El futuro del PSOE

La hoja de ruta de Pedro Sánchez para sus primeros cien días al frente del PSOE

Pedro Sánchez y su ejecutiva federal, en la sesión de clausura del congreso extraordinario del PSOE, este 27 de julio.

Ahora empieza la faena. Pasadas las horas intensas del congreso extraordinario, Pedro Sánchez tiene todos los frentes abiertos, mucho "trabajo pendiente" para lograr que el PSOE se ponga "en pie", "en marcha para cambiar España una vez más", y poco tiempo para lograr la remontada. El primer examen vendrá en las municipales y autonómicas de mayo de 2015, y más tarde en las generales. El partido asume, se pregunte a quien se pregunte, que no queda más que una oportunidad, esta, para demostrar que es capaz de reponerse: armar un liderazgo sólido, construir un discurso creíble, responder al desafío soberanista en Cataluña con solvencia, dirimir las cuestiones internas sin conflicto. 

La agenda es apretada, no sólo por los propios tiempos del PSOE, sino porque el otoño será intenso y Sánchez, como nuevo secretario general, junto con su nueva dirección, tendrá que afrontarlo con agilidad. En 100 días, el plazo estándar para medir a un recién llegado, se ventilarán muchas cosas en el partido y fuera. 

01. MARCAR PERFIL 

Este lunes, Sánchez reunirá por primera vez a su ejecutiva. Son 20 mujeres y 18 hombres, todos nuevos menos seis miembros, un 40% entre 30 y 40 años. Entre ellos, el hombre fuerte, su número dos, César Luena. Después, ofrecerá su primera rueda de prensa como secretario general en Ferraz, y de allí se dirigirá a la Moncloa, para entrevistarse con Mariano Rajoy. 

Ayer, en su discurso de clausura del congreso federal extraordinario que ha culminado su ascenso a la cúspide del PSOE, Sánchez ya adelantó algunas posiciones de cara a esa reunión. De entrada, "un claro y rotundo no" a la elección directa de alcaldes que pretendía pactar el PP con los socialistas. "Si Rajoy quiere regenerar la democracia, lo tiene fácil, que coja la escoba y limpie su casa", le lanzó, entrando al cuerpo a cuerpo y recordándole que Génova está manchada por la corrupción del caso Gürtel. Asimismo, defenderá ante el presidente, dos días antes de su encuentro con Artur Mas, que la solución federal en la que cree el PSOE es la "única vía que garantiza la unión de todos", la única posible. 

Sánchez, al mismo tiempo, enhebró su hoja de ruta económica –orientada hacia un "objetivo muy calro: defender una clase media y una clase trabajadora hundidas por la política económica de Rajoy"–, sus medidas fundamentales en materia educativa o sanitaria, sus promesas de apertura y transparencia interna. Aseguró que, en cuanto los socialistas lleguen al Gobierno, derogarán la reforma laboral y, si llega a ser aprobada antes del fin de esta legislatura, la Ley del Aborto. Otro gesto: ordenó votar en contra de la investidura del conservador luxemburgués Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea, por "coherencia". No habrá grandes coaliciones, reiteró, "ni en Madrid ni en Bruselas". 

Hacer suyo "el malestar de la calle"

Sus compañeros elogiaron un discurso "potente" que, sin embargo, bebe de la Conferencia Política –en cuya preparación participó– y de la Declaración de Granada. Nada radicalmente opuesto a lo defendido por Alfredo Pérez Rubalcaba durante su breve mandato. Pero, como analizan varios dirigentes, sonaba distinto. En palabras de un alto dirigente que se incorporó ayer a la nueva ejecutiva, no se trata de endurecer la labor de oposición, sino de marcar prioridades, poner acentos como el del no a Juncker o el no a la reforma electoral que quiere perpretar Rajoy. Y confrontar sus políticas con rotundidad. "Vamos a ser contundentes a la hora de perfilar políticas nítidamente de izquierdas, sin que haya miedo o prevención hacia los poderes financieros". Un alto mando territorial que no lo apoyó se felicitaba del "buen discurso económico, el relato" del secretario general, una diferencia respecto a sus predecesores, porque él es doctor en Economía, "y eso se nota".

