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El empleo, según Rajoy
Una de las primeras decisiones en las que Mariano Rajoy utilizó el poder, casi omnímodo, de la mayoría absoluta obtenida en 2011, fue en la aprobación de una reforma laboral que acabó con un régimen de garantías para los trabajadores españoles que se prolongaba en el tiempo desde mediados de los años 50, el cual había sido respetado por los partidos políticos que se habían sucedido en el poder, desde la transición política (UCD, PSOE y PP) hasta llegar a esta décima legislatura. El argumento utilizado por el actual presidente del Gobierno para hacer saltar las condiciones laborales de los españoles, fue que la nueva norma laboral que, entre otras cuestiones, abarataba el despido a límites inferiores a la mitad de la situación anterior, dinamizaría las nuevas contrataciones y reduciría los elevados índices de desempleo en España.
Tres años después de la aprobación de aquella reforma laboral, a punto de finalizar esta legislatura y a pocos meses de que se celebren unas nuevas elecciones generales en España, los números son tercos. Se han conocido los datos de la EPA (Encuesta de Población de Activa) correspondiente al primer trimestre del año 2015, los cuales reflejan un descenso de 114.300 personas entre los empleados, reflejando un incremento de la tasa de paro, hasta el 23,78%. En España hoy hay 5.444.600 parados, que son 171.000 más que el número de desempleados que había cuando Rajoy alcanzó el poder (5.273.600). Lo que se decía perseguir –más empleo y reducción de la tasa de desempleo– no se ha conseguido y, mientras tanto, se ha generado inseguridad laboral a todos los españoles, tanto a los que tenían un empleo fijo, como a los que tenían un contrato temporal, como a los que no lo tenían y estaban a la espera de conseguirlo.
Pero la realidad de los resultados de las políticas de Rajoy en materia de empleo y condiciones laborales, aún va más allá. El pasado miércoles Eurostat, facilitó nuevos datos que califican por si mismos esas políticas, según la oficina estadística europea, España acapara las cinco regiones con más paro de Europa a final de 2014: Andalucía con el 34,80%, Canarias con el 32,40%, Ceuta con el 31,90%, Extremadura con el 29,80% y Castilla–La Mancha con el 29,00%, tres de las cuales, por cierto, tienen gobiernos autonómicos del PP. Nunca, hasta ahora, España había copado las cinco posiciones de este dudoso pódium.
Es decir, por un lado los trabajadores en España tienen hoy más inseguridad en sus puestos de trabajo, pero ello no parece haber tenido una contrapartida en la reducción del desempleo y, además, las consecuencias de la injusta reforma laboral aprobada por el PP a iniciativa del señor Rajoy, han derivado en una devaluación salarial que ha alejado los sueldos de los españoles de los de la media de la Unión Europea. Hoy, en España, ganamos un 28% menos que nuestros socios comunitarios; la remuneración media de una hora trabajada en nuestro país es de 15,70 euros, por 21,60 euros en el conjunto de la unión monetaria, y mientras ello ha sucedido, los sueldos medios de los ejecutivos de las principales empresas del IBEX, son 70 veces superiores a los de sus asalariados, habiéndose multiplicado por cuatro durante los años de la recesión –Informe CC.OO. IBEX-35, 2014-, consecuencias de todo ello han sido señaladas por la OCDE, quien afirma que España es uno de los países desarrollados con mayores desigualdades salariales, habiéndose incrementado desde el inicio de la crisis.
Desciende en 118.923 el número de demandantes de empleo registrados en las oficinas públicas
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Los resultados de las políticas de empleo del señor Rajoy se explican por sí mismos, pero aun así la propaganda oficial no ceja en sus alabanzas, aunque los números son tercos y son los que son, pero el verdadero drama está en cada uno de los casos de las personas que quieren trabajar y no pueden, o de las que trabajaban y se han visto “en la calle” gracias al abaratamiento del “despido” impuesto por el Sr. Rajoy, o de los miles de jóvenes españoles, sobradamente formados, que no ven otra alternativa laboral que emigrar a otros países, volviendo a recordar esas viejas películas en “blanco y negro”, con historias que creíamos tener superadas.
Señor Rajoy, honradamente… ¡para este viaje no hacían falta alforjas! ¿Cree usted que merecía la pena tanto dolor como el que ha infringido a los ciudadanos españoles, para estos resultados?
Mario Martín Lucas es socio de infoLibre