¿Cuatro años de aprendizaje? No, por favor

César Moya Villasante

Nos esperan 4 años, si los votos no lo remedian, de aprendizaje a algo que debería conocer la mayoría de la gente, que es el trumpismo, antes fascismo o extrema derecha llamados, y que aquí como en Alemania se conoció muy bien. Pero con la diferencia de que Alemania no quiere repetir esa aventura que conocieron muy bien. En España parece que se siente nostalgia de aquello y ese trumpismo que lidera en España su embajador Abascal, con sus ayudantes Feijóo/Ayuso, tanta monta, es la nueva forma de aquel fascismo salvaje y asesino, pero esta vez sin violencia física. La violencia es verbal y económica porque el capitalismo sin leyes ni normas es la mayor arma de destrucción masiva a esas personas que también les han votado.

Al no existir asesinatos, la política no se atreve a llamarles por su nombre, y no digamos esos medios y esa Judicatura vendida al poder del dinero, y así se les blanquea y se les hace prepotentes porque además tienen el valor del voto. Calculo ese voto en muchos con esa ideología fascistoide o franquista que subsiste, basada en un nacionalismo de Patria única donde sobramos 26 millones de españoles, nacidos y criados aquí y que podemos pensar distinto. A esos añadimos gente cabreada con la democracia que a veces no es efectiva por sus luchas internas, podemos añadir jóvenes que no conocen ese mundo lógicamente y que se les ha educado sin memoria en un nuevo mundo lleno de bulos o de noticias manejadas al gusto y tendremos la explosión perfecta que vivimos hoy en este país. Una derecha que parece nos gobernará según encuestas que muchos no entendemos, pero que traerá la desaparición de muchas leyes ya aprobadas que se derogarán porque esa derecha, una vez muerto aquel PP que aún dialogaba o pactaba pero que es hoy puro VOX se debe a esa unión de facto. Y con ello la mujer se volverá a valorar como alguien que se dedica a la casa y a su cocina, las pensiones sufrirán descuentos y los salarios dejarán de actualizarse con benevolencia. Eso es al menos lo que anuncian. Y todo ello justificado por una derecha que mira mucho por nuestra deuda, porque le interesa destruir la paz social, incluso la paz de Euskadi y Catalunya, porque respetan los designios de esos nuevos patriotas que se resumen en Trump y Putin para volver a ese antiguo siglo XX de guerra fría entre ambas potencias. Y tal como se ve este futuro, hace tiempo que pienso interiormente sis decirlo a las claras, lo que el gran Benjamin Prado me anima a decirlo a las claras: Vivimos un golpe de Estado blando? Porque todo ello viene generado desde el gobierno de Trump en USA, donde parece nacer ese trumpismo que no es más que un nuevo fascismo, porque se ha ido extendiendo con el tiempo a toda Europa, que es un interés común de algunos, al ser el único continente que aún guarda ciertos valores humanos en su Constitución, porque a ese neofascismo le estorba todo lo que suena a libertad, a dignidad de todos, a derechos de las personas, digamos a la vida en democracia verdadera como llevamos viviendo muchos años ya, dentro de los sinsabores y errores del sistema, pero con derechos, que no es poco. Y un golpe de Estado moderno se da sin metralletas, pero con algo peor, que es con mucho dinero comprando periodistas, togas de cualquier nivel y todo lo que envuelve la cultura de ese sistema. Y estamos en el segundo nivel de ese golpe que yo no quería llamar así antes, pero es que me parece una realidad. Y no habrá muertos, pero sí de muchas otras cosas, entre ellas, del intelecto.

El fascismo, el auténtico, nunca se inmoló y en España aún menos, porque fue el único que subsistió por su victoria franquista, y ahora algunos de ellos quieren eliminar la Ley de Memoria porque se descubrirían cosas que no desean que conozcan los jóvenes

Y estos años de aprendizaje harán que muchos jóvenes que no conocieron el fascismo, poco a poco, aprendan que no es lo mismo fascismo que comunismo. Este claudicó en su marxismo y su violencia en el 89 con Gorbachov y el muro de Berlín. Hoy el comunismo es China, que además es capitalista, increíble oxímoron, y en España el PC nada tiene que ver con la revolución de octubre del siglo pasado que Shostakovich imprimió en sus sinfonías. Pero el fascismo, el auténtico, nunca se inmoló y en España aún menos, porque fue el único que subsistió por su victoria franquista, y ahora algunos de ellos quieren eliminar la Ley de Memoria porque se descubrirían demasiadas cosas que no desean que conozcan los jóvenes. Y ese fascismo ya no es el nazismo de los hornos crematorios, pero escuchando a algunos impresentables de VOX hoy, que recuperan su presencia con votos, no sé si no echarán de menos aquello. Porque su odio es infinito, y yo no puedo comparar ese odio que representan los que eliminan la cultura, prohíben obras teatrales o persiguen la homosexualidad con la postura revanchista de una Irene Montero. No son comparables, aunque a ellos se les llena la boca de absurdos insultos para quien quiere reconocer a gentes que existen con sus derechos igualitarios, con quien quiere quitar esos derechos. No es lo mismo.

Por todo ello, estos cuatro años que según las encuestas nos esperan, servirán para que esos votos de muchos jóvenes a una derecha no homologable en Europa, les hagan pensar en su error. Porque la derecha no es mala en sí, es una opción económica válida que por ejemplo defendió Merkel y otros líderes europeos que nada tienen que ver con los de aquí porque en España la guerra civil y, principalmente, la posguerra hizo estragos en el pensamiento de muchos que hoy defienden aquí extremismos que en Europa no se entienden. Por ejemplo, es inaudito que un político español vaya a Bruselas a criticar al gobierno de su país con mentiras y bulos. No creo que eso se permita en ningún país de nuestro entorno.

Acabo con una anécdota personal. Yo he visto a un general bajo palio que fue nuestro “Caudillo de España por la gracia de Dios”, escrito en las monedas de curso legal. Las pesetas. Espero que no vuelva a ver a otro en la misma condición, porque oyendo a algunos de VOX parece que ese es su deseo. Aunque ahora a ellos les gustan mucho más los euros…..

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César Moya Villasante es socio de infoLibre.

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