El PSOE, en opinión de un miembro de la dirección, debe hacer suyo "el sentimiento de malestar que hay en la calle", defender aquello que construyeron los Gobiernos socialistas y que defienden hoy las mareas ciudadanas. Sánchez les agradeció el sábado su lucha y ayer pidió a sus correligionarios salir "al encuentro de los indignados, del mundo de la cultura, del arte y del pensamiento progresista", de los votantes que se alejaron del partido. En pocas palabras, las del círculo más estrecho del jefe socialista: "El PSOE y sus militantes van a estar en la calle para recuperar la confianza de los ciudadanos".

"Impecables en las formas, contundentes en el fondo"

En el PSOE se siente un cierto respiro porque, de golpe, se puede desembarazar de la losa de la herencia recibida que machaconamente enarbolaba el PP. El líder es ahora Sánchez, que nada ha tenido que ver con los Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. "Con el Ejecutivo, seremos impecables en las formas y contundentes en el fondo", complementaban desde el aparato. 

"Es otro tiempo, habla para otra España. Tiene además una telegenia brutal y entra como un cañón en la sociedad civil", opinaba un secretario regional. 

El perfil lo irá marcando, calculan en el PSOE, el nuevo liderazgo, su acento y su énfasis, las decisiones de la dirección. Y el despliegue del proyecto de la Conferencia Política. A los nuevos pilotos, como dijo Rubalcaba, les toca "completarlo, concretarlo, priorizarlo, modificarlo en lo que estime oportuno". 

02. LA RESPUESTA A CATALUÑA

No habrá "ningún tipo de sorpresas" en el planteamiento que este lunes haga Sánchez a Rajoy. Declaración de Granada. Vía federal. Lo que exigirá al presidente es que mueva ficha, que diga cómo quiere dar salida al conflicto. "Sabe cuál es nuestra posición, lo que quiero saber es la suya, y no puede ser un no a lo que está ocurriendo en Cataluñano y al conflicto territorial, debe ser una propuesta de renovación, y en eso estoy esperando al presidente del Gobierno, que es su obligación", aseguró a los periodistas el pasado miércoles. 

De la apuesta federal no se moverán ni el PSOE ni su partido hermano, el PSC. "Lo que tiene que hacer Pedro es abrir la perspectiva de reforma de la Constitución. No hay otra", insistían fuentes próximas al primer secretario, Miquel Iceta, elegido jefe una semana antes que Sánchez. No se perciben alarmas por el desajuste de discursos a cuenta del derecho a decidir (que defiende el PSC) o por la Ley de Consultas, que el Parlament aprobará en septiembre y que dará soporte a Mas para convocar el referéndum soberanista del 9 de noviembre. Los socialistas catalanes han apoyado hasta ahora la tramitación de la norma, y aprobarán el dictamen si el Consell de Garanties Estatutàries –órgano consultivo de la Generalitat– le da el visto bueno. Si el Gobierno recurre la ley al Tribunal Constitucional y el PSOE respaldara la impugnación porque ve cuestiones dudosas, el PSC no lo vería mal. 

En Ferraz y en el PSC garantizan una "estrategia compatible, coordinada y trabajada". De hecho, se está barajando la posibilidad de que el Consejo de Política Federal –antes llamado Consejo Territorial–, el órgano que agrupa a todos los barones y al PSC y que presidirá la andaluza Susana Díaz, se reúna antes de septiembre. 

03. LAS PRIMERAS DECISIONES INTERNAS

Hoy, primera ejecutiva y, a primeros de septiembre, primer Comité Federal. La previsión del equipo de Sánchez, según trasladó anoche a este periódico, es que para entonces se apruebe un calendario completo de primarias. Habrá cambios respecto a la planificación diseñada en enero. Como se ha cruzado el congreso extraordinario, se cuenta con que las votaciones para la elección de los aspirantes a alcalde y a presidente autonómico se moverán de septiembre a octubre. De todos modos, buena parte de las batallas se han producido ya. Se han designado vía primarias –abiertas o entre militantes– los candidatos de Comunitat Valenciana (Ximo Puig), Aragón (Javier Lambán), Murcia (Rafael González Tovar), Baleares (Francina Armengol), Cantabria (Eva Díaz Tezanos) y Barcelona (Jaume Collboni). 

