La nueva legislatura

Unidas Podemos arropa a la ministra Calviño en el Congreso para despejar dudas sobre la unidad en el Gobierno

La vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, durante su comparecencia en comisión en el Congreso.

No es ningún secreto que el eslabón débil del recién estrenado Ejecutivo de coalición es la existencia de algunas disonancias entre Nadia Calviño, responsable la ortodoxia económica en el Gobierno, y los ministros de Unidas Podemos del gabinete de Pedro Sánchez.Las discrepancias en torno a algunos de los proyectos —y sus ritmos de implementación— pactados por el PSOE y UP hace días que se cuelan en los titulares de periódicos y de los informativos de televisión.

De ahí la relevancia de la decisión de Unidas Podemos de escenificar este jueves su total respaldo a la ministra durante su comparecencia en el Congreso con el fin de explicar sus prioridades para la legislatura, especialmente cuando algunos grupos políticos —PP, Vox y Ciudadanos— trataron de elogiar a la ministra en contraposición a las políticas que defiende la formación de Pablo Iglesias.

Fue el portavoz de UP, Txema Guijarro, quien tomó la iniciativa. “Querría comenzar por destacar que cierta prensa, sin duda también los mentideros de la Corte, a los que ahora también se suma el señor De Quinto [el portavoz de Ciudadanos], ha querido poner de manifiesto un cierto antagonismo entre su persona y el espacio político que nosotras representamos”.

Frente a esta idea, subrayó, “quiero hoy subrayar la confianza de mi grupo parlamentario en el Gobierno en su conjunto y específicamente en lo que usted representa”. En primer lugar, explicó, por ser “de las pocas personas de este Gobierno, por no decir la única, que conoce de primera mano los retos y dificultades de un Ejecutivo multicolor” además de “sus ventajas y potencialidades. En este sentido su experiencia de gestión como secretaria general de Presupuestos de la Unión Europea será un activo útil para esa necesario normalización en España de los gobiernos de coalición”.

Y, en segundo lugar, porque a juicio de Unidas Podemos Calviño “tiene encomendada la tarea más justa y seguramente más importante en el corto plazo que tenemos como país integrante de la Unión Europea” en relación con la “equidad y la armonización fiscal entre países miembros”.

Calviño no dejó pasar por alto el capote. En su último turno dio las gracias “de todo corazón” a todos los portavoces, pero quiso destacar entre ellos a los de Unidas Podemos. “Quiero hacer un agradecimiento especial al señor Guijarro y al señor Uriarte”, que también había tomado la palabra en nombre de la formación morada, “porque es verdad”, remarcó, “que son muchos los interesados en hablar de conflicto y en tratar de encontrar discrepancias allí donde no las hay”.

“Y yo creo”, prosiguió, “que es importante que visualicemos y que todos seamos conscientes de que tenemos un proyecto compartido en este Gobierno”. Y algo que “lo refuerza aún más: es un proyecto revalidado por la población española y que refleja el deseo y el sentir de la inmensa mayoría de nuestra población”. “Trabajando juntos con un equipo es como podremos llevarlo adelante”, añadió la ministra.

Pablo Iglesias y Nadia Calviño, en sus escaños en el el Pleno del Congreso.

Como queriendo subrayar las coincidencias, Calviño calificó de “urgente” la necesidad de modificar la ley para hacer imposibles los despidos por bajas de enfermedad y, aunque confirmó un vez más la voluntad del Gobierno de vender en algún momento Bankia para recuperar al menos una parte del dinero empleado en su saneamiento, defendió el refuerzo del ICO como un banco público al servicio de las políticas del Gobierno, que su departamento quiere utilizar como palanca para la transición ecológica, la innovación y la digitalización.

“Planificación soviética”

Lo cierto es que los portavoces de la derecha no ahorraron elogios a la ministra, al tiempo que denunciaban el programa económico del Gobierno, que el representante de Vox, Rubén Manso, sitúo en la órbita de la “planificación central soviética de la economía” —los diputados ultras, en una insólita muestra de aprecio, llegaron a aplaudir a Caviño al término de la sesión—.

El portavoz de Cs, Marcos de Quinto, elogió a Calviño para, a renglón seguido, asegurar que forma parte de un Gobierno “hipotecado por un presidente con pocos escrúpulos”. Y Miguel Ángel Castellón (PP) celebró su nombramiento como vicepresidenta y ministra de Economía, pero se mostró preocupado porque haya puesto “en entredicho” su capital político al asumir “las tesis de Podemos”.

Durante su intervención inicial, Calviño transmitió a los grupos parlamentarios que el Gobierno prevé la creación de más de 1,2 millones de puestos de trabajo al final del ejercicio 2023, lo que situaría la tasa de paro en el 12,3% al final de la legislatura.

La ministra destacó su previsión de que el PIB seguirá creciendo este año, según las previsiones que su departamento ha fijado siguiendo criterios “prudentes, realistas, responsables y coherentes” con el contexto global, además de alineados con el consenso nacional e internacional.

Calviño destacó que la previsión de un avance del PIB del 1,6% publicada por la Comisión Europea, una décima más que en otoño, es la misma que la del FMI, una décima menos que lo estimado por el Banco de España y está alineada con la previsión del Ejecutivo. Y asegurado que los efectos positivos de las reformas y medidas implementadas por el Gobierno de coalición se percibirán al final del periodo de previsión mediante el impulso de la inversión especialmente en 2022 y 2023.

El pronóstico de crecimiento, indicó, irá acompañado de la creación de más de 1,2 millones de puestos de trabajo entre 2019 y 2023, de forma que la tasa de paro pasará del 13,6% este año al 13% en 2021 y acabará en el 12,3% en 2023, la tasa que el Ejecutivo esperaba lograr ya este mismo año.

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El nuevo cuadro macroeconómico del Gobierno rebaja en dos décimas la previsión de crecimiento para este año, hasta el 1,8% y prevé un avance del 1,5% en 2021, que se elevará al 1,6% en 2022 y al 1,7% en 2023, al tiempo que la nueva senda de estabilidad recoge unos objetivos más flexibles, al elevar la previsión de déficit público al 1,8% del PIB este año y estimar un 1,5% en 2021, un 1,2% en 2020 y un 0,9% en 2023.

La vicepresidenta explicó que su ministerio trabajará en cinco ámbitos: impulso del capital humano mediante educación y formación a lo largo de la vida laboral; protección del capital natural con políticas de transición ecológica; aumento de la productividad; refuerzo de la eficiencia del mercado laboral y refuerzo de la calidad institucional.

También indicó que se esforzará en eliminar obstáculos al crecimiento empresarial y fomentar el buen clima de los negocios, así como luchar contra la morosidad, sobre todo en el pago de facturas a pymes.

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