La nueva legislatura

Podemos amaga con un 'no' a los Presupuestos mientras busca un "frente amplio" con ERC y Bildu en el Congreso

Gabriel Rufián hablando en el hemiciclo con las ministras de Podemo, Ione Belarra e Irene Montero

En un Congreso tan fragmentado como el actual cada voto cuenta. Una máxima que en Podemos quieren aplicar al pie de la letra, para que el PSOE tenga que negociar con ellos en cada votación, al igual que tendrán que hacer con los socios parlamentarios del Gobierno como Esquerra Republicana o EH Bildu, que cuentan con siete y seis diputados respectivamente. Es más, la formación dirigida por Ione Belarra quiere impulsar un "frente amplio" con estas formaciones, a las que se sumaría el diputado del BNG, para presionar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por su izquierda.

"Podemos va a desplegar totalmente su autonomía política. El PSOE ha cometido un gran error rompiendo el bloque democrático y echando a Podemos del Gobierno", subrayó este jueves Belarra en una rueda de prensa desde el Congreso. Ya sin el cargo de ministra de Derechos Sociales detrás, calificó como "izquierda cómoda" a Sumar, la coalición liderada por Yolanda Díaz con la que se presentó a los comicios del 23J. "Podemos dijo que podía haber una izquierda en España que no se plegara al régimen y eso es lo que está en pugna ahora", lanzó.

No hay, según la líder de Podemos, posibilidad alguna de reconducir las relaciones con Sumar. "Sinceramente, estamos en otra pantalla, en un momento en el que todas las cartas están boca arriba", afirmó. A su juicio, el hecho de que la formación morada no esté en el Gobierno de coalición es la prueba más evidente de que Díaz "no valora" la aportación de su partido. "Ahora la pregunta se la tienen que hacer a los demás, Podemos ya ha demostrado qué es y lo que va a hacer", avisó.

¿Hasta dónde están dispuestos a llegar? Según señalan fuentes de la dirección, podrían dejar caer los Presupuestos Generales del Estado —el proyecto más importante para el Gobierno— aunque el resto de socios de la investidura diera su visto bueno, lo que les situaría en el mismo bloque que PP y Vox. Esto, aseguran, no les preocupa. De hecho, creen que a quien debería preocupar es un PSOE que solo funciona "a base de golpes". Su meta no pasa por tumbar las cuentas del Gobierno, sino lograr que los socialistas les reconozcan como un interlocutor válido para sentarse a negociar contrapartidas.

El objetivo a medio plazo de los morados es compleja, ya que quieren volver a liderar el grupo parlamentario de la izquierda alternativa al PSOE. Desde la formación reconocen que la situación actual dentro la coalición es de máxima tensión, aunque insisten en que muchos parlamentarios "no comparten" la hoja de ruta de Díaz y que ellos "no se va a callar" pese a que se trate de "comprar" su silencio con ofertas como la que les hizo la vicepresidenta segunda el pasado viernes proponiendo a Nacho Álvarez como ministro.

Un "frente amplio" con ERC, Bildu y el BNG en el Congreso

Belarra también ha remarcado que se apoyarán en formaciones como ERC, EH Bildu y el BNG en el Congreso para presionar al PSOE. Una batalla que, consideran, no dará Sumar para no "incomodar" a Sánchez. "Tenemos buenas relaciones de trabajo con todas las fuerzas política que formaban parte de la mayoría plurinacional y vamos a seguir con ese trabajo", aseguró la líder de Podemos. Tanto los independentistas catalanes como los vascos subrayan su "buen entendimiento" con la formación de Belarra y creen que con los morados ganarían fuerza frente a las posiciones "más conservadoras" de Junts y PNV.

Esta alianza no es nueva, ya se dio durante la pasada legislatura hasta el punto de que los morados acabaron dando la razón a las formaciones independentistas cuando rechazaron reformar la ley mordaza en los términos en los que planteaban los negociadores del PSOE y de Unidas Podemos. Tanto ERC como Bildu también votaron en contra de la reforma laboral impulsada precisamente por Díaz y aunque el grupo parlamentario de Unidas Podemos votó a favor de la norma —que se salvó por una equivocación del PP— desde la formación morada acusaban su falta de "ambición" por no abordar el despido.

Con todo, Belarra señaló que sus cinco diputados no se irán al grupo mixto motu proprio sino que darán la batalla desde dentro de la coalición parlamentaria, a no ser que Sumar les eche. "No descarto que después de que el PSOE nos haya echado del Gobierno también Sumar nos eche del grupo, pero aspiramos a recuperar la fuerza política que tenía Podemos y servía para transformar el país", zanjó.

Sumar recuerda que habrá sanciones para los que se salten la disciplina de voto

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Poco después de la intervención de Belarra fue el turno de Marta Lois, la portavoz parlamentaria de Sumar, que elevó el tono contra los morados. La filosofía de Sumar hasta ahora ha sido tratar de rebajar, al máximo, las pretensiones de Podemos y no entrar en su marco discursivo, pero este jueves Lois ha subrayado que el grupo debe votar "cohesionado", lo que implica que Díaz no tolerará que los partidos decidan por su cuenta su posición ante cada iniciativa. "Habrá que preguntarles a ellos cómo entienden entonces formar parte, o no, del grupo parlamentario de Sumar", señaló.

Fuentes de la coalición explican que el reglamento del grupo parlamentario que se está ultimando y se conocerá dentro de escasos días incluirá un sistema de sanciones ante la posibilidad de que los morados se desmarquen recurrentemente de la disciplina de voto marcada por Díaz. Formaciones como el PSOE o el PP tienen este tipo de reglamentos y han llegado a multar a miembros de sus partidos por saltarse esta disciplina de voto, como pasó la legislatura con Cayetana Álvarez de Toledo o con Carmen Calvo.

Estas mismas fuentes señalan que los morados prefieren hacer ver su discrepancias a través de los medios de comunicación o las redes sociales que de manera formal dentro del grupo parlamentario y se plantean si, realmente, están tan alejados ideológicamente como aseguran desde Podemos. La apuesta de Sumar, según manifestó Lois, pasa por "la cohesión", "la unidad" y por tomar las decisiones de forma conjunta tras resolver sus diferencias "siempre internamente".

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