Pedro Sánchez abraza a César Luena y Micaela Navarro, ante Antonio Pradas y Carmen Montón, en la clausura del congreso extraordinario del PSOE, este domingo en Madrid | INMA MESA

Para el otoño, la atención mediática se centrará, sobre todo, en la Comunidad de Madrid y en la capital, Castilla y León –ahora gobernada por una gestora– y en ciudades grandes como Sevilla o Zaragoza. Ferraz cuenta, por ahora, con mantener el reglamento aprobado en enero. En síntesis: en las federaciones, las primarias serán cerradas salvo si la ejecutiva regional decide abrirlas a la participación ciudadana y recibe el impulso del Comité Federal. En los municipios, siempre que sean de más de 20.000 habitantes, las primarias serán internas, entre afiliados. 

La elección del candidato presidencial, previsiblemente, se desplazará de noviembre de 2014 al verano de 2015, tras las autonómicas y municipales. Sánchez ha defendido, como también los barones, que hay que optar por el calendario que más convenga al partido, que más ayude a los primeros aspirantes que se presentan a las urnas, y se cree que sería una locura introducir al PSOE en una nueva dinámica de conflicto interno cuando acaba de aupar a un secretario general al trono de Ferraz. Además, la consigna imperante es "reforzar" el liderazgo de Sánchez y pacificar el patio. 

El PSOE es consciente de que en mayo se juega el todo o la nada. En 2011, el principio del fin de la hegemonía socialista se produjo en el mismo tipo de convocatoria, y entonces perdió la mayor parte de su poder territorial. Sólo Andalucía y Andalucía se salvaron de la quema. Recuperar el aliento se percibe ahora como más fácil, sobre todo si feudos históricos del PP, como Valencia o Madrid, caen del lado de los socialistas. Sánchez volvió a reiterar ayer que dará todo su "respaldo" a los candidatos que compitan en 2015. Una prioridad que se ha visualizado en la nueva ejecutiva, en la que se sientan diez barones. 

Diez secretarios regionales... que en breve serán menos. El PSOE debe combinar el calendario de primarias con la celebración de congresos extraordinarios en Euskadi y Navarra –por la anunciada marcha de Patxi López y Roberto Jiménez–, La Rioja –por el ascenso de su líder, César Luena, a la secretaría federal de Organización– y Castilla y León, en gestora. 

04. LA CONSOLIDACIÓN DE SÁNCHEZ

Pedro Sánchez acaba de nacer como líder, pero le queda forjarse un camino, fortalecerse en medio de un partido muy herido. Una de sus primeras pruebas de fuego será mostrar autonomía frente a Susana Díaz, la baronesa que le apoyó en su campaña y con la que compuso su ejecutiva. La presidenta hizo valer su poder y situó en ella a ocho dirigentes, y ella misma se hizo con la coordinación del Consejo de Política Federal, que le da acceso a las reuniones de la cúpula en Ferraz.

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Biografías de los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal (PDF)

"No hay ningún tutelaje" del PSOE andaluz, subrayó en los pasillos del hotel Auditórium, donde se celebraba el congreso, la jiennense Micaela Navarro. Y agregó que lo podría comprobar todo el mundo en unos días. Lo mismo piensa uno de los altos cargos territoriales que no le respaldó, que se irá viendo pero que, por lo pronto, el secretario general ya hizo un gesto de independencia al situar a una persona de su máxima confianza, el riojano César Luena, como su número dos, y no a un andaluz. 

La duda es si bastará el relevo en el trono del PSOE para remontar o si el desgaste de la marca neutraliza cualquier cambio. "Es que no sólo cambiamos la cara. Es que hemos cambiado incluso el procedimiento de elección, y hemos renovado la dirección", analizaba al término del cónclave un miembro de la dirección. Un barón también se mostraba confiado: las siglas, opina, "están todas erosionadas, salvo Podemos", así que lo que el secretario general debe hacer es "tomar la iniciativa, elaborar propuestas, hacer del PSOE un proyecto creíble". 

En el núcleo duro del nuevo líder, creen que Sánchez atesora varias virtudes y ventajas: un discurso "ilusionante" con la militancia, que pretende "recuperar el camino de la izquierda", una "legitimidad que jamás ha tenido ningún dirigente en España". Su labor, a partir de ahora, es perseguir esa "mayoría de izquierdas del país", atrayendo a los indignados, a los desencantados y a los cabreados con el PP, como señaló en su alocución de clausura del congreso. El camino empieza ya. 

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