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Yolanda Díaz

Yolanda Díaz ya no tiene a quién dar "un dato": el PP de Feijóo rehúye los cara a cara en el Congreso

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, interviene durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso.

En junio del pasado año, la vicepresidenta Yolanda Díaz fue elegida como el "azote de la oposición" en los premios que organiza anualmente la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP). La vicepresidenta segunda consiguió el galardón —que conceden los periodistas del gremio— por sus contundentes rifirrafes con el anterior número dos del PP, Teodoro García Egea. Sin embargo, desde la llegada de Alberto Nuñez Feijóo a la presidencia del Partido Popular, los conservadores han dejado de realizar ese control semanal.

Sus duelos con la mano derecha de Pablo Casado permitieron a Díaz acuñar la expresión “le voy a dar un dato, señor García Egea”. Una frase que se popularizó en redes sociales y que, acompañada de su intervención, lograba acaparar los titulares de esa mañana, llegando, incluso, a eclipsar al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Los discursos de la vicepresidenta que no eran fruto de la espontaneidad del momento —casi nunca suelen ser así— sino que se nutrían de cifras para contrastar la gestión de su ministerio con la de los gobiernos del PP.

Tras la caída de Pablo Casado y García Egea, de la que se cumple un año, los portavoces del PP en la Cámara Baja únicamente han preguntado a Díaz en cinco ocasiones: dos en marzo, una en abril, otra en mayo y la última en el mes de diciembre. Es más, en cada una de esas preguntas le interpelaron distintos diputados —por orden: Mario Garcés, Carolina España, María José García Pelayo, Carmen Navarro y Valentina Martínez— que no suelen tomar la palabra de manera habitual en esas sesiones.

Este miércoles, Díaz deberá confrontar, de nuevo, con Garcés a cuenta del número de fijos discontinuos. Será la primera pregunta parlamentaria que recibe este 2023 por parte de la formación conservadora, un hecho que contrasta con las tres o, incluso, cuatro preguntas mensuales que le dedicaba el anterior equipo popular.

Lo cierto es que los populares llevan meses tratando de utilizar los datos del empleo como ariete contra el Ejecutivo. La plana mayor del PP asegura que estos datos están "maquillados", aunque la metodología no ha cambiado desde 1985. Pese a sus críticas, hasta la fecha el PP ha evitado el choque directo con Díaz por esta cuestión y ha preferido confrontar directamente con Sánchez y con el PSOE.

Diaz trata de construir su liderazgo al margen del Congreso

Este cambio de estrategia del PP coincidió con la puesta en marcha de Sumar. El proyecto de la vicepresidenta segunda no es, teóricamente, una plataforma electoral, y Díaz tampoco ha desvelado si se presentará como candidata a las próximas elecciones generales, aunque fuentes de su entorno no dudan que la decisión ya está tomada. El capital político de Díaz se sustenta principalmente en su labor al frente del ministerio de Trabajo, pero a nadie se le escapa que su perdida de foco en el Congreso no ayuda, precisamente, a construir ese liderazgo.

Tampoco lo hace la falta de interlocución con las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero. Cuando se produce alguna polémica, Díaz trata de hacer equilibrios entre el ala socialista y la parte morada para no agraviar a ninguna parte, aunque esto solo ha logrado distanciarle más de Podemos. A día de hoy la cúpula del partido ya no da por hecho que Díaz vaya a ser su candidata en futuros comicios. Sin embargo, el PP tampoco interpela a la gallega por esta cuestión y suele despachar estos desencuentros entre socios de gobierno preguntándole a Sánchez.

Desde el equipo de Díaz creen que el 'vacío' del PP se debe a una "decisión política" porque los rifirrafes con García Egea y con el resto de parlamentarios no les dejaban en buen lugar. En ese sentido, señalan que es "absolutamente anómalo" no dar la batalla contra un departamento como es el ministerio de Trabajo y más en el caso de una vicepresidenta. Aunque en su entorno no consideran que esta falta de control le haya perjudicado, sí que admiten que le ha quitado "exposición mediática".

El hecho de que el PP ya no le confronte con la vicepresidenta segunda no implica que Díaz se quede sin control. Vox sí que lo ejerce, aunque desde la marcha de Macarena Olona esos duelos también han perdido peso en la Cámara Baja. Las intervenciones de su sustituta, Inés Cañizares, no suscitan el interés de su antecesora y las respuestas de Díaz tampoco suelen ser demasiado vehementes.

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El hecho de que Feijóo no tenga escaño en el Congreso implica que sea la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, la que interpele a Sánchez. Y que su número dos, Carlos Rojas, sea el que habitualmente dirija sus preguntas a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño. Por orden de importancia, correspondería al siguiente preguntar a Díaz, pero el PP prefiere confrontar antes con la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera o el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.

Fuentes de la dirección del partido admiten a infoLibre que "les interesa más" confrontar con el PSOE para evidenciar que hay "una alternativa". La estrategia de Feijóo descansa en gran medida en la idea de que Sánchez debería renunciar a la presidencia del Gobierno si en los futuros comicios el PP consigue un voto más que el PSOE. "Lo que nos interesa es desgastar a Sánchez. Yolanda está ya medio desaparecida", sintetizan.

Al reducirse la cúpula de poder, otras voces del PP también trasladan que hay "turnos rotatorios" para el resto de preguntas parlamentarias que se deciden en función de los temas de la semana. En ese sentido, señalan que el hecho de no preguntar a Díaz se debe a que no tiene "grandes polémicas", a diferencia de otras ministras como la de Justicia, Pilar Llop, o la de Igualdad, Irene Montero.

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