¿Realmente se respetan los derechos humanos?
Difícil respuesta a una pregunta también muy complicada. Pues hablar de derechos humanos es hablar de libertad, de igualdad, de convivencia y sobre todo es hablar de democracia con todos los valores incluidos en ella. Ya se han cumplido más de 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y observar que lo que hace 75 años era una esperanza, hoy en pleno siglo XXI, no solo aquella esperanza –aquellos anhelos de libertad, esperanza y de igualdad– está cada vez más atacada y vapuleada, sino que está lejos de cumplirse.
La realidad es que se vulneran continuamente estos derechos día tras día. Se vulneran cuando se mantienen fronteras, algunas de ellas con barreras arquitectónicas y concertinas para evitar el libre paso de la gente por los países. Cuando se permite que seres humanos mueran en los mares o en un largo caminar en su peregrinaje por conseguir mejorar su bienestar o huir de una muerte segura. No se cumplen sus principios cuando se humilla, se destruye, se emplea la xenofobia, el adoctrinamiento hipnotizador, sólo con el fin de conservar privilegios y estatus económicos o sociales. No se cumple cuando todavía hoy en día se lapida, se tortura, se encarcela a la gente e incluso se mata al ser humano por defender unas ideas de libertad y convivencia. Incluso se deja de cumplir cuando el patriarcado, el machismo absurdo, hace que no exista igualdad de género y se continúe vejando, matando a otro ser humano solo por una supremacía falsa y egocéntrica.
Son más de 75 años de la Declaración de los Derechos Humanos y ahora observamos que aquellos anhelos están cada vez más atacados. La realidad es que se vulneran continuamente estos derechos, día tras día
Y por si fuera poco, no se respetan estos derechos cuando se duda de la voluntad de la ciudadanía, cuando esta expresa su voluntad en las urnas. Cuando algunos medios manipulan las informaciones para cambiar opiniones y dirigirlas para provocar odios, crispación y cambios de gobiernos. Tampoco se respetan estos derechos humanos, cuando se desprecian leyes que buscan igualdad, resarcir y devolver dignidad a seres humanos que lucharon por la libertad, y se humilla a los que hoy todavía no han recibido justicia, verdad y reparación. No se respetan los derechos humanos cuando se utiliza a determinadas instituciones (Senado, justicia, autonomías…) para denigrar y recortar derechos y libertades, utilizando el poder mediático que les da la falta de madurez, infantilismo y autoestima que tienen los dirigentes que disfrutan el poder en esas instituciones.
Tampoco se respetan los derechos humanos cuando algunas religiones pretenden ser las únicas salvadoras del ser humano y de su desarrollo, no dejando que la ciudadanía tenga libertad de conciencia. Y lo peor, no se respetan los derechos humanos cuando las mentiras, la cobardía, la falta de responsabilidad y el no saber gestionar por ser unos ineptos, provocan muertes, y su soberbia les hace culpar a otros e incluso a las propias víctimas de su falta de empatía y negación para ocupar un puesto que no se merecen, ni por experiencia ni por simple humanidad. Pues su ineptitud y su afán por esconderse en las falacias han provocado que uno de los mayores derechos de la persona (vivir), sea liquidado por esos tipos que se creen inviolables, que son imprudentes, incoherentes e indignos. Por todo ello, ante la pregunta más difícil (¿se respetan realmente los derechos humanos?, la respuesta se convierte en fácil: no. Y si no luchamos por remediarlo, nunca aquellas promesas, aquellos anhelos que se pretendían hace unos 75 años se cumplirán jamás, y nunca conseguiremos una verdadera democracia.
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Ximo Estal es socio de infoLibre.