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50.000 muertes al año y 8.000 millones en gasto sanitario: las nuevas normas antitabaco pretenden reducir un 30% el consumo

Imagen de archivo de un hombre fumando

El tabaco mata (hasta) a la mitad de las personas que lo consumen, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cifra en ocho millones las personas que mueren anualmente a causa del consumo del tabaco. De ellas, alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno. En España la cifra asciende a más de 50.000 muertes anuales, rozando el 15% del total, lo que convierte al tabaquismo en uno de los mayores problemas de salud pública de nuestro país. 

Pese a todas las advertencias, campañas y medidas impulsadas por las autoridades gubernamentales, las cifras de consumo siguen disparadas. Según el último Informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, el 39,4% de la población de 15 a 64 años ha consumido tabaco en el último año, el 36,8% en el último mes y el 32,3% lo hace diariamente. Por ese motivo el Ministerio de Sanidad, capitaneado por Carolina Darias, prepara una nueva normativa antitabaco para restringir el consumo en espacios al aire libre y también en otros de carácter privado como el coche. 

Una propuesta que también incluye elevar la fiscalidad asociada al tabaco y "evitar la promoción de los productos de tabaco, incluyendo la propia imagen de marca en las cajetillas del producto". Esta estrategia –con cinco metas y 21 objetivos– forma parte del borrador del Plan de Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025, al que ha tenido acceso infoLibre, que Sanidad ha enviado a sociedades científicas y médicas y a las comunidades autónomas. Estos colectivos y organismos tienen de margen hasta el próximo 15 de diciembre para presentar sus aportaciones.

Para Julián Domínguez, miembro de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph), "todavía hay que pulir algunas cosas" de la propuesta de Sanidad. Sin embargo, cree que se trata de un "buen primer paso" para "reducir la mortalidad prematura, reducir patologías cardiovasculares, la diabetes y también los cánceres". "Al final se ha demostrado que las medidas coercitivas funcionan y creo que esa es la línea, junto con una apuesta decidida por la educación dirigida a los más jóvenes", razona.

Por su parte, Rafael Martínez Nogueras, presidente de la Sociedad Andaluza de Salud Pública, también valora positivamente el documento. "Lo más eficiente para el sistema sanitario es la prevención", sintetiza. Y, al igual que Domínguez, enumera las enfermedades asociadas al consumo de tabaco. "Ya no es solo el cáncer de pulmón, de garganta o de boca, que son los que habitualmente salen a reducir, el tabaquismo también puede comportar cáncer de páncreas, de hígado y de vejiga”, asegura.

“El coste de la asistencia sanitaria es tremendo”

Según el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo el gasto sanitario asociado a las enfermedades derivadas del tabaco asciende a los 8.000 millones de euros. Un aspecto que también pone en el foco la OMS. "El consumo de tabaco tiene un costo económico enorme que incluye los elevados costos sanitarios de tratar las enfermedades que causa y la pérdida de capital humano debida a su morbimortalidad", señala el organismo.

"Ese impacto económico es terrible", valora Domínguez, que a su vez advierte de que los costes pueden ser incluso mayores porque "la cuantificación económica de las invalideces, la incapacitación laboral y otros aspectos derivados del tabaco son muy difíciles de cuantificar". "No deja de ser una valoración que se debe de tener en cuenta. La industria tabaquera que comercializa estos productos está participando en la mortalidad prematura, le está quitando años de vida a la gente", sintetiza.

Martínez también señala que el "coste de la asistencia sanitaria es tremendo" y cree que ese presupuesto se podría invertir en otras cuestiones. Además, destaca que el consumo de tabaco va, de manera habitual, asociado “a otros hábitos como el abuso del alcohol, la vida sedentaria, malas conductas higiénicas y dietéticas, se convierte en una enfermedad con múltiples caras”, valora. “Reducir el consumo de estas sustancias y alargar la vida de las personas es uno de los mayores retos que tenemos por delante”.

