'Caso Sarkozy': crónica de la condena al expresidente francés por la trama libia

Nicolas Sarkozy se expresa tras su condena en el caso de la financiación libia de su campaña para las elecciones presidenciales de 2007.

Fabrice Arfi y Karl Laske (Mediapart)

“Si quieren que duerma en la cárcel, dormiré en la cárcel”, dijo Nicolás Sarkozy el jueves 25 de septiembre al salir de la sala del tribunal de París. “Pero con la cabeza alta”, añadió. Son poco más de las 13:00 horas y el expresidente francés acaba de ser condenado, en el caso de la financiación libia, a cinco años de prisión firme, con orden de ingreso en prisión, pero aplazada para permitirle organizarse antes de su encarcelamiento.

En un plazo máximo de un mes, Nicolás Sarkozy deberá dormir en prisión, tras haber sido citado previamente, el 13 de octubre, por la Fiscalía Nacional Financiera (PNF). Con el rostro demacrado, derrotado y ya con barba de tres días, se encuentra frente a un muro de cámaras, con su esposa Carla Bruni a su lado y sus abogados detrás de él.

“Me condenan por haber permitido supuestamente que dos de mis colaboradores [Claude Guéant y Brice Hortefeux, ndr] tuvieran la idea de financiar ilegalmente mi campaña”, dice irritado. Añade que es “inocente” y que “esta injusticia” es “un escándalo”. “Si alguien ha traicionado, ese no soy yo”, asegura. En el momento de marcharse, su esposa arranca, entre otras treinta, la funda del micrófono de Mediapart y la tira al suelo.

[Nota de infoLibre: incluimos el vídeo del momento en el que Carla Brunit arranca la funda del micrófono de Mediapart para contexto de la audiencia]

Mientras tanto, otros dos condenados permanecen bajo custodia en la sala del tribunal. El intermediario Alexandre Djouhri, que en su día se tuteaba con el presidente de la República, y su exbanquero Wahib Nacer fueron condenados a seis y cuatro años de prisión, respectivamente, con órdenes de ingreso en prisión dictadas en la vista. Van a recurrir, pero su recurso no cambiará nada en cuanto al encarcelamiento.

“Sin duda, tendré que comparecer esposado ante el tribunal de apelación”, se lamentó Nicolas Sarkozy, denunciando a quienes querrían así “humillarlo”.

Está presente el círculo familiar más cercano del expresidente. Louis, Jean y Pierre, sus tres hijos, han acudido juntos. Guillaume, François y Caroline, sus dos hermanos y su hermanastra. Al anunciarse la condena y la orden de ingreso en prisión, los rostros se han quedado paralizados. Caroline rompe a llorar.

La presidenta del tribunal, Nathalie Gavarino, recordó ante Nicolas Sarkozy que, si bien en el momento de los hechos no tenía antecedentes penales, desde entonces ha sido condenado a tres años de prisión, de los cuales uno es firme en 2024 —penalidad que ha cumplido con brazalete electrónico— por corrupción de un magistrado en el caso denominado 'Bismuth'. “En la vista, usted relativizó esa condena, recuerda la presidenta, pero se trataba de un grave atentado contra la honradez”.

Asociación ilícita

La asociación ilícita que se le imputa al expresidente en el caso de la financiación libia es un delito castigado con diez años de prisión, prosiguió. “Es un delito contra la nación, contra el Estado, contra la República. En el momento de los hechos, usted ocupaba funciones ministeriales y era responsable de velar por el respeto de la Constitución. Usted avaló las reuniones de sus colaboradores con Abdallah Senoussi [cuñado de Muamar el Gadafi, condenado en 1999 en París por el atentado contra el DC-10 de UTA el 19 de septiembre de 1989, ndr] con el fin de preparar un pacto de corrupción al más alto nivel. Se trata de hechos de una gravedad excepcional, susceptibles de alterar la confianza de los ciudadanos en quienes los representan”.

