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Detenido un preso de la cárcel de Segovia por intentar captar yihadistas en prisión

Detenido un preso de la cárcel de Segovia por intentar captar yihadistas en prisión

infoLibre

Agentes de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional de Madrid, en colaboración con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, han detenido este lunes a un recluso en el Centro Penitenciario Segovia que, desde la cárcel, trataba de captar y adoctrinar internos para el Daesh (Estado Islámico) con la intención de formarles en los ideales de la organización terrorista.

Al arrestado se le acusa también de un delito de amenazas, que hacía en nombre de Abu Bakr al-Baghdadi, máximo dirigente de este grupo criminal.

El detenido, originario de Marruecos, y de 42 años de edad, cumple condena por delitos en el ámbito de la violencia de género y está considerado como una persona totalmente radicalizada. El arrestado dirigía fundamentalmente sus labores de captación y reclutamiento a internos cuyas condenas estaban a punto de finalizar, según Interior.

Fuentes de la lucha antiterrorista informan a Europa Press de que es habitual que los internos radicalizados en el Islam busquen siempre para sus labores de proselitismo a internos a los que les queda poca condena por cumplir y pueden estar pronto en la calle.

'Operación Khalya'

La detención de este lunes se ha llevado a cabo en el marco de la operación Khalyaoperación Khalya en la que fueron detenidas otras dos personas el pasado 26 de octubre por envío de cartas con amenazas. Estos dos arrestos también se produjeron en centros penitenciarios.

Los dos detenidos el pasado octubre estaban acusados de mandar al menos una carta con amenazas de bomba a la sede del PP. Eran dos hombres de 41 y 43 años, uno nacido en Marruecos y el otro en Italia, cuyas identidades responden a las iniciales de J.E.H.B. y R.M.

Según informaron a Europa Press fuentes de la investigación, ambos se encontraban en los centros penitenciarios de Segovia y el Puerto de Santa María (Cádiz). La carta iba dirigida a nombre de Esperanza Aguirre, estaba escrita en árabe y en ella se amenazaba con hacer explotar una bomba en Madrid y otra en Barcelona.

La misiva también incluía amenazas contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En esa carta decían actuar "en nombre de Alá y de los hermanos muyahidines", según las mismas fuentes consultadas. También citaban a Mahoma y al líder del Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi, también conocido entre sus fieles como El califa Ibrahim.

España tiene a 180 presos sometidos a vigilancia

Instituciones Penitenciarias tiene a cerca de 180 presos sometidos a un plan específico de vigilancia por riesgo de radicalización yihadista, según datos de la Audiencia Nacional. Se da la circunstancia de que esa cifra es superior al número de personas actualmente en prisión por haber cometido delitos relacionados con este tipo de terrorismo, en torno a 90.

En esa cifra total bajo vigilancia se incluyen personas que profesan la religión islámica o personas marginales y vulnerables susceptibles de ser captadas. Según los expertos, a la hora de hacer proselitismo en prisión, los radicales buscan principalmente presos que cumplan penas no superiores a los tres años y que puedan salir libres pronto con instrucciones de continuar sus actividades radicales en el exterior, sin descartar alguna acción terrorista.

El "Programa de Intervención con los Internos Islamistas en los Centros Penitenciarios", creado en julio de 2014, es uno de los planes de Interior sobre los que pivota esta estrategia centrada en los presos que "responden a planteamientos organizados, extremistas y violentos o pretenden utilizar el medio penitenciario para reclutar adeptos a su ideología radical".

Se introducen medidas concretas de actuación como "examinar las eventuales relaciones de algunos de los terroristas ingresados en prisión con personas con detenciones anteriores, con independencia de que hayan sido condenadas por terrorismo o por otros delitos". "Por tanto, hay que observar las comunicaciones y visitas con estas personas, las relaciones establecidas entre ellos o con terceros y las relaciones con otras formas de delincuencia organizada o terrorista", precisa el plan al que tuvo acceso Europa Press.

Informes semanales

El programa otorga a los subdirectores de Seguridad de cada cárcel la función de coordinar toda la información que se recibe sobre los presos afectados y elaborar un informe cada semana "con las propuestas que consideren relevantes".

Otro punto clave es el control de las comunicaciones de "cara a prevenir eventuales incidentes y constatar los indicios de radicalización" y se extrema "un especial cuidado en el control y evolución de los de los procedimientos de expulsión de los presos incluidos en el Programa, de forma que no se frustre su finalidad por decisiones de la Administración Penitenciaria".

Por otro lado, se hace hincapié en "el necesario conocimiento y reseña de textos, grabaciones u otros sistemas de almacenamiento de audio o video que pudieran contener reflexiones o discursos de autores radicales". "No se autorizará la tenencia de estos materiales por favorecer el reclutamiento o la radicalización, procediendo también a la intervención de los mismos cuando se detecten en los registros o cacheos", zanja.

Perfil del preso yihadista

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En cuanto al perfil del preso yihadista, la mayoría de ellos son casados, con hijos, de poca formación académica. Argelia o Marruecos son los orígenes más repetidos. El 80% tienen edades comprendidas entre los 25 y los 35 años de edad, es decir, se trata de personas jóvenes que en muchos casos son la primera generación de inmigrantes que llegan a España, según los expertos. Tres de cada cuatro estaban en España en una situación regular, es decir, españoles, nacionalizados o con permiso de trabajo.

También en prisión visten ropas de acuerdo con sus creencias, lucen barba y suele llamar la atención de las autoridades el perfecto estado de las uñas de sus manos en las que hay callos, al igual que en la frente debido al rezo. Casi siempre portan un tasbih, un objeto parecido al rosario para dirigir sus oraciones. En sus celdas casi nunca falta un Corán y suelen estar decoradas con frases de ese libro sagrado para el Islam.

En torno a una veintena tienen una sentencia de condena firme mientras que el resto, la mayoría, está en situación de prisión preventiva, según los mismos datos. En cuanto al modo de estancia en prisión, hay una quincena en primer grado (aislamiento), tres en segundo grado (el régimen más común en las prisiones) y uno con régimen mixto al tener una condena firme y otra causa pendiente de juicio. Sólo están clasificados los internos ya condenados.

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