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Desarrollo sostenible

Los indicadores de trabajadores pobres y precariedad laboral empeoran y consolidan la posición de España en la cola de la UE

Los indicadores de pobreza se están haciendo cada vez más visibles en España.

José Carlos Huerta

La tasa de pobreza de ciudadanos españoles con empleo no deja de crecer. Este indicador refleja el porcentaje de personas respecto de la población total que declaran tener trabajo pero que están en riesgo de pobreza (es decir, que poseen una renta inferior al 60% de la renta mediana nacional). Nuestro país ocupa el puesto 26 de los 28 de la Unión Europea, tan sólo por delante de Grecia y Rumanía, que, sin embargo, tienden a reducir su porcentaje de personas empleadas en riesgo de pobreza.

De hecho, según datos de Eurostat, España tiene tendencia a aumentar este porcentaje. Ha pasado del 10,5% en 2013 (año más bajo desde 2008), al 13,1 en 2015, con un aumento de más de dos puntos en sólo dos años, y nos mantenemos en esa tercera posición por la cola desde 2007. La situación es aún más alarmante en los jóvenes, que partían con un 7,5% de pobreza de personas con empleo en 2007, un 14,9% en 2010, y un elevadísimo 24,7% en 2015, casi 10 puntos más en sólo cinco años años.

Estos datos forman parte del informe del Observatorio de Sostenibilidad presentado este martes, que analiza la realidad de nuestro país en relación a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU son “un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años”, según indica la organización en su página web.

En esta línea de empeoramiento de la situación llama también la atención que la tasa de empleo a tiempo parcial no deseado en España es, junto a la de Eslovenia, la que más aumentado entre 2000 y 2015, según datos de la OCDE. Entre las mujeres, este indicador llega hasta el 15,9% en el período que va de 2013 a 2014, nuestro máximo histórico; mientras que entre los hombres alcanza su cifra más elevada con el 5%.

Estos datos matizan y alertan al mismo tiempo sobre la positiva reducción de la tasa de desempleo que ha renido lugar desde 2013, pues revelan que el empleo que se crea es de pésima calidad, advierte el Observatorio, que incide en el enorme problema de España para dotar de futuro a los jóvenes.

Mala nota en igualdad social

La desigualdad social en nuestro país parece ir a peor, según el informe del Observatorio. España ha empeorado en su rendimiento en el Índice de Justicia Social (SJI, por sus siglas en inglés) desde 2008, y ocupa los puestos de cola en casi todas las tablas del SJI. Este indicador, que elabora anualmente la fundación alemana Bertelsmann Stiftung, se desarrolla a partir de seis indicadores: prevención de la pobreza, educación equitativa, acceso al mercado laboral, cohesión social y no discriminación, salud y justicia intergeneracional.

En España también suspendemos en el ratio de Palma, uno de los principales indicadores para medir la desigualdad (compara el porcentaje de renta nacional del 10% más rico de la población frente al 40% más pobre), con un porcentaje de la renta nacional en manos de los más ricos en 2014 que llega al 24,7%, frente al 18,1% que posee el 40% más pobre de la población.

En cuanto a la igualdad de género, la mayoría de indicadores parecen estar estancados, con nuestro país en el puesto 16 del indicador de brecha salarial por género, de entre 27 países analizados de la Unión Europea, y por debajo de la media del continente. Como señala el Observatorio, de los seis indicadores seleccionados para evaluar el Objetivo de Desarrollo del fomento de la igualdad de género, España sólo se sitúa bien en lo relativo a la representación femenina en instituciones de gobierno, con un 39,1%, superada sólo por cinco países europeos.

El acceso a la vivienda en España presenta un deterioro notable en las grandes ciudades, según el Observatorio, con un aumento del precio de las viviendas del 15% desde 2011, produciéndose también un aumento del 15% en el precio de los alquileres. Y es que, desde 2008, la promoción de la vivienda pública ha estado prácticamente paralizada, con la precariedad laboral situando los desahucios en torno a 80.000 familias al año.

El informe también menciona la pésima evolución de la acogida de refugiados de España. Nuestro país se comprometió a acoger 14.931 refugiados procedentes de Oriente Medio (principalmente de la Guerra de Siria), de los cuales sólo han llegado 1.212, es decir, un 8,1% de los refugiados, cuando el plazo para la acogida termina en septiembre.

Retroceso en energías renovables

Desde 2004 a 2014, España venía aumentando sin interrupción el porcentaje del consumo bruto de energía que procede de fuentes renovables. Nuestro país venía situándose en una posición aventajada por encima de la media de la Unión Europea, pero en 2015 este porcentaje se redujo por primera vez: según datos de Eurostat, el consumo de renovables representó el 15,23% en 2014 y el 13,69% en 2015.

La UE, en el marco de sus objetivos para 2020, tiene el compromiso de que el 20% del consumo de energía proceda de fuentes renovables. España había experimentado una evolución modélica para cumplir con los objetivos hasta 2014, cambiando de tendencia al año siguiente. La escasez de lluvias, el aumento global del consumo de energía, y una nula política de fomento de renovables en los últimos años, serían las razones del cambio de tendencia,

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La estrategia Europa 2020 busca el crecimiento y el empleo de manera sostenible, inteligente e integradora, y tiene hasta ese año para alcanzar cinco objetivos en los ámbitos del empleo, la investigación y desarrollo, la educación, la inclusión social o la reducción de la pobreza. En el caso del clima y la energía, el objetivo de que el 20% del consumo de energía en la UE proceda de renovables parece un poco más lejos, al menos nuestro país, tras este cambio de tendencia.

Una de las tendencias más preocupantes incluidas en el informe es el enorme descenso que ha registrado el presupuesto para conservación de espacios naturales en Parques Nacionales, la mayoría de ellos gestionados por las autonomías: de los 1.213 euros por hectárea de 2010 se ha pasado a tan solo 680 por hectárea en 2014, es decir, una reducción del 44%. En el caso de los parques naturales, aunque aumenta el presupuesto por hectárea hasta los 28 euros en 2014, la cantidad sigue siendo bajísima si la comparamos con la de los parques nacionales.

 

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