“Se le condena a cinco años de prisión”, anuncia Gavarino a Sarkozy. “La gravedad de los hechos hace necesario dictar una orden de prisión preventiva contra usted”. Esta condena va acompañada de una multa de 100.000 euros y una pena adicional de inhabilitación para ejercer cargos públicos durante cinco años.

El jueves 25 de septiembre se dictaron tres órdenes de prisión preventiva en el caso libio. Mientras la presidenta Gavarino exponía a cada uno las condenas, varios policías uniformados entraron en la sala y se colocaron detrás de Wahib Nacer y Alexandre Djouhri. Una vez finalizada la vista, ambos hombres mantuvieron una breve conversación con sus abogados en un rincón de la sala, aislados del público por una fila de policías.

El tribunal también condenó al exministro del Interior Claude Guéant a seis años de prisión por la “especial gravedad de los hechos” que le incriminaban, pero descartó la orden de ingreso en prisión “habida cuenta de su estado de salud”.

El exlugarteniente de Nicolas Sarkozy, y también exministro, Brice Hortefeux, cuyo papel fue “decisivo”, aunque “la participación en los hechos fue relativamente limitada”, fue condenado a dos años de prisión, con posibilidad de libertad condicional. Éric Woerth, extesorero de la campaña de Nicolas Sarkozy, ha sido absuelto del único delito de financiación ilícita de campaña por el que fue juzgado.

En resumen, la presidenta del tribunal explicó que, bajo la autoridad y en nombre de Nicolas Sarkozy, sus dos colaboradores más cercanos, Claude Guéant y Brice Hortefeux, negociaron en Trípoli, a partir del otoño de 2005, un pacto de corrupción con vistas a la financiación de la campaña presidencial de 2007 con el dignatario libio Abdallah Senoussi, buscado por la justicia francesa. Además, el equipo de Sarkozy se comprometió a examinar la situación penal de Senoussi y a facilitar el regreso de Libia, antiguo Estado terrorista, al concierto de las naciones.

Para la magistrada existen “elementos materiales” y hechos “precisos, graves y concordantes” que demuestran que los libios efectivamente aportaron fondos —6 millones de euros— a través de Ziad Takieddine, con el fin de financiar la campaña de 2007. Pero no hay pruebas absolutas de que el dinero se destinara a dicha campaña, a pesar de los indicios reales como retiradas masivas de efectivo por parte de Takieddine en 2006 y 2007, y circulación de dinero en efectivo no declarado durante la campaña.

La sombra de Takieddine

El empresario saudí Khalid Bugshan, que prestó sus cuentas bancarias al equipo Djouhri-Nacer, se encuentra fugado y ha sido condenado a cinco años de prisión y a una multa de 4 millones de euros. También buscado, Bachir Saleh, exdirector de gabinete de Gadafi, cercano a Djouhri, es condenado a cinco años de prisión y a una multa de 4 millones de euros.

Y otros tres hombres son absueltos: Salem Bughsan, que también apareció en el laberinto de operaciones bancarias sospechosas, Edouard Ullmo, exdirectivo de Airbus, implicado en un pago de Djouhri por la venta de aviones a Libia, y Thierry Gaubert, exmiembro del gabinete de Nicolas Sarkozy, que había recibido, a través de Ziad Takieddine, una parte del dinero libio (440.000 euros) en una cuenta en las Bahamas.

A las 10 de la mañana, la magistrada Gavarino abrió la vista con lo que denominó discretamente la “situación de Ziad Takieddine”. “Hemos recibido un certificado de defunción de su abogado, que hemos traducido”, anunció. “El Sr. Takieddine falleció el 23 de septiembre a las 4 de la madrugada. El lugar del fallecimiento se encuentra, por una amarga coincidencia, en el distrito de Trípoli, en Beirut”.

Precisó que el intermediario en el centro del caso murió de un paro cardíaco, constatado por los médicos y certificado por dos testigos. Tras solicitar la opinión de la fiscalía, declara la extinción de la acción pública en su contra, ya que en el derecho francés no se puede condenar a un fallecido.

