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El Gobierno da oxígeno a su proyecto de presupuestos reconstruyendo la mayoría de la moción de censura

La ministra de Hacienda María Jesús Montero, durante su intervención en el pleno del Congreso que debate y vota la senda de déficit y deuda pública para 2019-2021.

Fernando Varela

Seis meses después de fracasar en su primer intento, el Gobierno de Pedro Sánchez consiguió este jueves reconstruir la mayoría política que hizo posible la moción de censura y sacar adelante sus objetivos de estabilidad para el año que viene, de los que depende la posibilidad de ampliar en 6.000 millones el gasto en los Presupuestos para 2019. Fueron 176 votos a favor y 168 en contra.

La llave que ha abierto la puerta a la propuesta del Gobierno ha sido el Govern de la Generalitat, que a través del PDeCAT y Esquerra, los dos partidos que le dan soporte, ha dado instrucciones a sus diputados en el Congreso para cambiar de criterio y apoyar a Pedro Sánchez el mismo día de la reunión en Bsrcelona entre el president Quim Torra y el Gobierno de España.

La nueva senda de estabilidad ha superado con éxito su paso por el Congreso pero se estrellará con torda probabilidad en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta y que conserva la capacidad de veto que le dio Mariano Rajoy cuando todavía controlaba las dos Cámaras. Pero aún así constituye un éxito para Sánchez porque alimenta la posibilidad de que su proyecto de Presupuestos supere el debate de totalidad en el Congreso, el próximo mes de febrero, y le da la oportunidad de poner el foco del debate en la agenda social que quiere lleva a cabo en los próximos meses.

Un gesto con costes

Joan Margall (ERC) justificó el voto a favor como “otro gesto de buena voluntad” para decir “que no debemos romper los pocos, poquísimos puentes que quedan, el hilo muy fino de diálogo con el Gobierno”, y “conscientes de que este gesto tendrá costes para nosotros”. El portavoz republicano explicó que su grupo ha tomado esta decisión a petición del Govern, “convencidos” de que puede ser “la última oportunidad”. Sobre todo porque, tras las elecciones andaluzas, ha desaparecido el “diálogo fluido” que hasta entonces era “habitual”. “Lleguemos a acuerdos que no expulsen a ninguna de las dos partes”, pidió, “y después que decidan los ciudadanos”.

El portavoz del PDeCAT, Ferran Bel confirmó que el cambio de postura del independentismo obedece al criterio de la Generalitat., “que quiere poder disponer de estas dos décimas” de financiación adicional “que le permiten 470 millones de euros mas de gasto”. Un presupuesto adicional que, si no se consigue, será por culpa de PP y Ciudadanos, a quienes prometió recordárselo cada vez que en el Parlamrnt de Cataluña vuelvan a exigir más dinero para los Mossos, losf uncionarios o los médicos. “Se lo habrán quitado ustedes”, advirtió.

“Somos conscientes de lo que hacemos”, subrayó el portavoz neoconvergente. “Les tendimos la mano” y  “la volvemos a tender. Pero que nadie se equivoque”, remachó: “Esto no es la antesala de un sí a los Presupuestos. La antesala es una propuesta para una solución política en Cataluña y eso no pasa simplemente por un nuevo Estatuto”.

La aprobación del techo de gasto en el Congreso abre al Gobierno la puerta para enviar su proyecto de Presupuestos

También apoyó la senda Unidos Podemos, con quien el Gobierno ha pactado las grandes líneas del proyecto de Presupuestos. Aunque su portavoz en el debate, el diputado Alberto Montero, fue tremenda critico con el Ejecutivo y con la ministra de Hacienda. “Nos lo pone muy difícil. Pero, como tenemos sentido de la responsabilidad y estamos confiados en que van a cumplir el acuerdo presupuestario, vamos a votar afirmativamente aunque sea con la nariz tapada”, señaló.

Al PSOE, Unidos Podemos, Esquerra y PDeCAT se sumó también el PNV, que ya había apoyado la senda cuando se presentó por primera vez, el pasado mes de julio. Además de Compromís y el único diputado de Nueva Canarias, con los que el bloque de la moción de censura suma  178 votos, dos por encima de la mayoría absoluta. Todos sus portavoces aprovecharon para denunciar el filibusterismo parlamentario de PP y Ciudadanos que impiden desde hace meses que se pueda tramitar la reforma legal imprescindible para poner fin al veto del Senado que, mientras exista, impedirá aprobar los nuevos objetivos de estabilidad. Una capacidad de bloqueo que la mayoría de los partidos de la Cámara consideran una “anomalía”, porque da a la Cámara alta un poder que no tiene con vetar ninguna otra ley.

En contra se mantuvo el bloque PP-Ciudadanos, sus partidos satélite (UPN y FAC), Coalición Canaria y EH Bildu, que en el Congreso suman 172 diputados.

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