La antigua mano derecha de Camps cierra el círculo alrededor del expresident en su último juicio pendiente

El ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa.

Hace casi dos décadas fue su mano derecha. Pero ahora, fuera de la política, se ha convertido en uno de sus verdugos. El ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa ha comparecido este martes como testigo en el juicio de la quinta pieza de la trama Gürtel, el último asunto que tiene pendiente el expresidente de la Generalitat Francisco Camps a nivel judicial y cuya continuidad en los tribunales dependió, en parte, del testimonio ofrecido en su momento por el propio Costa. Y durante más de una hora, el ex número dos de los conservadores valencianos ha cerrado el círculo alrededor de su antiguo compañero de filas. Un cerco que ya se encargaron de ir estrechando previamente tanto una parte de los acusados como algunos testigos.

Lo que se juzga en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid) es la quinta pieza del macrocaso de corrupción. La causa se centra en la adjudicación por parte de la Generalitat a una de las empresas de la trama corrupta, Orange Market, de la instalación de un stand en la Feria Internacional de Turismo (Fitur). En su auto de procesamiento, el juez instructor consideraba que existía "un arsenal de indicios" como para señalar que Camps "participó en el direccionamiento" de la licitación a favor de dicha firma para premiar la "paciencia y resignación" de la empresa ante el "impago de la multimillonaria deuda" que el PP valenciano tenía con ella. Anticorrupción solicita para el expresidente valenciano dos años y medio de cárcel por prevaricación y fraude.

La comparecencia del ex secretario general del PP valenciano ha servido al Ministerio Público para ir apuntalando sus tesis. Costa ha repetido en diferentes ocasiones que Álvaro Pérez, El Bigotes, quien fuera director de Orange Market, "trabajaba con el partido y con el propio Gobierno porque el presidente lo había decidido". "En los actos de partido, el presidente Camps, en determinados momentos, siempre me ha dicho: 'Me gustaría que esto lo hiciera Álvaro", ha insistido Costa, quien también ha dejado claro que El Bigotes tenía acceso "a muchas personas" de la Administración valenciana al más alto nivel. "Podía pedir perfectamente a Camps cualquier tipo de cuestión, no me necesitaba a mí", ha respondido al abogado del expresidente de la Generalitat.

A lo largo de la veintena de sesiones que se han celebrado, el exlíder del Ejecutivo valenciano ha sido señalado en repetidas ocasiones como la puerta de entrada de la trama en territorio valenciano. Sobre todo, por los principales cabecillas de la Gürtel, que han llegado a acuerdos de reconocimiento de los hechos con Anticorrupción. "El eje básico de que nosotros decidiésemos implantarnos en Valencia y no en otra región, como pudiera ser Murcia o Cataluña, era la buena relación que el señor Pérez mantenía con el señor Camps. Es decir, nuestra ventaja operativa, nuestra ventaja comercial, era esa", dijo Francisco Correa, el considerado cabecilla de la trama. Una versión que luego han ido ratificando varios exempleados de sus empresas.

Una relación de amistad, no "política"

Esa buena relación, esa "química" de la que habló Correa, fue confirmada en el banquillo de los acusados por El Bigotes. Durante su declaración, el que fuera director de Orange Market sostuvo que fue el propio expresidente de la Generalitat quien le propuso trasladarse a la Comunitat Valenciana para trabajar. "Yo le pedía que me ayudara y él me ayudaba", completó. Una relación de la que Camps, que defiende que la contratación de la trama para actos de partido le fue impuesta desde Génova, ha renegado en sede judicial. "Este señor tenía una relación política conmigo, de lealtad política. (...) No teníamos una relación personal", sostuvo durante su declaración como acusado en la Audiencia Nacional. En definitiva, que El Bigotes solo era un "colaborador del partido".

El Ministerio Público ha dedicado este martes algunos minutos a incidir justamente sobre esta cuestión. Y Costa ha dejado claro que lo que tenían ambos era una "relación personal, cordial, amistosa" que iba incluso más allá de ellos mismos. De hecho, ha indicado que El Bigotes tenía también buen trato con la mujer del expresidente valenciano. "Yo he ido personalmente con Pérez a la farmacia de la mujer de Camps a saludarla", ha resaltado. En esta línea, la fiscal también se ha detenido unos segundos en la boda de El Bigotes, a la que asistieron tanto Costa como Camps y en la que el novio dedicó amistosas palabras al expresidente de la Generalitat. Un enlace al que el expresidente valenciano dijo que asistió porque "era una reunión del partido, donde iba solo gente del partido".

