Corrupción
En esta cloaca pestilente que es España, hasta el brazo incorrupto de Santa Teresa, el que Franco metió en su alcoba, ha resultado un fraude corrupto. La corrupción es una seña de identidad, una más, aunque no exclusiva, de la Europa mediterránea, como el griterío, la picaresca, el postureo, el bullicio y las cátedras etílicas con cubatas en las manos. Como diría Pío Baroja, España es ansí, incapaz de comprender sus propios sentimientos y los de los demás, un país con dificultad para que sus gentes establezcan y mantengan relaciones fiables con otras personas más allá de una palabrería adornada con un seductor encanto.
La corrupción no ha venido de la mano de la democracia, sino que es algo arraigado en las relaciones humanas mediatizadas por el dinero, algo así como la prostitucion extendida a cualquier ámbito de la vida social. Tan arraigada está que las palabras ayuntamiento, concejo y consistorio son sinónimos de cabildo, y su derivado cabildear es “Hacer gestiones con actividad y maña para ganar voluntades en un cuerpo colegiado o corporación”. Es la misma idea que recoge el anglicismo lobby “Actividad cuyo objetivo es influir en la toma de decisiones en el ámbito público o privado en favor de intereses determinados”.
La corrupción de las monarquías y sus gobiernos ha sido una constante en la historia de España
La corrupción de las monarquías y sus gobiernos ha sido una constante en la historia de España. La férrea censura y la cruel represión no pudieron ocultar la del régimen franquista, muchos de cuyos herederos corruptores y corrompidos continúan ejerciéndola junto a otros más bisoños. En los últimos cuarenta años, el llamado Régimen del 78 se ha entregado con pasión a la tarea, sin importarle que la libertad de prensa airee continuos escándalos con la Zarzuela, Génova y Ferraz, en distintos grados de tratamiento informativo y judicial, como epicentros del delito y la impunidad. La corrupción es un modus operandi histórico.
Del ámbito político, la corrupción salta a la esfera privada como un virus silencioso, infectando a muchas personas que justifican el saqueo a gran escala con pequeñas sisas cotidianas como escaquear el IVA y otros impuestos, dar el domicilio de la abuela para elegir colegio o hacer chapuzas mientras se cobra el paro. El razonamiento exculpatorio “Si ellos lo hacen, ¿por qué no yo?” sirve para dar soporte y alas a las mafias empresariales que estafan al Estado y a las mafias políticas como cómplices necesarias. Tantísimo político corrupto y tantas empresas corruptoras se despliegan en sociedades con el alma corrupta.
Son graves las prácticas delictivas del bipartidismo, la derecha nacionalista y la Casa Real. La corrupción de PP y PSOE es una sucesión ininterrumpida de escándalos, pero mucho peor que la corrupción político–empresarial son la corrupción ética que afecta a la Policía Patriótica y la Justicia Patriótica y la corrupción, o prostitución, mediática: puño de hierro para la del PSOE, guante de seda para la del PP y laissez faire para la monarquía. Comparar la instrucción, la investigación y el tratamiento de los casos de Ayuso con los que afectan (aun sin pruebas) a Sánchez hace dudar de que España sea un Estado de Derecho.
El caso Cerdán/Ábalos/Koldo es de macarras de medio pelo y medradores del poder, poco que ver con la sofisticación de los tesoreros del PP al implementar una caja B y un entramado empresarial para financiar bodas, comuniones, campañas electorales, la reforma de Génova 13 y sobresueldos, todo ello en dinero negro. Koldo, cutre aprendiz de Villarejo, no da para más: le han incautado las memorias usb sin formatear a martillazos, con las voces de sus jefes que no dejan lugar a dudas sobre sus identidades. La UCO y el juez deben tener claro que “el hijoputa Santos” y “Dumbo” se refieren a Cerdán, a diferencia del confuso y misterioso M. Rajoy que la canalla se empeñó en identificar con Mariano Rajoy. A pesar de que el juez Hurtado trató de evitarlo, acabó por caer una familia mafiosa.
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Verónica Barcina es socia de infoLibre.