La sombra de Takieddine sigue presente, con altibajos. El tribunal tiene en cuenta sus notas “cuando están corroboradas por otros elementos”. Sin embargo, su testimonio es descartado en lo que respecta a las entregas de dinero en efectivo a Nicolas Sarkozy y Claude Guéant. “Era falso, ya que el Sr. Sarkozy no estaba allí” en el momento alegado, estima la presidenta.

Por lo tanto, el tribunal ha descartado los elementos de la acusación que consideraba demasiado frágiles y los ha excluido de su sentencia. En consecuencia, la presidenta anuncia que Nicolas Sarkozy queda absuelto de los cargos de “receptación de malversación de fondos públicos” (libios), “corrupción pasiva” y, por último, de las infracciones de la ley electoral y la “financiación ilícita de campaña electoral”.

Una vez hecho eso, Nathalie Gavarino anuncia que el tribunal declara a Nicolas Sarkozy “culpable de asociación ilícita” por haber, entre 2005 y 2007, en su calidad de ministro del Interior y candidato a las elecciones presidenciales, “dejado que sus colaboradores cercanos, Claude Guéant y Brice Hortefeux, y a intermediarios oficiosos, actuar para obtener apoyo financiero para su campaña y organizar transferencias de fondos”. A cambio “de contrapartidas diplomáticas, económicas y jurídicas, en particular la promesa de levantar la orden de detención contra Abdallah Senoussi”.

Le toca el turno a Claude Guéant, que se sienta junto a Alexandre Djouhri. “Se le declara culpable de tráfico de influencias pasivo por haber aceptado 500.000 euros”, anuncia la presidenta. “Se le declara culpable de asociación ilícita en su calidad de jefe de gabinete y director de campaña de Nicolas Sarkozy”.

La presidenta Gavarino precisa que el tribunal “consideró que la venta de los cuadros [que justificaba la llegada de 500.000 euros, ndr] era una explicación falaz”. Cuadros flamencos, “nunca asegurados”, cuyas condiciones de venta “carecen de credibilidad” y para los que no solicitó ninguna autorización de exportación. “La promesa de compra de su apartamento se firmó cuando el Sr. Guéant aún no había recibido los fondos”, prosigue la presidenta. “Para el tribunal, se trata de una versión que desafía toda lógica”.

Según el tribunal, existen “elementos graves y concordantes suficientes” que permiten “relacionar” a Alexandre Djouhri con los 500.000 euros percibidos por Claude Guéant en marzo de 2008. En particular, los datos bancarios de Claude Guéant encontrados en el registro realizado en el domicilio de Djouhri en Suiza.

“A menos que fuera de una ingenuidad excepcional, incompatible con sus funciones, el Sr. Guéant no podía sino comprender que al aceptar un reloj Patek Philippe en 2006, se estaba comprometiendo, y más aún cuando aceptó los 500 000 euros”, critica la presidenta.

A continuación, la magistrada abre el capítulo de la financiación de la campaña de 2007 descartando las primeras declaraciones libias, en particular las de Saif al-Islam Gadafi, que acusaban a Nicolas Sarkozy de corrupción, y desestimando también la nota publicada por Mediapart en 2011 y las confusas declaraciones de su firmante, Moussa Koussa.

Sobre la nota publicada por Mediapart

Al dictar sentencia, la presidenta Gavarino consideró, en relación con la nota de 2006 procedente de los archivos libios, que señalaba un acuerdo de financiación a favor de la campaña presidencial de Nicolas Sarkozy por un importe de 50 millones de euros, publicada en abril de 2012 por Mediapart, que “lo más probable es que este documento sea falso”.

“Ningún elemento [durante el juicio, ndr] ha permitido corroborar el contenido de la nota, que parecía frágil”, añadió. La afirmación de la magistrada puede sorprender, incluso parecer totalmente incongruente. Y ello por dos razones.

