Progresividad fiscal frente al dinero en el bolsillo: el debate sobre los impuestos irrumpe en la precampaña

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Los impuestos, torpedo electoral. Los partidos han entrado de lleno en una guerra fiscal con el objetivo de buscar ya el voto para las próximas elecciones municipales y autonómicas. Una batalla entre comunidades autónomas y modelos impulsada por la ayusización de los populares, que se han subido a la estela de Madrid y se han lanzado a través de Andalucía a vender la eliminación del impuesto de patrimonio.

Bienvenidos a la larga precampaña de cara a los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo del año que viene. Los dirigentes políticos no dan tregua y ya están en el ruedo. Un tema que el PP pretende explotar durante estos meses, aprovechando que la inflación supera los dos dígitos en estos momentos y que el bolsillo de los españoles está más vacío.

Ahí dispara directamente el Partido Popular: el dinero de los españoles está mejor, en su opinión, en sus bolsillos. Un lema que repiten a lo ancho y largo de España, en todas las instituciones, desde el Congreso hasta el último ayuntamiento. A pesar de que en el Partido Popular hay dos almas (escenificadas especialmente en Madrid y Andalucía), la formación va de la mano en este tema y Juanma Moreno ha copiado la idea de Isabel Díaz Ayuso de eliminar el impuesto de patrimonio.

Las contradicciones del PP

Los populares quieren jugar al máximo el escenario económico, es donde se ven más fuertes y donde creen que los socialistas están más débiles antes los ciudadanos. Y eso les lleva incluso a contradicciones como rechazar el impuesto a las grandes energéticas planteado por el Gobierno central mientras se abrazan a regañadientes días más tarde el gravamen impulsado desde la Comisión Europea por la alemana Ursula Von der Leyen (perteneciente al Partido Popular Europeo). Los aires internacionales van más en la línea del Gobierno de coalición, con impuestos a grandes corporaciones y ricos, como apoya hasta Joe Biden en los Estados Unidos.

Esta competencia fiscal a la baja impulsada ahora por las comunidades del PP lleva provocando tensiones desde hace años, con acusaciones desde otras autonomías por dumping fiscal. Pero ha chocado especialmente que Andalucía se sume, cuando en la época socialista siempre había denunciado esta situación y no es una autonomía contribuyente neta. El Gobierno y el PSOE han entrado de lleno en esta lucha para defender en cambio un modelo progresivo y que recaude lo suficiente para mantener los servicios públicos.

Moncloa cree que ganará el debate público: "Conciencia social"

En la Moncloa, según fuentes consultadas, están convencidos de que, a pesar del populismo fiscal del Partido Popular, ganarán este debate público. ¿Por qué? En el palacio presidencial consideran que los ciudadanos están de su lado por la “conciencia social” en España. Lo ejemplifica con esta frase un miembro del Gobierno: “Hasta una persona que gana 700.000 euros sabe que no puede pagarse un tratamiento contra el cáncer”.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, ahondó en que la decisión de Andalucía demuestra de que “lado está” el PP: la minoría privilegiada. Se trata de un debate muy interesante para ella, señalaba, porque se pueden ver las diferencias entre los dos modelos. Y piensan en el PSOE que hay que entrar de lleno, sin complejos.

Lo que no está sobre la mesa es la recentralización de los impuestos, como sugirió a primera hora del martes el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Isabel Rodríguez dejó claro que eran opiniones personales de este miembro del Gobierno, que es independiente. Esa idea de que no se tocará ese esquema autonomista la reafirmó a lo largo del día la titular de Hacienda, María Jesús Montero. Para el PSOE un debate sobre impuestos debe ir, además, en paralelo al del nuevo modelo de financiación autonómica.

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La idea en el ala socialista del Gobierno es que se evidencie que las bajadas de impuestos practicadas por el Ejecutivo -como las relativas a la luz- afectan al 99% de los ciudadanos españoles, mientras que el PP vende un sistema para los “elegidos” y los más ricos del país. La propia vicepresidenta primera, Nadia Calviño, reconoció que no daba crédito cuando escuchó la noticia de Andalucía, que sólo beneficiará al 0,2% de los ciudadanos del sur. "Justo cuando a nivel global y a nivel europeo estamos avanzando hacia una mayor armonización y hacia un refuerzo de nuestro sistema público, el Partido Popular de nuevo se aísla con respecto a los partidos populares del resto de Europa con una aproximación que va en la dirección de empobrecer nuestro estado de bienestar y nuestra sociedad", reflexionó la ‘número dos’ del Gobierno.

Pero en el PP cree que la apuesta les saldrá bien, leen que los ciudadanos quieren otro modelo. Fuentes populares sostienen: “La gente sabe que nosotros bajamos los impuestos y que los socialistas se los suben”. No obstante, el espejo anterior de Mariano Rajoy desdibuja estas afirmaciones, pues el expresidente subió decenas de gravámenes al llegar a La Moncloa e incluso puso un impuesto al sol.

La batalla está servida. El PP cree que ya la tiene ganada, pero en el Gobierno confían en esa “conciencia social” de los españoles y en las lecciones aprendidas durante la pandemia de tener un Estado del Bienestar fuerte, que es el único capaz de hacer frente a situaciones como el coronavirus. El 28 de mayo los españoles decidirán sus impuestos, sus hospitales y sus escuelas.

Los impuestos, torpedo electoral. Los partidos han entrado de lleno en una guerra fiscal con el objetivo de buscar ya el voto para las próximas elecciones municipales y autonómicas. Una batalla entre comunidades autónomas y modelos impulsada por la ayusización de los populares, que se han subido a la estela de Madrid y se han lanzado a través de Andalucía a vender la eliminación del impuesto de patrimonio.

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