Crisis del coronavirus

España dice adiós a AstraZeneca, la vacuna que propició una guerra por cuatro trombos entre un millón de pinchazos

Viales de las vacunas de AstraZeneca y Pfizer.

España no recibirá ni distribuirá más dosis de la vacuna de la farmacéutica AstraZeneca, Vaxzevria, según ha adelantado la Cadena Ser. Las que hay ya en las neveras de las comunidades autónomas son, en principio, suficientes para completar la pauta en el tramo etario de mayores de 60 a 69 años y en el de menores de 60, que se pincharán con Pfizer como segunda dosis si en la primera recibieron Vaxzevria si no manifiestan expresamente su deseo en sentido contrario. Se pone así fin a la historia más accidentada de una vacuna anti-covid en España: fruto de temores para algunos y motivo de gresca política, como casi todo, entre el Gobierno y las comunidades gobernadas por la derecha. La estrategia de Sanidad, además, fue muy criticada por muchos epidemiólogos, aunque otros alabaron la estrategia de pauta heteróloga. 

La polémica, muy atenuada en la actualidad por el buen ritmo de vacunación –pese al retraso y las excusas de Madrid–, saltó en abril. Varias personas sufrieron episodios trombóticos tras la inmunización, parcial o total, con el producto de la farmacéutica anglosueca. España suspendió los pinchazos con Vaxzevria hasta que se pronunció la Agencia Europea de los Medicamentos (EMA, siglas en inglés) que informó de una correlación, pero que no podía asegurar que los datos fueran lo suficientemente contundentes para relacionar los episodios con franjas concretas de edad. Además, afirmó que los beneficios seguían superando, con mucho, a los riesgos. No individuales, porque para los más jóvenes era algo más probable sufrir un trombo por la vacuna que un cuadro de covid grave: pero sí a nivel colectivo para, como se está viendo en estos días, cortar la transmisión del virus. 

Sin embargo, las buenas noticias recibidas desde la EMA no bastaron a Sanidad: suspendió la vacunación en menores de 60 años con AstraZeneca. Precisamente eran los únicos que, hasta el momento, eran inmunizados con este suero, dado que aún no había ensayos clínicos suficientes en mayores. En aquella comparecencia del 7 de abril, la ministra Carolina Darias aseguró que estaban pensando lo que hacer con la segunda dosis de todos los menores de 60 que ya habían sido vacunados con la solución de AstraZeneca. La respuesta vino poco después: se haría un ensayo clínico para probar la pauta heteróloga, la mezcla de Vaxzevria y Pfizer.

El ensayo clínico CombivacS, cuyo número reducido de participantes no pudo asegurar que se producían menos trombos, sí mostró que la respuesta inmunitaria generada era muy potente. Así que Sanidad hizo su propuesta: segunda dosis de Pfizer a menores de 60 años. Si querían vacunarse de nuevo con AstraZeneca, tenían que manifestarlo expresamente y firmar un consentimiento informado. La estrategia fue aprobada por mayoría en el Consejo Interterritorial, aunque varias comunidades, como Murcia, Madrid o Andalucía, mostraron su desacuerdo: si la EMA decía que la vacuna era segura, ¿por qué hacer esto? infoLibre desveló el motivo oculto de Sanidad: no se fiaban de la farmacéutica, en litigios con la Unión Europea por incumplimientos de contrato. Si no llegaban las dosis acordadas, peligraba la inmunización completa. Estas comunidades incumplieron el acuerdo, ofreciendo dos colas separadas para los menores de 60 en vez de vacunar, por defecto, con Pfizer. 

La pauta heteróloga y el ensayo clínico fueron criticados por varios epidemiólogos por inducir temor sobre el método habitual y por ser demasiado limitado como para mostrar nueva evidencia sobre los efectos secundarios. Sanidad se defendió asegurando que generar evidencia científica nueva siempre es una buena noticia; y que era imposible captar a tantos voluntarios como para saber algo nuevo sobre los trombos. Países como Francia o Italia tomaron la misma decisión sin ningún experimento que lo avalara. El tiempo ha acabado reforzando la estrategia del Gobierno: no se han dado más eventos trombóticos y la respuesta inmunitaria es muy potente, doblando el brazo de una EMA que ahora reconoce que la pauta heteróloga es "muy eficaz". 

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Según informó La Razón, Sanidad intentó, en el seno del Consejo Interterritorial, imponer la segunda dosis de Pfizer también en el tramo etario de 60 a 69 años, pero en esta ocasión se encontró con la negativa de la mayoría de las comunidades. El propio documento de la estrategia de vacunación reconoce que no hay motivos para ello: no suelen darse estos eventos trombóticos entre los más mayores. 

Las comunidades autónomas aún cuentan con más de un millón de dosis de la vacuna de AstraZeneca por administrar. Si faltan, sobre todo para un tramo de 60 a 69 años que ya está inmunizado en un 78%, se podrán hacer peticiones puntuales. España dice así adiós a una vacuna polémica y motivo de titulares durante meses pese a los rarísimos efectos secundarios. Hasta principios de mayo se han detectado cuatro trombos en cada millón de habitantes en España, una cifra inferior a los 10 estimados en abril para toda Europa. 

El país mandará las vacunas sobrantes a Covax, el mecanismo habilitado por la OMS para vacunar en países de ingresos medianos y bajos que no pueden negociar por sí solos con las farmacéuticas. Sin embargo, estas donaciones son puestas en duda por organizaciones internacionales, que destacan que, en ocasiones, los lotes caducan antes de que se puedan administrar. Además, la desconfianza de la población de los países pobres hacia AstraZeneca es creciente: la perciben como una vacuna de segunda que es despreciada por occidente. A pesar de que los datos siguen indicando que se trata de un producto seguro y muy eficaz. 

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