Congreso PP
Ayuso vuelve al redil de Génova y evita el choque tras ningunear Feijóo su sistema de primarias
En política el momento lo es todo. E Isabel Díaz Ayuso lo sabe. Fue elegida como candidata a la Comunidad de Madrid en 2019 por el entonces líder del Partido Popular, Pablo Casado, pese a que entonces era una diputada desconocida mas allá de los círculos madrileños. Casado la nombró directamente, sin primarias ni votaciones, después de barajar nombres como el de Adolfo Suárez Illana o el de Javier Maroto. Entonces, el PP atravesaba un momento complicado a nivel nacional, con un Ciudadanos muy fuerte en las encuestas y con Vox irrumpiendo en Andalucía, y el feudo de Madrid peligraba. Ayuso fue la apuesta de Casado. Y funcionó.
Más de un lustro después, la presidenta madrileña —que forzó la caída de quien la nombró—es una firme defensora de darle el poder a la militancia del PP para que sean sus integrantes, y no el aparato del partido, quienes designen al candidato a la presidencia de la formación a nivel nacional y, por ende, quienes luchen por alcanzar La Moncloa. La líder del PP de Madrid defiende el mismo modelo de primarias que tienen formaciones como el PSOE o Podemos, el de "un militante, un voto", pero la cúpula del partido, dirigida por Alberto Núñez Feijóo, ya lo ha descartado.
Así consta en el borrador de la ponencia de estatutos que el PP ha presentado este miércoles y que se debatirá en el congreso interno del próximo mes de julio, previa recepción de las enmiendas. La propuesta que se recoge en el texto —en la línea de lo defendido por la dirección nacional— da todo el protagonismo a los compromisarios, a los que se supone más próximos a las direcciones regionales, al llamado "aparato del partido", para elegir al presidente o presidenta. "La elección del presidente nacional y de los presidentes autonómicos, provinciales e insulares del Partido Popular se llevará a cabo en el Congreso del Partido mediante compromisarios elegidos en listas abiertas", reza el texto.
El reparto de compromisarios en cada circunscripción se realizará por dos criterios: en base al número de militantes de la provincia y en función al resultado electoral del PP en ese territorio. El reparto lo hará el Comité Organizador del Congreso, en este caso en manos de la mano derecha de Ayuso, Alfonso Serrano. Sin embargo, a favor de Feijóo juega que no tiene rival en este congreso y ya ha sido ratificado con el 99,72% de estos delegados. Pero la situación se complicaría en el caso de que hubiera dos o más candidatos.
Ayuso cree que con este modelo estaría en desventaja, porque el PP elimina el voto directo de los militantes al candidato. Estos deben confiar en un compromisario para que tome esa decisión en su lugar y, aunque previamente este delegado ha de decir a quién apoya, después su voto es secreto. Es decir, puede decantar la balanza hacia un lado u otro en función de sus intereses. Además, el texto también endurece las condiciones para entrar en la terna: de las actuales 100 firmas de militantes se pasa a 500. Estos militantes deberán tener representación en al menos 20 provincias españolas y contar con 15 avales como mínimo en cada una de ellas.
Guardiola carga contra el "maquillaje" de las primarias
En una reciente entrevista en ABC, Ayuso prometió dar la batalla para que su modelo se tenga en cuenta: "Por coherencia creo que todos los afiliados deben participar en los congresos y elegir a su presidente. Haré, por tanto, las propuestas necesarias para que se cumpla 'un afiliado, un voto' en toda España", dijo. Según consta en el borrador, deben ser los compromisarios —y no los afiliados—los que presenten enmiendas y en el PP madrileño estudian dar ese paso. Sin embargo, por el momento tanto la presidenta madrileña como su entorno guardan silencio.
En Génova se muestran convencidos de que Ayuso tiene las de perder y consideran que tampoco puede "echar un pulso" a Feijóo en el momento de mayor debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez. "Es un error, nadie en la calle está hablando de las primarias, de los estatutos ni del congreso del PP", señalan a infoLibre fuentes de la dirección nacional. "Hay que dejar que Sánchez se queme solo, no perdernos en guerras internas en las que no gana nadie", subrayan.
También destacan que hay una "gran mayoría" del partido que comparte el cambio propuesto por Génova. Así lo defendió la presidenta extremeña, María Guardiola, este miércoles durante la presentación de la ponencia. A su juicio, el sistema representativo es mejor que el "maquillaje" de las primarias que "la izquierda ha usado para legitimar dedazos flagrantes". Una afirmación que contrasta con los dedazos tan extendidos en Génova a la hora de nombrar a sus candidatos municipales y autonómicos. Para la extremeña, no obstante, el sistema del PP es lo más parecido a la democracia representativa, que "está más perfeccionada que el asamblearismo".
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Lo cierto es que la posición de Ayuso no es nueva. Dentro de los conservadores de Madrid, la demanda de "un militante, un voto" es ya clásica desde, al menos, 2008. Entonces, Íñigo Henríquez de Luna, por entonces concejal madrileño, elaboró una enmienda a la ponencia de estatutos para reclamar primarias. Esperanza Aguirre, fuertemente enfrentada a Rajoy, intentó desvincularse de la iniciativa pero dijo verla con "simpatía". Ha llovido mucho desde entonces, pero en más de una ocasión la expresidenta de la Comunidad de Madrid ha escrito artículos o ha hecho declaraciones públicas apostando por las primarias y las listas abiertas. También lo hizo después otra presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, utilizando los mismos argumentos.
"Las primarias no legitiman a los candidatos, las urnas sí"
En la dirección del PP reconocen que se apuntaron a la "moda" de las primarias, pero que ese modelo no casa con su visión conservadora de la política. Las primarias son, en realidad, un mecanismo de democratización de los partidos políticos, pero lo que esgrimen los dirigentes del PP es que el congreso de 2018 sólo sirvió para “dividir más” al partido y que lo que se necesita ahora es "unidad" en torno a Feijóo. La idea que flota en el PP es que las primarias no sirven porque son las urnas las que legitiman a los candidatos, no los congresos internos. Aunque precisamente el líder de los conservadores celebra este congreso para ratificar su liderazgo ante los que reclaman que sea más "duro" contra el presidente del Gobierno.
Estas fuentes también apuntan a que la fórmula de "un militante, un voto" fue con la que Pedro Sánchez se presentó a la secretaría general del PSOE en el año 2014 —primarias a las que se hace referencia en el informe de la UCO— y se impuso frente a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Dos años después, su propio partido le dio la espalda en el Comité Federal y Sánchez acabó dimitiendo y dejando su acta de diputado en el Congreso. A los tres meses de su salida de Ferraz, Sánchez se presentaba de nuevo a las primarias y cogía un coche para recorrer España de punta a punta y recabar el apoyo de la militancia socialista. Y lo logró. Ocurrió el 21 de mayo de 2017. Sánchez fue aupado por una militancia enfadada con la vieja guardia socialista, representada en la candidatura de Susana Díaz. La reflexión de Génova es que las "primarias" no hacen al líder y que, incluso, pueden ser "perjudiciales" para el propio partido.