En primer lugar, la justicia francesa ha desestimado definitivamente en tres ocasiones la denuncia por falsificación y uso de documentos falsos presentada por Nicolas Sarkozy y Brice Hortefeux contra Mediapart. Tras más de tres años y medio de investigación, dos jueces de instrucción consideraron, basándose en numerosos testimonios, así como en peritajes grafológicos y técnicos muy exhaustivos, que el documento no era ni una falsificación material ni una falsificación intelectual.

Esa decisión fue confirmada en apelación y por el Tribunal de Casación, la máxima instancia judicial del ordenamiento judicial francés. El expresidente de la República y su exministro del Interior tuvieron que pagar una indemnización a Mediapart tras ser desestimada su demanda. Por lo tanto, existe una autoridad de cosa juzgada.

En segundo lugar, gracias a esta nota se pudo revelar la existencia de una reunión secreta en Trípoli entre Brice Hortefeux y el número dos del régimen libio, Abdallah Senoussi, terrorista de Estado condenado y buscado por Francia por su participación en el atentado contra el DC-10 de la UTA. Esa reunión es hoy el núcleo de la condena por asociación ilícita de Nicolas Sarkozy, Claude Guéant y Brice Hortefeux en el caso libio.

Que haya podido haber un error de fecha en el documento —algo habitual en los archivos libios debido al calendario “revolucionario” impuesto por Gadafi—, como ha señalado el tribunal, no lo convierte, evidentemente, en falso.

Elementos probatorios

Pero el tribunal debe tener en cuenta los elementos probatorios contenidos en algunos archivos de Ziad Takieddine, en particular los relativos a los viajes de Claude Guéant y Brice Hortefeux a Trípoli en 2005 y sus encuentros secretos con Abdallah Senoussi.

La magistrada Gavarino sigue considerando “sorprendentes” las condiciones del encuentro de Guéant con el dignatario libio, una noche, en un restaurante de Trípoli, “en presencia de Ziad Takieddine, con quien el Sr. Guéant se relacionaba en aquella época”. “Para el tribunal, no hay ninguna trampa”, anuncia, contradiciendo la defensa de Claude Guéant. “Nicolas Sarkozy afirmó que todos los servicios del ministerio del Interior le habían advertido contra una reunión con el Sr. Senoussi. Para el tribunal, es imposible que el Sr. Guéant no informara a Nicolas Sarkozy si hubiera sido víctima de una trampa. Además, faltaban pocos días para el viaje de Nicolas Sarkozy. »

“El único objetivo posible era abordar un tema con discreción, y se abordó la situación de Abdallah Senoussi”, subraya la presidenta.

“Menos de tres meses después de Claude Guéant”, le tocó el turno a Brice Hortefeux, ministro delegado de Nicolas Sarkozy, de reunirse con Abdallah Senoussi, de forma igualmente discreta, en Trípoli. Su versión de una nueva trampa “no es creíble”, según el tribunal, sobre todo por el mantenimiento de su relación con Ziad Takieddine.

“Brice Hortefeux también era amigo de Ziad Takieddine”, resume la presidenta. “En Trípoli, Ziad Takieddine todavía estaba allí [en el momento de su encuentro con Senoussi, ndr]. Nicolas Sarkozy reconoció que ‘Brice, como todos nosotros, había sido advertido’. Se trata de nuevo de un encuentro en un lugar privado. Las condiciones de este encuentro también ocultan el verdadero objetivo.”

Claude Guéant y Brice Hortefeux ocultaron al tribunal las condiciones y el objetivo de sus encuentros con Abdallah Senoussi, terrorista condenado en París y autor intelectual del atentado contra el DC-10. “No pudieron dejar de informar de ello a Nicolas Sarkozy”, resume Gavarino. “No parece haber ninguna alternativa.”

