El ático de González
El comisario Villarejo no será expedientado por la filtración de su conversación con Ignacio González
El comisario de la Policía Nacional José Villarejo no será expedientado por la filtración de su conversación con el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. La Dirección Adjunta Operativa de la Policía Nacional considera que el alto mando policial no incurrió en ninguna infracción disciplinaria, según informaron a Europa Press fuentes de la investigación.
La Dirección General de la Policía ya decidió archivar el pasado abril la investigación abierta contra el mismo comisario por sus actividades empresariales privadas. Según publicó El País, Villarejo cuenta con al menos 12 sociedades con un capital que asciende a los 16 millones de euros. Desde la Policía lo consideraron compatible con su actividad como funcionario tal y como había vaticinado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien mostró su confianza en que todo lo había hecho "en el marco de la estricta legalidad".
El encuentro entre Villarejo y González tuvo lugar en noviembre de 2011 en una cafetería de la Puerta del Sol con presencia de otro comisario de Policía. La opinión pública no tuvo conocimiento de esa cita hasta que lo publicó el diario El Mundo el pasado 2 de marzo. Posteriormente y después de que González acusase de chantaje a Villarejo, varios medios de comunicación difundieron también el sonido de algunas partes de esa conversación que giraban en torno al ático que disfruta el presidente madrileño en Marbella.
Cosidó: "Llevo mal las filtraciones"
Pocos días después, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, anunciaba la apertura de una información reservada para esclarecer los hechos. Argumentaba que lleva "especialmente mal" las filtraciones porque "no hacen ningún bien y entorpecen la labor policial". Además, aseguraba que su Departamento ya había incoado en el pasado expedientes disciplinarios por hechos similares.
Fuentes policiales consultadas por Europa Press no dudan de que el autor de la grabación fue Villarejo y que además lo hizo sin el conocimiento de sus dos contertulios. Llaman la atención acerca de que al final de la grabación, una vez que se ha ido ya González, se escucha que los dos policías siguen hablando entre ellos y que es la voz de Villarejo la que se oye con mayor nitidez por lo que se deduce que es él quien porta consigo la grabadora que captó el sonido.
No obstante, la información reservada previa de la Dirección Adjunta Operativa no ve motivos siquiera para abrir expediente y seguir investigando. Para la elaboración de la citada información reservada, el director adjunto operativo y número dos de la Policía, Eugenio Pino, designó a un Inspector Jefe de su confianza. Habitualmente, este tipo de informes los hace un policía de igual rango o superior que el investigado, costumbre que no se ha cumplido en este caso ya que Villarejo es comisario.
Fernández Díaz: "Me suena a cuento chino"
El pasado 5 de mayo –dos meses después de que Cosidó anunciase el inicio de la investigación– el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, fue preguntado por este asunto durante una visita a las nuevas instalaciones de la UIP en el complejo policial de Valdelatas. "Hoy no quiero hablar de eso porque sinceramente me suena a chino, honradamente, dicho así con toda claridad", contestó.
Tanto Cosidó como Fernández Díaz defendieron en diversas ocasiones que desconocían que la conversación hubiese sido grabada. "Yo me he enterado igual que usted. Se lo puede creer o no, pero esa es la realidad", dijo Fernández Díaz en el Senado tras ser preguntado por este asunto en una sesión de control al Gobierno. Lo que sí admitió Interior es tener conocimiento de que se había producido la cita entre policía y político para hablar del ático.
De hecho, este encuentro fue incluido en el expediente que elaboró el Ministerio del Interior después de que Fernández Díaz denunciase en abril de 2012 que Ignacio González había sido investigado ilegalmente por la Policía a la hora de tratar de esclarecer la propiedad de su ático. Los resultados de ese informe derivaron en el cese del comisario de Marbella, Agapito Hermes de Dios, aunque no de Villarejo que era una de las personas ante quien informaba de sus pesquisas.
Posteriormente ese expediente se remitió hace dos años al Juzgado de Instrucción Número 47 de Madrid que investiga la denuncia presentada por Ignacio González contra el comisario Hermes de Dios.
Villarejo, "agente encubierto"
Villarejo es un veterano policía de 64 años que se define a sí mismo como "agente encubierto". Actualmente adscrito a la Dirección Adjunta Operativa, no tiene asignadas unas funciones concretas. Anteriormente prestó sus servicios en la Policía Judicial o en Información. Estuvo una década apartado del Cuerpo disfrutando de una excedencia voluntaria y posteriormente se reincorporó. El comisario también afirmó haber puesto sus empresas a disposición de las fuerzas de seguridad.
El propio Villarejo describió su función policial en algunos textos que él mismo ha hecho públicos: "sólo soy oscuro, mejor anónimo, ante los delincuentes y creo que mi labor es eficaz desde la discreción... y no existiendo oficialmente". "Cuando estoy en Líbano fingiendo ser transportista de droga o en Irak de comerciante o en Afganistán simulando ser tratante de caballos, estoy realizando una labor que me apasiona, que es mi vida, que no la cambiaría por nada del mundo", adviertió.
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El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, no dudó en poner en valor sus trayectoria: "El comisario Villarejo ha prestado relevantes servicios, y es mi obligación decirlo, en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado y eso no se puede olvidar en ningún momento".
El nombre de este comisario se dio a conocer ante la opinión pública tras un enfrentamiento con el responsable de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas-Aranda, a quien acusó de haber falseado pruebas para vincularle con las actividades de el pequeño Nicolás. Martín Blas-Aranda terminó siendo relevado de su cargo y apartado de labores operativas para ocupar un puesto en el Consejo Asesor de la Policía.
En el Departamento que dirige Ignacio Cosidó se llegó a tomar la decisión de relevar también a Villarejo, según informaron a Europa Press fuentes conocedoras de la situación. Ya estaba decidido incluso su lugar de destino, la Subdirección General de Recursos Humanos. Finalmente la Dirección General de la Policía dio marcha atrás.