Vivi, madre de un niño con autismo: "Martín me enseña cada día que no hay nada imposible"

Vivi, una madre coraje

Eva Baroja

Todo cambió de un día para otro, en el momento en el que Vivi empezó a reconocer en su hijo señales de que algo no iba bien: "Martín había tardado mucho en gatear y cuando tenía diecisiete meses, empezó a caminar de puntillas. Ahí lo vi claro". El autismo entraba en su vida, de lleno y sin preguntar, dispuesto a poner todo patas arriba [Aquí puedes leer la historia completa de Vivi y su hijo Martín].

Esta madre coraje tuvo que dejar su trabajo como dependienta para dedicarse sola y sin ninguna ayuda al cuidado de su hijo de tres años. Su vida transcurre entre alarmas, horarios y pictogramas en un barrio a las afueras de Oviedo: "Martín es una guindilla que te ocupa las 24 horas del día. Es un niño que necesita una atención continua".

Ildefonso hace el Camino junto a su hijo con discapacidad intelectual: “Álvaro me enseña que nos sobran muchas cosas”

Ver más

La crisis del covid-19 ha roto de repente con todas esas rutinas que ayudaban a Martín a hacer comprensible un mundo que a él se le antoja apabullante y caótico. Ha habido momentos muy duros, como cuando tuvieron que soportar la incomprensión y la falta de empatía de algunos vecinos que les insultaron y gritaron por las ventanas. "A raíz de historias como la mía, la gente está empezando a ver lo que hay. Deberían tener un poco más de empatía porque tú no sabes a quién te encuentras por la calle".

Todo cambió de un día para otro, en el momento en el que Vivi empezó a reconocer en su hijo señales de que algo no iba bien: "Martín había tardado mucho en gatear y cuando tenía diecisiete meses, empezó a caminar de puntillas. Ahí lo vi claro". El autismo entraba en su vida, de lleno y sin preguntar, dispuesto a poner todo patas arriba [Aquí puedes leer la historia completa de Vivi y su hijo Martín].