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Ayuso y Almeida castigan duramente a sus votantes de la Arganzuela

Nieves Sevilla Nohales

Así es. El PP ganó con holgura las elecciones municipales, autonómicas y generales en la Arganzuela. Sin embargo, la brutalidad y el horror traspasan este distrito ante la insensibilidad y la arrogancia de sus representantes.

El distrito de la Arganzuela es el 2º distrito de Madrid. Comprende el territorio al este del Manzanares, dentro del perímetro de la M-30. Limita con los distritos de Centro, Retiro, Puente de Vallecas, Usera, Latina y Carabanchel. La Arganzuela consta de siete barrios: Imperial, Acacias, Chopera, Legazpi, Delicias, Palos de Moguer y Atocha. 

Pues bien, la Comunidad de Madrid concibió un proyecto (1A), con el objetivo de ampliar el trazado de la línea 11 del metro, que afecta a este distrito y que ubica la estación de metro Madrid Río en el Paseo de Yeserías. En 2020 se aprobó la Declaración de Impacto Ambiental, que es obligatoria para emprender la obra. Este proyecto implica la tala de 79 árboles y afecta a 9.624,60 m2 de zonas verdes y lo financia el Banco Europeo de Inversiones.

Los vecinos estuvieron de acuerdo porque se mejorarían considerablemente las comunicaciones de la Arganzuela con el resto de Madrid; además implicaría menos tráfico rodado, menos ruido, menos atascos, aire más limpio, mejor habitabilidad y mejor nivel de vida. 

Pero no se respetó ese proyecto. 

En realidad, se trató de engañar a los vecinos (Aquí hay gato encerrado, dijo uno. Efectivamente, dijo otro, nos quieren dar gato por liebre.) Es posible que el Banco de Inversiones Europeo, que financia el proyecto, tampoco estuviera al tanto de los cambios. 

Pues, a finales de 2021, el promotor aprueba el “Proyecto Constructivo”, con un trazado distinto al que se había aprobado y sin Declaración de Impacto Ambiental. A pesar de todo, se licita y se adjudica en agosto de 2022. El Proyecto Constructivo es un despropósito absoluto que implica la tala de 1.027 árboles y afecta a 63.810 m2 de zonas verdes. Y lo más grave, cambia la ubicación de la estación Madrid Río al interior del parque de la Arganzuela, vulnerando las normas urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, ya que el parque goza de un nivel de protección 2.

Esta trampa y el escándalo que suponía la desaparición de amplias zonas verdes y la tala masiva de árboles ocasionó una protesta vecinal sin precedentes, que se extendió a toda la población madrileña, en la que participaron activamente varias asociaciones de vecinos, grupos ecologistas y profesionales de urbanismo, entre otros. Ante la condena general, este mismo Proyecto Constructivo se modifica en 2023 (sin Declaración de Impacto Ambiental), pero sigue siendo un despropósito porque implica la tala, todavía abrumadora, de 676 árboles y la pérdida de 48. 170,00 m2 de zonas verdes.

No acaban ahí los desatinos. En enero de 2023 los vecinos reciben una carta de la concejala del distrito, Cayetana Hernández de la Riva, avisando del comienzo de las obras y pidiendo disculpas por las molestias. Cito: “Se construirá una nueva estación que se denominará Madrid-Río, en el Paseo de Yeserías y se abrirán nuevos accesos peatonales en la estación de conexión de Palos de la Frontera.” (Esta mujer, con una desfachatez infinita, intenta engañar otra vez a sus votantes refiriéndose en la carta al Proyecto 1A, que ya había sido descartado).

Un mes después, en febrero de 2023, los vecinos, al ver que empezaban a vallar el parque, descubrieron que lo que se proponían era construir la estación de Madrid Río dentro del Parque de la Arganzuela con la amenaza de arrasar el Paseo de los Plátanos, la arboleda histórica de la Arganzuela. Habría que talar 200 de estos árboles magníficos que se plantaron en 1969 (hace 54 años). Este paseo, con cuatro hileras de plátanos, es lo que queda de la antigua Dehesa de la Arganzuela. Es un espacio muy hermoso y saludable para recreo y esparcimiento de los vecinos; un referente muy valorado por todo el distrito, que no se puede destruir bajo ningún concepto.

La movilización fue mayúscula. Y no solo se manifestaron y protestaron en la calle, sino que también llamaron a las puertas de los despachos, en los ministerios, en la comunidad, en el ayuntamiento. Pero, ¡atención!, el señor alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se negó a recibir a los vecinos (sus votantes), y a las asociaciones. No ha recibido a nadie, ¿por qué?, ¿tiene algo que esconder? Por supuesto que sí. La concejala del distrito tampoco se ha dignado a recibir sus votantes para tratar este tema, ¿por qué?, ¿tiene algo que esconder? Por supuesto que sí, más que nadie por ser la mentirosa oficial y por no haber defendido su distrito. 

Esta actitud demuestra que son prepotentes, arrogantes e irresponsables. Se han encaramado a un pedestal (tal vez de barro) y de ahí no descienden. 

Es muy importante aclarar y recordar que los vecinos de la Arganzuela defienden la construcción del metro, PERO NO ASÍ, con esta falta de respeto a la naturaleza y a las personas. Las asociaciones de vecinos disponen de un equipo de expertos que defienden otras alternativas, que son viables y no tienen tanto impacto ambiental. Pero nadie los escucha.

