Dónde estamos diez meses después de la agresión rusa a Ucrania

Francisco Aldecoa Luzarraga

Se confirma a los 10 meses de la agresión rusa a Ucrania que la condicionalidad energética de Rusia sobre la Unión Europea, los precios y el impacto siguen perdiendo influencia. Hace casi seis meses, el 2 de agosto, escribí en este mismo medio de comunicación un artículo en el que defendía cómo la cuestión energética comenzaba a perder influencia como resultado de los siete paquetes de sanciones. 

Entonces decía que “la idea de que Rusia tiene la sartén por el mango e incluso el mango no es correcta, hasta ahora” y concretamente resaltaba que “la evolución de los precios de la energía desde el 24 de febrero había ido en decrecimiento, alcanzando a comienzos del verano los niveles del inicio de la guerra”.

Este artículo tuvo una importante reacción por parte de los lectores, incluso con insultos, en los cuales resaltaban que “las sanciones están dañando mucho más a la Unión Europea y a los Estados Miembros que a Rusia”. Cinco meses después de la publicación de ese artículo podemos confirmar aquellas primeras reflexiones en torno a la pérdida de poder, por parte de Rusia, como resultado de la falta de funcionamiento de sus amenazas con los cortes de la energía. Y hoy ya es algo aceptado de forma general puesto que, en la actualidad, y así se viene estableciendo en los últimos meses, el precio del barril de brent está a 82 dólares, es decir, por debajo (aproximadamente un 20%) del precio que tenía cuando se inició la agresión rusa a Ucrania el 24 de febrero.

Lo mismo podemos decir del precio del gas, que, si bien ha tenido alguna fluctuación más, que se encuentra también a menos de un 20% del precio que tenía hace diez meses. A estos datos económicos hay que añadir que el pasado 16 de diciembre la Unión Europea acordó, tras muchos meses de negociaciones, un tope de 180 euros a las compras de gas a terceros países. Y, unos días antes, se logró también acordar un tope al precio del petróleo fijado en 60 dólares el barril.

De tal manera que, como consecuencia de las medidas adoptadas por la Unión Europea y sus estados miembros para la reducción de la dependencia energética de Rusia, así como la eficacia de las sanciones en materia económica y financiera, que vienen debilitando la economía rusa de forma clara, podemos pensar que el invierno 2022-2023, que ha comenzado hace unos días, está casi salvado en lo que respecta al consumo energético. Y el problema que se avecina se dará en el próximo invierno, para el que habrá que asegurar las reservas energéticas.

La Unión Europea acordó, tras muchos meses de negociaciones, un tope de 180 euros a las compras de gas a terceros países

Por otro lado, cada vez se ve con más claridad la importancia de los factores no militares en el desarrollo y la evolución de la crisis de agresión. Concretamente la retirada de Rusia del territorio ucraniano se deberá a la efectividad de las sanciones, a la debilidad económica, a la confirmación del apoyo político y diplomático por parte de la UE, como puede ser, por ejemplo, las conclusiones del Consejo Europeo del pasado 15 de diciembre, que fueron muy duras con Rusia. Así como el acuerdo interinstitucional que fija las prioridades para los próximos 18 meses (2023-2024) donde se recogen medidas de claro apoyo al país agredido y de mantenimiento de las sanciones, todo ello en contra de lo que parecía al comienzo de la invasión.

Estos apoyos no militares a Ucrania también se materializan en dos aspectos más, el primero de ellos es la continuación de la Comunidad Política Europea, que tendrá su segunda reunión en Moldavia, parece ser que en el primer trimestre de 2023, aunque aún no hay una agenda fijada. Pero es significativo el hecho de que se celebre en el país vecino, que ha obtenido el estatuto de país candidato a la vez que Ucrania. Y el segundo de ellos es la celebración, el próximo 3 de febrero, de la Cumbre bilateral Unión Europea - Ucrania, probablemente en Bruselas, donde se ha invitado al presidente ucraniano, Zelenski, a acudir presencialmente a la misma para reunirse con Ursula Von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, y Charles Michel, Presidente del Consejo Europeo.

Finalmente, es necesario recoger que es evidente que la agresión rusa a Ucrania está teniendo un impacto económico y social sobre nuestras vidas. Pero esto no ha hecho que el apoyo de los ciudadanos europeos, los estados miembros y las instituciones europeas decaiga. Más bien todo lo contrario. En el último eurobarómetro especial del Parlamento Europeo, publicado en el mes de diciembre, se recoge cómo una amplia mayoría de los europeos (el 74%) se muestra a favor de las medidas adoptadas por la Unión Europea en contra de la agresión rusa a Ucrania, y considera que se deben continuar las mismas. 

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Francisco Aldecoa Luzarraga es presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid.

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