El objetivo de Sanidad: reducir el 30% en el consumo de tabaco en 2025

La principal meta que se marcan desde Sanidad “como objetivo intermedio para España" es "alcanzar la meta establecida por la OMS de una reducción relativa del 30% en el consumo de tabaco para el año 2025, comparado con los datos de 2010", según reza el borrador. Esto implicaría alcanzar una prevalencia diaria de 18,4% para 2025. "Este objetivo sería factible siempre y cuando se pongan en marcha cuanto antes las medidas recogidas en este Plan Integral y que supondrán la base de la política nacional sobre tabaquismo", señala el documento.

Martínez asegura que se trata de una cifra difícil de alcanzar pero a la que “hay que aspirar''. "Si luego no la alcanzamos pues habrá que entrar a valorar qué ha pasado, pero no nos podemos quedar con la sensación de que podríamos haber hecho más al pactar", sintetiza. Para este experto en Salud Pública "no existen los objetivos de mínimos": "Hay que ir con todo”.

Domínguez es más escéptico. “Lo veo muy ambicioso, lo que hay que sentar las bases sobre las políticas de educación”, insiste. "El discurso hay que dirigirlo hacia los colegios y la educación infantil y juvenil, para que los modelos de comportamiento de los adultos sean los espejos en los que niños, jóvenes y el resto de la sociedad en general, se miren", valora. El objetivo que plantea Sanidad es reducir por debajo del 7%, la prevalencia de consumo diario de tabaco en los últimos 30 días en estudiantes de 14-18 años, y por debajo del 20%, la prevalencia diaria en jóvenes en el tramo de 15 -24 años.

Asimismo, Martínez también cree que se debería "dejar atrás la lucha partidista" del relato. "Si además de las sociedades científicas, todos los partidos políticos se alinean con la puesta en marcha de estas medidas creo que eso sería un éxito colectivo", asegura. "Hay determinados objetivos que deberían estar por encima de los ideales o, mejor dicho, hay ideales en los que todo el mundo debería marcar como prioridad absoluta, como es la mejora de la salud pública", abunda.

Las medidas ‘estrella’ del plan: prohibir fumar en el coche, subir los impuestos y limitar la publicidad

Lo que quiere Sanidad es "poner coto a los nuevos productos del tabaco", tales como los cigarrillos electrónicos, que no se mencionan en la ley de 2010, y reducir el número de espacios en los que se permitirá fumar, como los "vehículos particulares". Martínez cree que será una medida "muy eficaz": "Probablemente será muy aceptada. Es una anomalía que haya adultos que fumen con niños presentes en el coche", valora. 

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Otra de las acciones que puede afectar directamente al consumo es el incremento de los impuestos de los cigarrillos y sus derivados, como las cajetillas, picadura y cigarrillos electrónicos. España se encuentra en la media de la Unión Europea en esta cuestión (un 79% del precio final), pero hay países de nuestro entorno, como Francia o Reino Unido, en el que lo sitúan en el 84% y el 91%, respectivamente. 

Una medida que va en consonancia con lo que demanda la Unión Europea. La Comisión Europea presentó un informe a principios de este año para combatir al cáncer en la UE y situó el tabaco como "el principal factor de riesgo evitable". Desde Bruselas apostaban por "elevar el tipo mínimo, armonizar la fiscalidad de los nuevos productos y la lucha contra el movimiento de tabaco fraudulento" para reducir el consumo.

El plan también ataca a la publicidad equiparando "por ley" la publicidad, promoción y patrocinio de productos relacionados, así como "nuevos productos a la existente para productos del tabaco". Asimismo, el departamento de Darias también quiere "atajar la publicidad encubierta y la promoción en las redes sociales". Para Domínguez esta publicidad debería estar "absolutamente proscrita, como si se tratara de como si se tratara de prostitución". "El fomento del consumo del tabaco no debería de estar permitido", zanja.

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