No sólo no se plantan árboles, sino que en los últimos cuatro años se han talado 78.816 árboles maduros. Madrid es la ciudad europea con más mortalidad por dióxido de nitrógeno. No hay carriles bici. No hay zonas peatonales. Cada vez hay más contaminación

Bien, ante la vergonzosa actitud de los gobernantes, los vecinos no se rindieron, sino que se prepararon para la lucha. Varias asociaciones de vecinos, entre ellas la AV Pasillo Verde Imperial, y de ecologistas, como Ecologistas en Acción (por nombrar algunas) trasladaron la protesta a Bruselas, al Parlamento Europeo. Se hizo una petición oficial:

Petición n.º 0353/2023, presentada por V.P.O., en nombre de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, sobre la tala masiva de árboles en el trayecto de la línea 11 del metro de Madrid y las consecuencias para el medio ambiente y la salud pública. En marzo se registró la petición que se admitió a trámite. Más adelante, el 21 de septiembre, la comisión que representaba a los vecinos se reunió con varios eurodiputados para defender su postura.

También la asociación #YoDefiendoEsteÁrbol, el 23/10/2023, puso en conocimiento del Banco Europeo de Inversiones, a través de vídeoconferencia, los cambios propuestos, que son completamente distintos a los que se aprobaron y que suponen un fuerte impacto ambiental. Esta asociación denuncia que el proyecto de la línea 11 del metro, financiada por ellos, vulnera seis de las 11 normas medioambientales  y sociales del llamado “Banco del Clima”. #YoDefiendoEsteÁrbol pregunta al BEI si el préstamo concedido es el que se basa en el proyecto inicial (1A), que es el correcto. Y si así fuera, ¿qué medidas piensa tomar si lo que se hace, no se corresponde con aquello para lo que se había concedido?

(Agradezco a Susana de La Higuera, de la Asociación de Vecinos Pasillo Verde Imperial y a #YoDefiendoEsteÄrbol, la información que me han proporcionado sobre este tema).

Atendiendo a este relato, tanto la Comunidad de Madrid, como la Alcaldía de Madrid, como la concejalía de la Arganzuela, han cometido un delito muy grave de encubrimiento por ocultar información. Han pretendido engañar a sus votantes, los vecinos de la Arganzuela, a todos los madrileños y también, presuntamente, al Banco Europeo de Inversiones. Y ahora hemos de preguntarnos: ¿Por qué? ¿A quién beneficia? ¿Qué se esconde bajo este manto de mentiras?

El jueves, 16 de noviembre de 2023, el periódico ABC publica que Medio Ambiente ha concedido la Declaración de Impacto Ambiental al Proyecto Constructivo de 2021, que se ha modificado este mismo año 2023, como está explicado. Los cambios son mínimos (mantienen la tala masiva de árboles y la estación Madrid-Rio dentro del parque). Pero, ahora, blanqueados, podrán llevar a cabo el desatino que supone este proyecto. Reproducen su modus operandi, que consiste en ir a hechos consumados alegando el interés general. Entonces empezará la lucha judicial y cuando la justicia se pronuncie será demasiado tarde, el daño ya estará hecho.

Ecologistas y la Federación de Asociaciones de Vecinos de la Región de Madrid han presentado alegaciones al proyecto por insuficiente y porque no para la tala de árboles.

“Del cielo a Madrid” era el lema en la feria de turismo FITUR. Sin embargo, no es cierto, estamos a la cola de Europa. No sólo no se plantan árboles, sino que en los últimos cuatro años se han talado 78.816 árboles maduros. Madrid es la ciudad europea con más mortalidad por dióxido de nitrógeno. No hay carriles bici (quizá no conozcan París ni Ámsterdam). No hay zonas peatonales. Cada vez hay más coches y más contaminación.

Se podría pensar que estos gobernantes son trogloditas, que no saben por dónde va el mundo. Sin embargo, no es así; el asunto es mucho más grave porque en el barrio de Salamanca han plantado más árboles que en todo Madrid. En la calle Ortega y Gasset se han ampliado las aceras y en varias manzanas hay hasta tres filas de árboles, igual que en la plaza del Marqués de Salamanca. Todas las calles paralelas y perpendiculares del barrio están ampliamente arboladas. También son sus votantes, claro. La diferencia es que con los vecinos del barrio de Salamanca se identifican, van a la par. Se trata de su familia y de sus amigos. Trabajan para ricos y poderosos españoles y ahora también para las grandes fortunas de países latinoamericanos, que son muy bien recibidos.

Pero a los de la Arganzuela no los han respetado. A pesar de los apoyos recibidos los han engañado, se han convertido en sus enemigos. Tal vez, en este distrito, deban plantearse seriamente a quién dan su voto la próxima vez. No hay que olvidar que desde 2008 los madrileños con un patrimonio de tres millones de euros están exentos de pagar impuestos, por gracia de la Comunidad. Ahora que sí tendrán que pagar impuestos las grandes fortunas. Isabel Díaz Ayuso no tendrá más remedio que cumplir la ley.

Y no solo eso, los votantes no pueden olvidar que el PP votó en contra de la subida del salario mínimo y de la subida de las pensiones y también votó en contra de las políticas de acceso a la vivienda; es más, los hijos de los grandes del PP están detrás de los fondos buitre. No hay que olvidar que se han desmantelado los centros de salud y que han cedido la sanidad pública a empresas extranjeras, que solo buscan enriquecerse. No hay que olvidar nunca que dieron la orden a las residencias de mayores de no trasladar a los hospitales a los ancianos enfermos de COVID y que son responsables de las muertes que se produjeron.

Aunque hayan ganado las tres elecciones en nuestro distrito, se han convertido en nuestros enemigos. No nos representan. Nos han engañado. ADIÓS.

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 Nieves Sevilla Nohales es maestra y escritora.

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