Librepensadores

Carta a una enfermera

Francisco Goya

Por mis circunstancias personales, desde que nací he estado rodeado de enfermeras, médicos y otro personal sanitario; siempre me han atendido con amabilidad, profesionalidad y un excelente buen hacer, tanto en la sanidad privada como en la pública. No seré yo quien critique a los y las profesionales sanitarios ni la necesidad de confiar en la ciencia, sin ellos yo no hubiera podido escribir este artículo.

Con estas líneas, quiero hacer mi particular homenaje a una enfermera, pero me gustaría hacerlo extensivo también al resto de personal sanitario, de transporte, profesoras y profesores y todas aquellas personas sin las que nuestra vida sería con seguridad menos cómoda y amable.

Sonia trabaja en el servicio de urgencias rurales (SUR) de un pueblo de Navarra, anteriormente trabajó también en otro consultorio rural aunque de un pueblo algo mayor, cubriendo no solo las urgencias del pueblo si no las de todos aquellos que forman parte de las Zonas Básicas de Salud, y, antes que eso, cuando empezaba, se especializó en geriatría y trabajó varios años en una residencia de ancianos.

Siempre quiso ser enfermera pese a que en su familia y entorno nadie había con profesión sanitaria, lo suyo es vocacional y lo demuestra en el trato humano y profesional que da a los pacientes: ya sea para hacer una prueba de antígenos a un bebé, para atender un profundo corte en el brazo o una brecha en la cabeza, o para acudir a una granja donde se celebra una boda y atender a una persona que ha sufrido un infarto, todo esto mientras intenta cuadrar turnos y horarios para poder atender bien a sus hijos adolescentes, algo que hace con paciencia y dedicación, haciendo viajes, restando horas de sueño, y siempre, pase lo que pase, manteniendo la sonrisa.

Vivimos en una época individualista y egoísta en la que cuesta mucho ponerse en los zapatos del otro, mirar sin juzgar, Sonia lo hace, también cuando acude voluntaria a colaborar con chicas y chicos con discapacidad intelectual y ayudarles a hacer su revista. Lo mismo hacen quienes cada día se levantan para hacer su trabajo de la mejor manera posible, intentado además facilitar las cosas y convertir días difíciles y situaciones complicadas en momentos alegres y divertidos

En un momento en que las personas íntegras, lo positivo del ser humano queda oculto, invisible por las enfermedades, las catástrofes naturales o el ruido político, quisiera con estas líneas poner en valor el trabajo y buen hacer de todas esas personas que con profesionalidad, vocación, dignidad, y mucho esfuerzo, dedican su trabajo y su tiempo a intentar mejorar la vida de quienes están a su alrededor. Yo tengo la suerte de contar a mi lado con Sonia, con mi familia y amigos y otras muchas personas que me facilitan la vida y me regalan su sonrisa, gracias a todas. Parafraseando el título de una obra de Manuel Rivas sois mi "zona a defender" (Alfaguara, 2020). Cómo se cuenta en el propio libro debería N multiplicarse las zonas a defender, cada quien que escoja la suya pero pensemos en el otro, seamos solidarios y tratemos de entender y cooperar antes que enfrentar y competir. Quizá ese sea en realidad el modo sostenible para progresar como seres humanos sociales.

                                                                        Francisco Goya es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats