Crisis de Seguridad en el Gobierno

Ningún diputado ha entregado su móvil para que se lo analicen a pesar de que muchos se sienten espiados

El portavoz del PDeCAT en el Congreso, Ferran Bel; el diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu; el diputado de Compromís, Joan Baldoví; y la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua,.

El Congreso vive su particular película de espías. Y no pocos diputados han bromeado con ello en las últimas semanas. Eso sí, tratando de no restarle gravedad al hecho de que, según el laboratorio Citizen Lab, más de 60 dirigentes del mundo independentista han sido espiados mediante el software Pegasus. Una investigación que reconoció, a medias, la directora del CNI, Paz Esteban, en la comisión de secretos oficiales del Congreso celebrada el pasado jueves al admitir que los servicios de inteligencia españoles han monitorizado a 18 de ellos (incluido el president de la Generalitat, Pere Aragonès) previa autorización judicial. 

En la investigación de Citizen Lab constan nombres que cuentan con un asiento en la Cámara Baja, como Jon Iñarritu (EH Bildu), Albert Botran (CUP), Miriam Nogueras (Junts) y Ferran Bel (Pdecat). Estos cuatros diputados solicitaron amparo a la Presidencia del Congreso el pasado 25 de abril e instaron a Meritxell Batet a "investigar quién está detrás de la intrusión en sus dispositivos telefónicos y a tomar las medidas oportunas para que un hecho similar no se pueda volver a producir".

La intranquilidad a partir de las noticias sobre casos de espionaje a varios diputados ha ido en aumento y se ha extendido entre los pasillos de la Cámara. "La sensación ahora mismo es que han podido espiarnos a todos", reconocía recientemente un portavoz parlamentario. Algunos como Gabriel Rufián (ERC) y Aitor Esteban (PNV) se saben espiados y por eso evitan tener fotografías personales en sus teléfonos, pero no han tomado acciones legales.

Batet se reunió más de una semana con los diputados presuntamente espiados y también con otros parlamentarios como Pablo Echenique (Unidas Podemos) y Joan Baldoví (Compromís). En esa reunión uno de los diputados presentes le puso voz a esa sensación de vulnerabilidad y consultó la posibilidad de que los servicios informáticos del Congreso pudieran analizar sus teléfonos móviles en busca de algún rastro de Pegasus.  La presidenta ofreció esa posibilidad, aunque en un principio no aclaró que esos servicios de la Cámara estén capacitados técnica y legalmente para detectar y comunicar esa intrusión. Actualmente ningún diputado ha entregado su dispositivo móvil para ser analizado, tal y como confirman a infoLibre fuentes de la Cámara Baja.

Desde la presidencia del Congreso aseguran a este periódico que los citados servicios informáticos sí pueden detectar Pegasus y así se les ha trasladado a los grupos. “Esta semana se les ha comunicado a todos aquellos presentes en  la reunión que sí que lo detecta. Lo que no detecta es si ha estado antes infectado y  para eso hay que ir al Centro Criptológico Nacional”, explican. Fue el jefe de gabinete de Batet el que les llamó uno a uno. Es más, la presidenta de la Cámara Baja también ofreció la posibilidad de recurrir a la Policía u otras autoridades para denunciar el espionaje, por lo que fuentes cercanas a Batet trasladan su sorpresa ante el hecho de que ningún diputado haya entregado su terminal. 

Los diputados presuntamente espiados no confían en la fiabilidad del Congreso

El diputado Jon Iñarritu reveló recientemente en una entrevista con infoLibre que tenía constancia del espionaje desde diciembre de 2020. “Estaban haciendo una investigación a partidos en Cataluña y en algún momento nos plantearon si queríamos analizar nuestros teléfonos. Dijimos que sí varios compañeros y solo a Arnaldo Otegi y a mí nos dio positivo en Pegasus”, explicó. Por el momento ni él ni ningún otro parlamentario del partido abertzale tienen previsto entregar sus móviles al Congreso. Así lo aseguran las fuentes de la formación consultadas, que dejan en el aire hacerlo en el futuro.

Tampoco se lo plantean desde EH Bildu. Fuentes de la formación independentista ven insuficiente que el Congreso pueda detectar si un terminal está infectado con Pegasus en la actualidad, pero no sea capaz de detectar si lo tuvo en el pasado. “A la Cámara no lo llevaremos”, trasladan. En este sentido sí que se plantean realizar acciones por la vía judicial, aunque de momento no lo tienen decidido. “Estamos consultando qué vía jurídica es la más adecuada”, explican.

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El diputado Ferrán Bel (PdeCat) admite que está esperando “una respuesta” de Batet antes de decidir si entrega su terminal, mientras que Miriam Nogueras rechaza recurrir a los servicios de la Cámara Baja. “Mi teléfono ya fue analizado”, sintetiza en conversación con este periódico, aunque no aclara si tiene previsto llevar esta cuestión a instancias superiores.

El Centro Criptológico Nacional se ofrece para analizar los móviles de diputados y senadores

El Centro Criptológico Nacional, un organismo dependiente del CNI, será otra de las vías para averiguar si los terminales de diputados y senadores han sido o no infectados. Es el mismo órgano que detectó que los teléfonos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de defensa, Margarita Robles. Al igual que Batet, el presidente del senado, Ander Gil, se ha puesto en contacto con este centro para que proceda a la investigación con los dispositivos de los senadores.

Los análisis se realizarán de manera voluntaria una vez que finalice la comprobación de los teléfonos institucionales de todos los miembros del Ejecutivo, que se encuentran actualmente analizados por el organismo (por primera vez desde el inicio de la legislatura en el caso de los ministros de Unidas Podemos).

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