español, donde quizás habrá que aprobar una declaración para el relanzamiento de los meses que quedan pendientes de la Presidencia, ya que hay que tener en cuenta que estamos ante un Parlamento distinto del que aprobó las propuestas anteriores.

Es muy importante también que la agresión rusa a Ucrania todavía no se ha resuelto, aunque las perspectivas son mejores que las de hace un año, y mucho mejores de lo que se esperaba. En todo caso, ha servido para aumentar la cohesión interior y consolidar la política exterior en la Unión Europea. Durante la Presidencia española habrá que sacarle el máximo partido a esta nueva situación e, incluso, habrá que ir pensando en la relación futura con Rusia.

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Francisco Aldecoa Luzarraga es presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid.

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