Crisis del coronavirus

El Gobierno quiere crear el Centro Estatal de Salud Pública pendiente desde 2011 para luchar contra futuras crisis

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante su comparecencia ante la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica este jueves en el Congreso

La pandemia va a cambiar la política sanitaria española y en particular las actuaciones en materia de salud pública. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, avanzó este jueves en el Congreso la intención de su departamento de crear el Centro Estatal de Salud Pública como piedra angular de la prevención sanitaria española, una herramienta que llevaba nueve años en el olvido, concretamente desde la aprobación en 2011, durante el último año de mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, de la Ley General de Salud Pública.

La incorporación de este centro al organigrama del Ministerio de Sanidad fue aprobada por el Congreso a través de una enmienda de Izquierda Unida que recogía las demandas de los epidemiólogos españoles y de las sociedades de defensa de la salud pública. Fue en octubre de 2011 y la llegada de Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno apenas dos meses después enterró el nuevo centro en un cajón. Hasta ahora.

Lo ocurrido en estos meses, el riesgo cada vez más evidente de un rebrote de aquí a diciembre y la certeza de que en los próximos años tendremos que hacer frente a nuevas pandemias fueron los argumentos esgrimidos por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, este jueves en la Comisión de Reconstrucción Económica y Social del Congreso para justificar la necesidad de dar un impulso a la sanidad en términos de prevención más allá del foco puesto en los últimos los en las tareas asistenciales.

“Salimos de la pandemia con más aprendizajes pero también con deberes pendientes”, advirtió Illa. “Durante los últimos años las políticas de salud pública no habían tenido la atención necesaria y apenas si se habían empezado a recuperar durante el último año y medio”. A partir de ahora “debemos dotar a la salud pública de los medios que requiere no sólo para la vigilancia epidemiológica sino también para promover la educación para salud, impulsar estilos de vida saludables y lograr un sistema preventivo y no sólo curativo que genere salud y no solo sanidad”.

Para ello “es necesario desarrollar la ley General de Salud Pública de 2011”, anunció Illa, creando el Centro Estatal de Salud Púbica previsto en su artículo 47. Este centro, explicó, debe ser el “punto de partida para reordenar e impulsar una parte de las funciones que deben desarrollarse y reforzarse desde el ámbito de la salud pública, como son la vigilancia, la evaluación del impacto en salud o la colaboración y apoyo en respuesta a emergencias sanitarias” que puedan tener lugar en el futuro.

Un centro que, según la ley, quedará adscrito a la Dirección General de Salud Pública y tendrá como misión el asesoramiento técnico en esta materia y la evaluación de intervenciones en salud pública en el ámbito de la Administración General del Estado pero que también llevará a cabo labores de asesoramiento técnico y científico y de evaluación de intervenciones de salud pública en el ámbito de otras Administraciones. Una de sus tareas, según la vigente ley, será además realizar el seguimiento y la evaluación de la Estrategia Española de Salud Pública, así como la coordinación de las acciones desarrolladas por los centros nacionales de salud pública.

A este centro quedaran adscritos el actual Centro de Coordinación de Alertas y Emergencia Sanitarias (CCAES) y el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. “Hay que replantear los instrumentos de salud pública con los que cuenta el Gobierno de España”, avanzó Illa sin precisar más detalles sobre los planes del ministerio, en los que segura llevar semanas trabajando.

El ministro se mostró además partidario de impulsar el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y sobre todo de “reforzarlo” para que pueda tomar “decisiones ejecutivas” a escala continental, algo que no ha podido hacer durante la pandemia de la covid-19. “Todo lo que tiene que ver con salud pública tiene ser reforzada”, remarcó. “Tiene que haber un replanteamiento de la salud pública para que gane peso en el conjunto del sistema sanitario, y eso incluye y aumentar las dotaciones no solo materiales sino de personal en todas “las profesiones asociadas”.

Corregir debilidades

La crisis sanitaria, explicó, “ha hecho más evidente la necesidad de abordar el futuro del sistema nacional de salud” e “intentar corregir sus debilidades”. Hace falta, defendió, fortalecerlo dotándolo de “mayor financiación” e iniciando “las transformaciones necesarias para atender las necesidades actuales y de futuro de toda la población”. Un sistema que, en su opinión, debe acabar siendo “más robusto, más flexible y más resiliente”.

La prioridad, explicó, tiene que ser prepararse para “hacer frente a segundas pandemias o segundas oleadas del covid-19“ profundizando, entre otras cosas, en “una mejor cooperación, coordinación y cohesión” entre el Gobierno y las Comunidades Autónomas, que son las que tiene las competencias sanitarias.

“Hay que preparar el sistema nacional de salud para hacer frente a futuras pandemias sin las tensiones a las que nos hemos visto sometidos” y eso incluye desde la creación de reservas estratégicas de productos sanitarios esenciales, entre ellos equipos de protección, pruebas diagnósticas, equipos de ventilación mecánica invasiva y medicamentos, tanto en las Comunidades Autónomas como a escala estatal, a la consolidación de estrategias que garanticen de forma estable un cierto nivel de producción nacional de estos productos.

Al mismo tiempo, explicó, será necesario “optimizar y reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica”. Más allá de los sistemas de alerta temprana desarrollados durante estos meses, “es necesario apuntalar la integración automática y en tiempo real de la historia clínica electrónica de los centros sanitarios, lo que nos permitirá aumentar la velocidad y la cantidad y calidad de la información”. Y avanzar en la ampliación de “sistemas centinela” que integren la vigilancia no sólo de la covid-19 sino de otros virus respiratorios como la gripe para “que estén operativos de cara al próximo otoño”.

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¿Por qué tan pronto? Porque el riesgo de rebrote está muy presente en los escenarios que maneja el Gobierno.

La crisis económica de 2008 y las políticas de austeridad provocaron “heridas” en el sistema sanitario “que nunca llegaron a cerrarse y que durante la pandemia se han hecho evidentes. Por eso”, recordó, “pusimos a disposición de las Comunidades Autónomas hasta 81.000 profesionales. Este refuerzo no puede ser puntual: hay que dimensionar los equipos ante posibles nuevos brotes”, advirtió. “Hay que recuperar la inversión sanitaria a corto y medio plazo. Mi compromiso es firme: recuperar los niveles de inversión previos a la crisis de 2008 a lo largo de los próximos ejercicios hasta alcanzar el 7% del PIB”.

Los rebrotes son “un tema que me preocupa mucho”, reconoció Illa. Casos como los que “estamos viendo” estos días en China o en Alemania. “Hemos de lanzar un mensaje de que esto está ahí todavía y no podemos relajarnos”. Por eso, remarcó, “tenemos cierta premura. Tenemos que ser capaces de lograr acuerdos”.

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