–¿Se les anunció como un acto político? –preguntó la fiscal.

–Me parece sorprendente. Una boda es una boda y Camps estuvo en la misma mesa que yo con el señor Pérez. Era una invitación a un evento personal –respondió Costa.

La única forma de pagar la deuda

Durante su declaración, Costa también ha dedicado unos segundos a hablar sobre la deuda que el PP valenciano contrajo con Orange Market hace tres lustros. "En la campaña electoral de 2007 se generó una deuda que ascendía a aproximadamente un millón de euros", ha contado. Fue entonces cuando se reunió con Pérez y Pablo Crespo, otro de los socios de la trama. Les dijo que la formación no tenía esa cantidad y que las dos vías para hacerlo era "por aportaciones en efectivo y a través de la emisión de facturas por actos que no se habían producido". Luego, llamó a Camps para comentarle que él no pensaba entrar en lo de la emisión de facturas. "El presidente me dijo que le habían dicho que era la única forma de pagar esa deuda", ha completado.

El ex secretario general del PP apenas ha entrado en lo referente a la contratación pública. Al fin y al cabo, él no formaba parte de la Administración valenciana. Algo que sí se ha abordado en otras declaraciones producidas durante estos meses de juicio. En las primeras sesiones, dos extrabajadoras de las empresas de Correa afirmaron, por ejemplo, que El Bigotes se reunió con el expresidente valenciano para conseguir adjudicaciones. Lo hizo, contaron, en un club donde Camps estaba haciendo deporte con su familia. "Podemos irnos, ya tenemos el Open de Tenis", dijo Pérez a la vuelta, siempre según la versión dada por las acusadas. Al final, Orange Market se llevó varias adjudicaciones relacionadas con este evento.

Orden de contratar con la trama

Pero esta no es la única vez que se ha puesto sobre la palestra el direccionamiento de contratos a las empresas de la Gürtel. Sobre esto también habló en su declaración como testigo a finales de marzo Elvira Ramos, que fue secretaria de la exdirectora general de Promoción Institucional. "Había que contratar con ellos y había que contratar con ellos", dijo, al tiempo que deslizaba que uno de los contratos "vino dado" para que le fuera adjudicado a Orange Market. En la misma línea se pronunció a comienzos de junio otra de las testigos. En este caso, la ex directora comercial de la Ciudad de las Artes Alicia Verdú, quien aseguró que la ex directora general de Promoción Institucional Salvadora Ibars les dijo que Orange Market era con quien se iba a contratar para hacer el stand de Fitur 2009.

"Se intentaron hacer desaparecer cosas", dijo, por su parte, otra testigo que también trabajaba en la Ciudad de las Artes tras asegurar que una vez que saltó a los medios el caso de Orange Market se le dio orden de destruir material. Tampoco fue positiva para la defensa del expresidente valenciano la declaración que una semana después hizo como testigo en la Audiencia Nacional un funcionario de la Generalitat que había ejercido como jefe de relaciones institucionales en la Consejería de Sanidad. En su comparecencia ante el juez, Pedro Chinesta apuntó que durante la etapa de Camps se llevaron a cabo cambios reglamentarios que fueron entonces interpretados como un intento de Presidencia de "controlar las adjudicaciones".

Junto a Costa, este martes también ha declarado como testigo por videoconferencia Milagrosa Martínez, quien fuera consejera del Ejecutivo valenciano entre 2004 y 2007. Su comparecencia no ha puesto en aprietos a Camps. A preguntas del Ministerio Público, ha asegurado que la "única directriz" que le dio en aquella etapa el expresidente de la Generalitat fue "potenciar el turismo". "En ningún momento recibí una indicación para contratar con Orange Market", ha resaltado Martínez, al tiempo que ha señalado que todo lo que se hizo fue "según las mesas de contratación". Algo en lo que también insistió a comienzos de mes Niurka Montalvo, quien fuera directora general de Deportes del Ejecutivo de Camps: "Nunca nadie me dijo nada para contratar".

En esto han insistido también algunos de los acusados que no han llegado a acuerdos con el Ministerio Público. Lo hizo la exdirectora general de Promoción Institucional de la Generalitat Salvadora Ibars, pieza clave a ojos de Anticorrupción en este caso, quien dijo que "nunca" había recibido una orden de "ningún tipo" de nadie, tampoco de Camps. También aseguraron no haber recibido indicaciones o sugerencias para contratar con la Gürtel los exconsejeros Alicia de Miguel o Manuel Cervera.

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