PARTIDO ANIMALISTA

Mil euros de campaña y más votos que Podemos: Pacma coge aire para las europeas tras el resultado del 18F

Manifestación antitaurina convocada por Pacma.

Entre los muchos análisis que dejan los resultados electorales de este domingo en Galicia, uno ha tenido especial presencia en redes sociales: hasta Pacma ha conseguido más votos que Podemos, vuelcan algunos usuarios. Javier Luna es consciente del tono jocoso, pero parece no darle importancia y convoca aquella máxima que califica de positivo que hablen de uno, aunque sea mal. Luna es presidente de Pacma –Partido Animalista Con el Medio Ambiente– desde hace algo menos de tres años y aunque se resiste a celebrar los resultados de este 18F –los animalistas han perdido cerca de 600 votos respecto a 2020–, sí confía plenamente en un electorado que define como "muy valioso" de cara a su próximo desafío: las elecciones europeas de junio.

La convocatoria electoral en suelo gallego este domingo concedió a los animalistas encabezados por Manuela García un total de 5.373 votos, el 0,4%. Son 684 sufragios menos que los obtenidos en los anteriores comicios, pero 1.519 más que los cosechados por la formación morada. Pacma es la séptima fuerza en Galicia, la tercera extraparlamentaria, por detrás de Sumar y Vox. Y con una campaña que no ha llegado a los mil euros, puntualiza el presidente del partido. "Si hubiéramos tenido más recursos económicos y espacio publicitario, habríamos tenido más representación".

La fuerza de un voto fiel

Lo cierto es que en sus más de dos décadas de vida, Pacma puede presumir de tener tablas en eso de la autogestión: el partido ha ido creciendo y cosechando modestos éxitos valiéndose de sus propios recursos, alejados del juego electoral y las grandes campañas. Su principal atractivo tiene que ver de hecho con las victorias en el plano del activismo y su visibilidad en las calles: desde su pelea constante contra festejos como el Toro de la Vega, hasta batallas más recientes como la oposición a la mascletà celebrada en Madrid.

Sólo un año después de su creación, la formación consiguió 64.947 votos al Senado para las elecciones generales. El partido animalista que nació como fuerza fundamentalmente antitaurina se convertiría así en la segunda fuerza extraparlamentaria más votada.

En el año 2008 el partido consigue su primer gran impacto en las elecciones generales, donde es capaz de aglutinar 44.795 votos, esta vez ya en el Congreso. El volumen de apoyo crece exponencialmente durante los años que se sucederán: en el 2011 los animalistas obtienen 102.144 votos; en 2015 doblan sus mejores resultados gracias al respaldo de 220.369 personas y en 2016 logran 284.848. Será 2019 el año del récord, pero también del declive. En las elecciones de abril, 326.045 votantes españoles confían en el partido animalista como mejor opción. Pero la cosa se tuerce con la repetición electoral: los votos de apoyo caen aquel 10 de noviembre a 228.856. En los últimos comicios, los del pasado 23J, Pacma se queda sólo con el 0,67% de los votos, un total de 165.768.

Pero los resultados en las elecciones gallegas insuflan aire a los animalistas. "Ante la coyuntura política en Galicia, con un voto tan polarizado entre PP y BNG, mantenerse es complicado", analiza Luna. El éxito no está necesariamente en crecer, sino en lograr conservar la fidelidad de su electorado. Ahí es donde pone el acento: "Nuestros votantes votan por una causa y la defensa de esa causa hace que sean fieles al partido, incluso cuando las condiciones son adversas y hay una llamada constante al voto útil".

La defensa de los vulnerables

Por eso Luna cree que las europeas pueden ser un valor para los animalistas. "No hay llamada al voto útil, es una circunscripción única y es fácil aumentar los votos porque en el imaginario de la gente existe Pacma". Su activo, asiente, tiene que ver con la sectorialidad de su propuesta, basada "en un sentimiento de defensa hacia los animales y hacia el medioambiente" que sí moviliza a un electorado muy concreto. "Tenemos opciones muy reales en las europeas, somos el partido con más posibilidades de conseguir representación política en Europa", dice sin dudarlo. En 2019, Pacma obtuvo 294.657 votos, muy por encima de los 177.499 conseguidos en 2014 y a un abismo de distancia de los 41.913 que reunieron en 2009.

Insiste en que la causa animalista, como epicentro y no como asunto tangencial, atrae votos y blinda la fidelidad de sus simpatizantes. "Lo que Pacma puede aportar en Europa es que realmente podamos conseguir que se apliquen políticas animalistas y medioambientales, muy necesarias en este país. Somos el único partido que centra su campaña en la crisis climática y en los animales", una cuestión que "la gente ve muy necesaria", en palabras de su presidente. 

En este punto, brota la gran pregunta: ¿Qué hay de los asuntos del día a día? ¿Qué posición tiene Pacma sobre las políticas laborales, la sanidad y la violencia de género? "Somos un partido verde y progresista", se apresura Luna. Y ahí encaja la "lucha por los más vulnerables". Su presidente habla de sanidad pública y defensa del colectivo LGTBI, también de personas migrantes y de igualdad. "La violencia de género es algo que condenamos constantemente en nuestras redes sociales", presume. Y añade que su partido trata de "integrar a las personas, también los inmigrantes, para defender a los más vulnerables". Llevan a los animales por bandera –en su logo y en su propio nombre– pero dicen ser "muy conscientes de los problemas reales de la gente". 

Sanidad pública y escuela laica

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El último programa electoral confeccionado por la formación con motivo de las elecciones gallegas desliza algunas pistas sobre el posicionamiento político de la formación en aspectos clave.

Dos terceras partes de la propuesta programática contienen medidas relativas al bienestar animal y al medioambiente. El "compromiso con las personas" toma forma a partir del capítulo tercero. Pacma dice aspirar a una sanidad pública y universal, plantea la necesidad de "recuperar los recursos recortados" en el ámbito de la salud y de "reintegrar al sistema sanitario público los servicios privatizados". En términos similares se expresa a la hora de dibujar su proyecto en materia de educación, donde plantea propuestas como la "gratuidad y libre acceso a libros de texto" o la "garantía de desarrollo de una escuela pública realmente laica". 

En el terreno de la violencia de género, introduce aspectos concretos como la puesta en marcha de "protocolos de detección precoz en el ámbito sanitario, con formación especializada para el personal" o "equipos especializados en menores víctimas de violencia de género en los órganos judiciales". También en este espacio caben algunas propuestas con sello propio: la defensa del "acceso para los animales a cargo de las mujeres víctimas de violencia machista a las casas de acogida y pisos tutelados".

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