El PP busca imponer la "neutralidad" en las aulas censurando la sexualidad y la memoria histórica

Mientras el PP denuncia desde hace años el supuesto adoctrinamiento de la izquierda en la escuela pública, sus gobiernos —en algunos casos empujados por Vox— han tomado una serie de medidas que restringen contenidos o silencian temas incómodos para la formación. Bajo el paraguas de la "neutralidad", han eliminado de las aulas contenidos o talleres sobre igualdad, sexualidad o memoria histórica, entre otros.

En las últimas semanas, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en Madrid ha ofrecido a los centros un taller sobre el "pasado y presente de ETA" para adolescentes, al tiempo que censuraba una actividad formativa para el profesorado sobre memoria democrática y ordenaba retirar símbolos propalestinos de los centros educativos. En Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla, gobernado por el PP con el apoyo de Vox, ha decidido eliminar el cuadernillo de educación afectivo-sexual que durante más de dos décadas ha formado a miles de alumnos en igualdad y conocimiento del propio cuerpo.

La decisión del consistorio sevillano es parte de un acuerdo entre el PP y Vox en el marco de los presupuestos municipales. La ultraderecha exigió su eliminación y los populares accedieron, abriendo la puerta a una situación que también se ha repetido en otros territorios. Por ejemplo, en Castilla y León, apoyaron la propuesta de Vox para retirar libros de las aulas mediante la aprobación de una proposición no de ley.

"Estamos asistiendo a una deriva preocupante"

La obsesión de la formación ultraderechista con el cuadernillo de educación afectivo-sexual de Sevilla no es nueva. Durante la campaña autonómica de 2022, Macarena Olona lo exhibió en un debate televisivo, acusando al presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, de haber metido "a desconocidos que hablan de masturbación en las aulas". Sin embargo, ese material no lo editaba la Junta, sino el Ayuntamiento de Sevilla, gobernado entonces por el PSOE, dentro de un programa voluntario de promoción de la salud escolar.

Tres años después, su objetivo se ha cumplido. El consistorio sevillano, gobernado ahora por el popular José Luis Sanz, lo ha eliminado del catálogo escolar tras más de 25 años en los colegios públicos de Primaria. Según Vox, la decisión responde a un acuerdo cerrado con el PP durante la negociación de los presupuestos, aunque desde el Ayuntamiento lo niegan y alegan que el texto "se está actualizando" con científicos y expertos.

"Estamos asistiendo a una deriva preocupante", advierte Vanessa Casado, delegada de Igualdad en CCOO Sevilla. "En lugar de reforzar la educación afectivo-sexual, que hoy es más necesaria, se opta por eliminar herramientas educativas que prevenían la violencia sexual y fomentaban el respeto. Eso no es proteger la infancia, es abandonarla", detalla.

El cuadernillo, elaborado por personal técnico especializado, abordaba cuestiones como el consentimiento, la autoestima o los cambios físicos en la pubertad. Además, respecto a la masturbación, solo especificaba que "forma parte de tu intimidad, nos ayuda a conocer nuestro cuerpo y nos proporciona placer". "Se trata de una cesión ideológica", resume Rocío Bejínez a infoLibre, presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado de Sevilla. "Es muy peligroso abrir estos debates y volver a discutir si la educación en igualdad entre hombres y mujeres es adoctrinamiento, porque eso debería estar ya más que superado", subraya.

El retroceso, además, no se limita a este caso. Casado denuncia que el Ayuntamiento "ha borrado el Servicio de la Mujer", integrándolo en Asuntos Sociales, lo que afecta directamente a la coeducación en los colegios. "Antes se organizaban decenas de talleres de coeducación y prevención de violencia de género desde el Ayuntamiento. Ahora muchos se han licitado a empresas privadas y otros directamente han desaparecido. Es un desmantelamiento planificado", explica la portavoz de CCOO.

"En las aulas se enseña historia con rigor, no propaganda"

En Madrid, el Gobierno de Ayuso también busca imponer en las aulas las posiciones ideológicas de los populares. La Comunidad ha lanzado este martes el taller Pasado y presente del terrorismo de ETA: el testimonio de los jóvenes en 22 centros de secundaria públicos y concertados. Una iniciativa desarrollada por la asociación Ego Non, formada por familiares de víctimas de ETA. No obstante, lo que podría haber sido un ejercicio de memoria se ha convertido en un acto partidista. "Es muy indigno. Bildu, imaginaos a mi madre poniendo la televisión y viendo en el Congreso a los diputados, a estos señores que han cambiado las bombas por los trajes", proclamó una de las ponentes, Beatriz Botella, ante los alumnos.

"ETA no existe desde hace más de una década y presentarla como algo del presente es una manipulación", recalca a infoLibre Carmen Morillas, presidenta de la Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado. "Entendemos el valor de recordar, pero no de usar el dolor de las víctimas como arma partidista. En las aulas se enseña historia con rigor, no propaganda", añade.

Dos semanas antes, la Consejería retiró de la plataforma de formación docente un curso sobre memoria democrática y franquismo que llevaba semanas programado. Oficialmente, se alegó que "no estaba validado", pero los sindicatos sostienen que se trató de "una decisión política".

Esta actuación también ha dejado otros episodios de censura al principio del curso en la región. La Consejería de Educación lanzó una serie de instrucciones verbales a los centros para evitar banderas o actos propalestinos, con el argumento de "no politizar las aulas". "La consejería debería asumir sus propias indicaciones, ya en los centros no se debe adoctrinar y sí enseñar", critica Arenillas.

La "neutralidad ideológica" como pretexto para vigilar

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En otras comunidades gobernadas por el PP en solitario, el argumento de la "neutralidad ideológica" se ha convertido también en un pretexto para vigilar. En Galicia, el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, anunció en junio el envío de una instrucción a los centros para que velen por la neutralidad de sus actividades complementarias. A partir de ahí, cualquier excursión, ciclo de conferencias o actuación teatral de un centro educativo público gallego deberá ser informada a la inspección educativa antes de desarrollarse.

En Ciudad Real, en cambio, algunos cargos del PP se han resistido a esa deriva y han defendido la autonomía de los centros y del profesorado. En febrero, Vox llegó a suspender temporalmente su pacto en el Ayuntamiento al descubrir que en un colegio se había repartido un cuadernillo de colorear titulado Mandalas con valores, que incluía la diversidad familiar. El concejal ultraderechista Ricardo Chamorro lo denunció como "adoctrinamiento" y exigió su retirada, pero la concejala popular de Educación, María José Escobedo, se negó.

Nada parecido ocurre en Castilla y León, donde PP y Vox buscan trasladar su regresión en derechos también a los colegios. En octubre de 2024, ambos partidos votaron juntos en las Cortes autonómicas una proposición no de ley para exigir la retirada inmediata de los libros de texto que contengan lo que denominan "adoctrinamiento ideológico o climático". En esa etiqueta, Vox incluye la educación en igualdad, la lucha contra el cambio climático o las referencias a la Agenda 2030. "Dicen defender la libertad educativa, pero pretenden decidir qué ideas pueden leerse o debatirse en clase”, concluye Casado.

Mientras el PP denuncia desde hace años el supuesto adoctrinamiento de la izquierda en la escuela pública, sus gobiernos —en algunos casos empujados por Vox— han tomado una serie de medidas que restringen contenidos o silencian temas incómodos para la formación. Bajo el paraguas de la "neutralidad", han eliminado de las aulas contenidos o talleres sobre igualdad, sexualidad o memoria histórica, entre otros.

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