La presidenta se detiene en la contrapartida “jurídica” del pacto de corrupción: la revisión de la situación jurídica del cuñado del “Guía” libio. “Nicolas Sarkozy reconoció que Muamar el Gadafi lo había mencionado”, señala. “Nicolas Sarkozy no tomó ninguna medida concreta, pero el tema siguió sobre la mesa hasta que Guéant lo declaró ‘cerrado’ en 2009.” El “comportamiento” de Claude Guéant y “el compromiso de analizar la situación de Senoussi” son compatibles con la aplicación del pacto corrupto, según ella.

Como hecho excepcional, el tribunal ha reconocido el daño moral de las familias de las víctimas del atentado del DC-10 y aceptó su constitución como partes civiles, lo que les da derecho a recibir indemnizaciones.

El diario de Ghanem

El tribunal también “analizó el diario de Shukri Ghanem”, el ex primer ministro libio, que en 2007 registró tres pagos a favor de la campaña de Nicolas Sarkozy. “Entre las dos vueltas de las elecciones de 2007, el autor no podía prever las revelaciones de 2011”, resume. “Los diarios fueron descubiertos de forma inesperada”.

Este diario menciona “tres fuentes de financiación”: Bachir Saleh, Saif al-Islam Gadafi y Abdallah Senoussi. Y la presidenta establece un vínculo entre las cantidades mencionadas y las cantidades comparables que realmente llegaron a la cuenta de Ziad Takieddine en Líbano.

El intermediario “utilizó sin duda las sumas para su uso personal”, pero “las subcuentas dieron lugar a importantes desembolsos. Se observan retiradas atípicas” en la cronología de la campaña electoral. Esas cuentas parecen haber funcionado como una verdadera “cámara de compensación oculta”, según la presidenta.

No obstante, no hay pruebas definitivas de que estos fondos hayan ido a parar efectivamente a las cuentas de la campaña. El tribunal afirma no dar “ningún crédito” a los argumentos esgrimidos por el extesorero Éric Woerth sobre los fondos en efectivo encontrados en la campaña, donaciones anónimas enviadas por militantes por correo postal. “¿Son estos 35.000 euros fondos libios?”, se pregunta la presidenta. Imposible de saber: “El tribunal no puede afirmar con certeza que hubiera más de 35.000 euros en efectivo en la cuenta de la campaña”, resume.

“Se acusaba a Takieddine de malversación de fondos públicos libios y a Sarkozy de receptación para financiar la campaña electoral. Saif al-Islam Gadafi y Abdallah Senoussi son efectivamente funcionarios públicos, pero la malversación de fondos públicos por parte de funcionarios públicos extranjeros no está tipificada en la legislación francesa, lo que explica estas absoluciones”, precisa la presidenta del tribunal.

Nathalie Gavarino vuelve al meollo del acuerdo entre los libios y el equipo de Sarkozy. “Aunque no se ha demostrado que Nicolas Sarkozy viajara a Libia para establecer un pacto corrupto, sí podía confirmar el principio de un acuerdo”, señala. “Las relaciones que Claude Guéant y Brice Hortefeux mantenían con Ziad Takieddine hacían innecesarios los contactos más directos. [...] Esas reuniones con Abdallah Senoussi bastan para demostrar la existencia de un pacto corrupto, independientemente de la llegada de fondos”.

“Existió un acuerdo entre Nicolas Sarkozy, Brice Hortefeux, Claude Guéant y Ziad Takieddine para preparar el pacto. El objetivo era obtener un compromiso de Libia para financiar la campaña” a cambio de la promesa de revisar la situación penal de Abdallah Senoussi. El tribunal ha considerado “una entente hasta junio de 2007”.

Condena de cárcel para Sarkozy: se acaba por fin la delincuencia de Estado

Nicolas Sarkozy ya ha anunciado su intención de recurrir la sentencia. Lo mismo ha hecho la Fiscalía Nacional Financiera para defender parte de los cargos desestimados por el tribunal.

 

Traducción de Miguel López

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