Marilar Aleixandre frena al odio con las lecturas de Brenda Navarro, Alfredo González-Ruibal o Brais Lamela

Marilar Aleixandre, fotograma de "Broker" y el grupo "A Banda Da Loba"

“Lo que escribíamos (las mujeres), hasta hace diez años, se ignoraba”, empieza diciendo Marilar Aleixandre, Premio Nacional de Narrativa por Las malas mujeres. Ella tiene experiencia en que sus obras se saquen tiempo después. En 1996, el libro que contenía el pasaje sobre violencia de género Terror en la madrugada fue reeditado y, según plantea, "nadie lo vio en su momento" y ahora discuten sobre él. Dice que aprendió a escribir redactando panfletos y artículos para revistas de partidos clandestinos. Más de cincuenta años después, ha sido candidata al Senado por Sumar.

La escritora recomienda la novela Ceniza en la boca, de Brenda Navarro, para dirigirse a los discursos de odio que hoy se difunden, a los que se refiere como el “ascenso de los discursos de violencia simbólica”. Las propuestas de regulación de los movimientos migratorios, como los “bloqueos navales”, están chocando con la necesidad de “buscar un mundo mejor” de aquellos que se lanzan al Mediterráneo huyendo de sus pueblos natales, sostiene. En el libro de Navarro se trata con crudeza la emigración, en este caso desde México hasta nuestras fronteras, y donde se suceden, carácter tras carácter, una retahíla de insultos racistas. 

También en No queda nadie, de Brais Lamela, se relata una historia sobre familias desplazadas. Para ella, es la modificación de las vidas de sus protagonistas lo que la hace especialmente sensible en el terreno del arraigo. Se trata de acabar con las visiones gobernantes y poner el foco en las víctimas, en los que sufren y en los que mueren. De Tierra arrasada, de Alfredo González-Ruibal, destaca precisamente la ruptura del estereotipo romántico de las armas en una obra que pone el foco en la víctimas y excava los campos de concentración.

“Hay mucha hipocresía” en las críticas a lo políticamente correcto, afea Aleixandre, que señala que “la brocha gorda” no vale para validar o condenar discursos. Su reflexión es que cuando alguien lo crítica es para usar un lenguaje que hable mal de las minorías y no para señalar a señores poderosos. “Las mujeres han sido canceladas durante siglos”, dice la autora para condenar que durante años las obras de mujeres hayan estado relegadas a un plano por detrás de los artistas masculinos. Pone de ejemplo a Picasso y las lecturas actuales que le señalan por machismo. “Era un gran pintor” pero “trataba mal a las mujeres, hablar de esto no es negar su valor como pintor”.  

Apunta también a la televisión y a su responsabilidad como conductores de la opinión pública. Así, reconoce que no es la pantalla que más mira, pero considera que tienen que tener decencia a la hora de la difusión de bulos. Al mismo tiempo, señala que el trasfondo de la cuestión es que lo espectadores, o los consumidores de cualquier tipo de medios, tengan el pensamiento crítico para no "comprar" lo que ven.

Para la autora, las vidas que “no han importado” o “a nadie le gusta” son las que más merecen ser representadas. Broker, de Hirokazu Karida, es una película para ello. El largometraje coreano trata sobre mujeres que se ven obligadas a dar a sus hijos en adopción, y hombres que cogen a estos niños abandonados en caja como un “cajero automático” de personas. Sus recomendaciones en audiovisual son realidades crudas, como Retrato de una mujer en llamas, de Céline Sciamma, definiendo como “extraordinaria” la situación que muestra de apoyo entre mujeres en un aborto.

La escritora salta de su universo de páginas de papel para recomendar un podcast, La arqueología de los puticlubs. Es una visita a los burdeles abandonados en las carreteras nacionales. Como si se tratase una civilización histórica, los arqueólogos Xurxo Ayán y Carlos Otero excavan a través de sus puertas tapiadas y ventanas de rejas y cuentan lo que hay y lo que hubo detrás.

Después del Benidormfest en el 2022, con Tanxungeiras a las puertas de Eurovisión, los grupos de mujeres gallegas han saltado a la palestra. Aleixandre se reconoce admiradora de la música de U2, pero tira para su tierra y trae A Banda da Loba, un grupo de pop gallego integrado por cinco mujeres con canciones como Pepa, que hace honor a la figura histórica de Pepa a Loba, la legendaria bandolera, de donde también tiene origen el nombre del grupo. También tiene espacio para el indie: los estadounidenses Vampire Weekend son una de sus bandas favoritas, destacando para terminar una de sus canciones: Sympathy.

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