Transparencia

Historiadores piden a Exteriores que siga los pasos de Defensa y abra su archivo

El ministro de asuntos Exteriores, Josep Borrell.

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Historiadores que en 2012 comenzaron a pedir al Ministerio de Exteriores que levantase el secreto sobre sus archivos confían en que el Departamento que dirige Josep Borrell siga los pasos de Defensa y permita también el acceso a sus documentos históricos, informa Europa Press.

"Sería una ocasión para que el ministro Borrell siga la misma senda, ahora que el Gobierno de Pedro Sánchez ha demostrado sensibilidad", ha dicho a Europa Press el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid Carlos Sanz que, junto al catedrático Juan Carlos Pereira, de la misma Universidad, lleva años liderando la campaña para que se abra el archivo o, más bien, se reabra.

El problema, en el caso de Exteriores, es doble. Por un lado, existe un acuerdo secreto del Consejo de Ministros de octubre de 2010 –impulsado por el entonces ministro Miguel Ángel Moratinos– que declara secretas o reservadas la práctica totalidad de materias relacionadas con el Departamento y, además, sin fijar ningún límite temporal.

De hecho, Sanz tuvo conocimiento de ese acuerdo secreto en 2012, cuando se le denegó el acceso a documentación relativa a las relaciones políticas entre España y Alemania entre 1970 y 1982.

En segundo lugar, las dependencias del archivo del Palacio de Santa Cruz, donde se encuentra el Archivo General de Exteriores, se encuentran en obras y eso hace que esté "suspendida temporalmente" la consulta de documentación en esa sede, según ha dicho el Gobierno en una respuesta parlamentaria relativa a la documentación sobre la emigración.

Así, las dificultades legales se suman a las físicas. A partir de 2012, los fondos de Exteriores empezaron a dividirse en tres partes. La documentación anterior a 1931 se envió al Archivo Histórico Nacional donde, asegura Pereira, está catalogada y es accesible.

Sin embargo, la comprendida entre 1931 y los años 80 está en el Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares, y la más reciente en el Palacio de Santa Cruz, y en ambos casos, asegura este catedrático, está cerrada a los investigadores. En el Archivo General, añade Sanz, puede haber 40.000 cajas pendientes de catalogar y cotejar.

Fernando Morán autorizó la consulta de 25 años de antigüedad

La paradoja es que hasta 2010 hubo muchísimos documentos que sí podían consultarse, especialmente después de que, en 1984, el ministro Fernando Morán determinase que los documentos serían accesibles al público cuando cumpliesen 25 años de antigüedad, con excepción de las materias clasificadas y los expedientes personales.

La consecuencia es que hay libros, investigaciones y tesis doctorales interrumpidas por la falta de acceso. "Ha habido diplomáticos que han ido al Archivo General para ver documentos de su época para escribir libros o para otros asuntos y no han podido acceder", dice Pereira. Además, documentos que no pueden consultarse en España son perfectamente accesibles en otros países.

La solución, afirman, es derogar el acuerdo de 2010 o sustituirlo de forma que limite las materias que se declaran secretas o reservadas y fije plazos concretos. El siguiente paso sería la reforma de la Ley de Secretos Oficiales, que lleva dos años en el Congreso y tiene, a juicio de Sanz, un "destino incierto".

En su día, el ministro José Manuel García-Margallo llegó a redactar un nuevo acuerdo para sustituir el de 2010, pero lo pospuso hasta la entrada en vigor de la Ley de Transparencia, y finalmente nunca se aprobó. Los investigadores no tienen constancia de que haya habido ningún cambio legal.

Esperanzas por la decisión de defensa

Ahora, la decisión del Ministerio de Defensa da esperanzas a los investigadores que, de paso, califican de "sorprendente" que un Ministerio tradicionalmente más opaco como es Defensa se haya adelantado a Exteriores en la apertura de sus archivos. Según Pereira, tienen constancia de que el nuevo equipo de Exteriores al menos se está informando de la situación.

Por lo pronto, el Gobierno no ha respondido aún a una pregunta parlamentaria sobre el tema que planteó en julio la diputada de IU Eva García Sempere, que quería saber por qué sigue en vigor aquel acuerdo que extiende el secreto sobre prácticamente todo.

En cambio, sí ha respondido a otra, de esta diputada y de Pablo Bustinduy (Podemos), sobre la conservación de documentos del Consulado de La Habana y otras representaciones en el Exterior.

En su respuesta, el Ejecutivo se refiere a la documentación sobre la emigración española en general y afirma que, para consultarla, los requisitos son, "al igual que en el resto de fondos documentales, los que establece la normativa vigente en materia de acceso".

Consulta "suspendida temporalmente"

En este caso, se trata de unas 10.000 cajas en el Archivo General de la Administración y otras 12.000 en el del Ministerio. En este segundo caso, debido a las obras, la consulta "está suspendida temporalmente".

Eso sí, Exteriores asegura que "en ambos archivos esta documentación se halla en perfectas condiciones de conservación". Además, afirma que, en los últimos dos años, se han clasificado y restaurado fondos documentales de los siglos XIX y XX y de la colección de tratados y convenios internacionales que se conservan en el Ministerio.

Según dice, actualmente una empresa especializada está trabajando en el Palacio de Santa Cruz en la conservación de documentos de principios de siglo procedentes de la Representación Permanente de Ginebra. Además, el Consulado en la Habana ha restaurado 39 de los 164 libros de Registro de Matrícula Consular.

Estudio sobre documentación de embajadas

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Por otro lado, en 2017 Exteriores inició un estudio sobre la documentación que se custodia en todas las Embajadas y consulados, enviando a todas ellas una encuesta, con el fin de hacer un censo de fondos documentales. Ahora tiene que procesar y analizar esos datos.

Pero además, a raíz de aquellas gestión, varias representaciones han enviado a Exteriores documentación que, por su antigüedad, ya no tenía valor para las tareas administrativas, entre ellas las Embajadas en Santiago de Chile, Oslo, Tokio, Nueva Delhi, Dacca, Abu Dabi y París; los Consulados Generales en la Habana, Ginebra y Bahía Blanca y la representación permanente ante la ONU en Ginebra.

Cuando finalicen las obras en su archivo, para lo cual no hay fechas, Exteriores espera también documentación procedente del Consulado General en Tánger, de la Representación ante las Naciones Unidas en Nueva York, de la de la OTAN en Bruselas y de la Embajada en Yakarta.

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